domingo, diciembre 28

I'm not there

Hay cosas que nunca cambian y personas que nunca van a cambiar, para bien o para mal. Ejemplos sobran. Cada año me quejo de lo mismo y me enojo por lo mismo con mi familia, son unos bárbaros, la gente está acostumbrada a ser servida, no a servir, cosas de ésas. Ya sé lo que va a pasar, siempre, y aún así de donde sea vengo y vendré, a escuchar las mismas historias de siempre, a hacer los mismos corajes de siempre y todo eso, porque no creo que pueda ser de otra manera y porque son esos casos en que esas constantes son parte de la magia de estar todos juntos y de encontrar un punto de unión en los que al final de la historia todos reímos y la pasamos bien. La gente, no obstante, no cambia, para mal también, pero eso no implica, no debería implicar, que nosotros tengamos que vivir con ello. Todos mentimos una vez, hay quienes mentimos dos veces, los que mienten más de tres sobre el mismo tema, nunca dejarán de hacerlo. Y ocultar una verdad no es mentir, pero igual es un engaño. Da lo mismo si lastima o no. Pienso que JS tiene razón: si no quieres problemas, no te los busques. Debo empezar a hacerle caso. Suelo pensar en el balance y que la vida es agridulce, porque todo implica un trade-off, pero para todo hay un cut-off point también

*

Felices todo

*

Adiú

viernes, diciembre 26

another valuable quote

You don't cheat on someone you love with someone you don't love anymore
-Ryno de Marigny to Vellini, in The Last Mistress (2007)

oh, my poor little girl... still so blind and so naïve...

jueves, diciembre 25

la peste negra

Uno escucha hablar de ella y no puede más que pensar en esa analogía. Está ahí, permeándose en todos lados, de mil y una formas, pero parece irreal, peliculesco, lejano; sí, hasta que de alguna manera te toca, hasta que entra a tu casa aunque sea de manera indirecta, pero entra, nada sigilosa, pero sí sin esperarlo, acechante, violenta y de golpe, y así, como un golpe te deja nockeado y no sabes cómo reaccionar, y ya no vuelves a respirar igual. Tienes que buscar ayuda, pero no es fácil hacerlo, la mayoría de la gente no sabe cómo hacerlo. Son dos tipos de parálisis las que te limitan: la primera es porque no quieres hacer mucho ruido que preocupe a los demás o que llame más la atención de manera que peligre la vida del afectado; la segunda porque sabes que si se enteran los que debieran controlarla, la cosa siempre irá peor. Es así que cargas con un peso incomensurable y con la dignidad tan dañada que te mueves de forma casi subrepticia, el miedo te carcome y la vida parece haber perdido todo el significado que tenía apenas horas antes. Paradojas, tu vida ya no tiene el sabor de antaño, pero es la vida de ese otro ser por el que eres capaz de darlo todo el único motivo por el que vives ahora, por el que las horas se hacen más largas de tanta angustia, y tan cortas porque no son suficientes para encontrar la manera de evitar esta sentencia de muerte. Y si nosotros no somos los afectados directos, la cosa no deja de alterarnos, de generar miedo y zozobra. Estamos tan cerca, somos tan iguales ¿cuándo nos toca a nosotros? Quieres ayudar y no ves cómo, todos estamos tan en las mismas, tan desvalidos, tan vulnerables. La selección natural se hace cada vez más complicada.
La impotencia y la incredulidad me invade. Nada es como antes. Una frase que busca sacar una sonrisa sólo provoca varios pares de hombros alzados. Comparar todo esto con El Padrino sólo genera más preocupación y silencio. Todo se ve tan podrido. Mi ciudad, mi querido puerto tropical, verde y azul, carcomido desde sus tristes cimientos. A la peste negra aquí se le llama la maña.

lunes, diciembre 22

Everybody's gotta learn sometime

How happy is the blameless vestal's lot!
The world forgetting, by the world forgot.
Eternal sunshine of the spotless mind!
Each pray'r accepted, and each wish resign'd.

"Eloisa to Abelard", Alexander Pope.



Me traje mis dos historias de amor más favoritas, las dos características para mí más definitorias del amor representadas en dos películas. Eternal Sunshine of the Spotless Mind me significa el proceso de domesticación que es quizá la más maravillosa experiencia de la vida compartida (pienso que es en sí misma La Experiencia). Los Amantes del Círculo Polar incluye toda la magia de la voluntad de dos almas que quieren estar juntas; quienes dicen que es demasiado inverosímil porque en el mundo real no es posible que existan tantas coincidencias, no saben de la confluenciencia de voluntades de dos personas que en verdad quieren y necesitan estar unidas.
Ambas películas las había evitado desde hace tiempo, pero ahora quería verlas, quizá desde otro ángulo. Apenas he vuelto a ver Eternal Sunshine, que era la que más me conflictuaba y es bueno verla de lejos, verla sólo como un espectador. Así como el niño que le pregunta al búho sobre el número de chupadas que hay que dar para llegar al chiclocentro de una tutsi-pop (uno de mis misterios favoritos también, por cierto), solía preguntarme cuántas oportunidades tenemos para intentarlo de nuevo, cuánta fe es natural y necesaria para comprometerse a que las cosas puedan funcionar, y me gustaba que esa historia retratara todo en lo que yo creía y que tuviera un final feliz como el que yo quería. Esta vez vi todo eso como lo que es, una historia nada más, una historia ajena ciertamente, y me llamó más la atención todo el proceso de construcción de una relación sobre los cimientos de nuestra imperfección humana mediante la magia del conocimiento mutuo.

*

La palabra domesticación no me gusta en sí misma, pero me maravilla lo que implica, su significado. Me resulta difícil creer que extrañe cierto cielo, el frío de los últimos días, la caminatas en el mismo radio de siempre, las charlas irregulares y mi indulgencia ocasional con un costoso café dulce; dudo a veces que sea algo en común, pero siempre he creído que es bueno tener imágenes, olores y recuerdos agradables de cada lugar en el que estamos, por muy circunstanciales que a veces sean las cosas (lo ideal, no obstante, es que no lo sean), o por corto que sea el tiempo que podemos compartir. Domesticar no tiene que ver con el amor romántico necesariamente, baste decir que esta idea la aprendí de el Principito y su amigo el Zorro, y puede que tampoco tenga que ver incluso con personas.

*

Ah, pensando en este drama que tenía con las palabras me acordé de Jaime Sabines y uno de sus poemas, que no es necesariamente lo que tenía en mente, pero a veces he creído tan cierto y me gusta mucho y me dan ganas de incluirlo aquí:

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No
es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se
puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado
sobre la tierra y se les puede prender fuego.
Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado.
Y también el silencio. Porque las mejores palabras del
amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo
del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero
cuando digo: "qué calor hace", "dame agua",
"¿sabes manejar?", "se hizo de noche"...Entre las gentes,
a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho "ya es tarde",
y tú sabías que decía "te quiero".)
fragmento de "Espero curarme de ti", de Juguetería y Canciones en Yuria (1967).

jueves, diciembre 18

miedo

Solía tener miedo de las palabras no dichas, todo aquello que nunca tuvimos el valor de decir, y de pronto me doy cuenta que más miedo me da todo eso que se dice sin cuidado, sin salir del corazón, palabras vacías, mero protocolo. Ahora más que nunca tengo miedo de un te quiero. Ya no sé qué significa, ya no sé qué deseo que signifique. Todo parece un constante sospechosismo, una inseguridad que no me abandona hasta en las cosas más absurdas como el que me respondan fue un placer después de que yo dé las gracias ante un gesto que aprecio. Las palabras no me ayudan ya, me da miedo la forma en que la gente las usa sin cuidado, sin sentirlas o ignorando su significado. Yo me siento muda, incapaz de comunicarme con palabras, y mis manos pueden ser ofensivas, imprudentes, y mis ojos no bastan cuando es eludida mi mirada. Hasta de papá tengo miedo, no sé qué voy a decir, no quiero tocar el tema, no quiero decir lo lamento. Pero sé que él tampoco va a hablar, supongo que sólo llegaré y le daré sonrisas y un abrazo, que mi abrazo diga todo. Sí, es eso, ésa es la ventaja con las personas conocidas, con quienes te conocen: el fino hilito de plata, que nunca permite que te separes, que hace un entendimiento mutuo, ése donde el silencio dice más que mil palabras.

miércoles, diciembre 17

winter break

Me gusta viajar en avión, pero odio los aeropuertos, me siento súper insegura en ellos, y hacen todo más complicado. Siempre tengo la ansiedad de que se van a perder mis maletas, que la señorita del mostrador las registró mal y van a acabar en quién sabe dónde o se van a quedar perdidas en el vuelo de conexión o algo así. Cada que puedo me subo al avión y checo por las ventanillas los carritos y las bandas por donde cargan las maletas y procuro divisar mi maleta a lo lejos; cuando logro hacerlo siento que puedo viajar tranquila. Luego están las largas larguísimas horas de espera y los montones de puntos de revisión, más aduanas o cosas de ésas, que me han hecho pasar varias vergüenzas, como la vez que le lloré al señor de migración para que no me hiciera más preguntas y me dejara pasar porque estaba a punto de perder el vuelo o la vez que entré al avión en calcetines y casi a medio vestir porque (de nuevo) ya iban a despegar y yo iba tarde y era de cuando te quitaban los zapatos, chaquetas y cinturones y te pasaban por el detector de metales antes de abordar. La única ventaja de los aeropuertos es que los baños están por lo menos un poco más limpios, y que hay más opciones para comer (aunque también más caro) y más lugares para sentarse. Fuera de eso, y a excepción de la TAPO en el DF, prefiero las centrales de autobuses a donde puedes llegar de la calle al camión sin ningún problema y entregar tu maleta directamente al señor maletero y ver con tus propios ojos que sí, que tu maleta va en el autobús correcto. Los precios del autobús siempre son los mismos, nada de esas ondas raras de que si compras con antelación el boleto te sale más barato o cosas así (y eso nomás por decir algo, porque la competencia y la política de precios en la industria aérea son en verdad un quilombo), y lo puedes comprar hasta 5 minutos antes de salir, a veces con suerte llegas rayando pero la señorita de los boletos es amable y le habla por radio al chófer pa que te espere, nadie te quita los zapatos en el camino y nadie te hace jetas por llegar corriendo. Y pues sí es mono andar por las nubes, pero a mí me encanta más el paisaje en carretera. Pero ya, fin de la historia quejicas. Últimamente he escuchado a varias personas autodefinirse como quejumbrosas y parecen estar orgullas de ese hecho, a mí no me gusta quejarme pero me sale automático y parece que no lo puedo evitar. Y me aguanto las ganas para no venir a lloriquear mi desesperación por este asunto de hacer maletas que tanto tanto detesto... en fin.
Ahora sólo queda esperar, que ya cuento las horas para largarme de aquí. Sólo necesito que R aparezca en algún momento, o que por lo menos no olvide que mañana tenemos que salir temprano. Me choca el día antes de mi partida, porque tengo un montón de energía condensada que no puedo sacar de manera alguna sino yéndome. Ya limpié la casa, ya saqué la comida del refrigerador, ya me jodí la espalda lavando el baño y limpiando la estúpida tina que quedó hecha un desastre luego de que mi pobre hogar fungiera como albergue temporal por una semana (larga historia que muy probablemente ya no me anime a contar aquí), y aún así me siento hiperactiva. Todavía tengo que enviar mi propuesta de investigación para el próximo semestre, pero ante la dualidad indiferencia/entusiasmo que ha generado mi paper de migración prefiero dejarlo descansar un ratito y pensar un día más si voy a proponer ése o el anterior sobre el orden de nacimiento, con el que de todos modos sigo trabajndo, pero al menos me emociona saber que ya tengo una agenda de pendientes importantes. Recién me enteré que la ceremonia de graduación de la maestría será este sábado, lo cual en general me vale un rábano si no es porque se trata de esas ceremonias grandotas en una universidad de verdad con toga y birrete y esas cosas que yo nunca tuve porque siempre estuve en escuelas pichurrientas y/o chiquititas en donde no había nada de eso... como sea, lo que cuenta es el papel y ése llega hasta fin de mes. En fin, ya fue mucho autobalconeo por hoy.
Descansen, sean felices, tengan días buenos.

sábado, diciembre 13

Tano


Ésa es la única foto que tengo aquí de él, todas las demás con la familia en ese viaje se quedaron en la cámara de mi papá. Me gusta por el contexto, cualquiera diría que está mal encuadrada y cosas técnicas de ésas pero me gusta por el contexto y por la historia que para mí significa esa imagen, esos seres y ese lugar. Ése lugar ya no será el mismo sin él. Por un momento siento que ya no habrá más el olor agrio del cacao puesto a secar en ese ambiente de humedad, no más el fuerte olor a pimienta de Castilla. Ya había puesto esa foto, porque fue la que más me gustó en ese viaje. Fue la última vez que lo vi. Esa vez la libró. Llegamos directo al hospital y nos dijeron que había salido esa misma mañana. Estuvo un año y varios meses más con nosotros, y aún así nos faltaron al menos un par de días.
Esta tarde papá me partió el corazón cuando me llamó para decirme "ya no alcancé a llegar".
Ya te tocaba abuelo, se te fueron tus nueve vidas de gato. Tenía que pasar, supongo, tus ochenta y pico de años, la inesperada muerte de tu esposa en septiembre, la artritis y las reumas, tus pulmones, todo estaba dispuesto. Me siento triste porque sé que tú tenías miedo de morir, porque sé que Andrés también teme a la muerte. Me siento triste porque dejas un hueco enorme, no en mi corazón porque estoy feliz de tener grandes memorias contigo y varias de tus largas largas historias, pero sí un hueco en la vida de Andrés que ninguno de los que quedamos podemos llenar. Tu presencia en mi vida es grande abuelo, grande grande. Formaste, con tu ejemplo, de manera excepcional al hombre más importante de mi vida. Tú no fuiste un hombre educado ni fuerte ni poderoso, abuelo, fuiste hombre de corazón enorme y noble, nada rencoroso, nada complicado, trabajador y luchador y de vida sencilla. Fuiste un buen hombre, abuelo.
Descansa ya. Descansa abuelo, ya te lo mereces.

martes, diciembre 9

la mujer perfecta

Tengo una pena muy grande
aquí en mi corazón
porque hoy en la mañana
mi maestra me regañó, diciendo:
calla, muñeca, ¡calla!
pero yo ¿cómo voy a callar, si no soy una muñeca?
Sé contar hasta el número noventa y nueve,
y hacer letra muy bonita
y dar guerra todo el día.
Sabiendo tanta materia, ¿diciéndome a mí, muñeca?
¡Qué va!
¡Soy una mujer perfecta!


Es de un autor anónimo, y es el segundo poema que me hizo aprender mi mamá para deleite de la familia y como preparación para los posteriores concursos de declamación cuando estaba chavita (en ese entonces me presentaba diciendo que iba a recitar una bonita poesía); todavía recuerdo todos los poemas que aprendí hasta la secundaria y espero guardarlos en la memoria para seguir la tradición y torturar así a mis hijos (no, la neta no, para mí nunca fue una tortura, a mí siempre me gustó todo el desmadrito ése, de hecho yo en realidad quería ser actriz...).
Viene a colación ahorita para tratar de ver con humor y no achicopalarme por cierto incidente que ocurrió en medio de la presentación de esta tarde, que en parte qué bueno que no pasó a mayores, pero en parte qué malo por mi incapacidad de respuesta rápida. Lo dicho, siempre hay mejores maneras (o por lo menos 2-3 más elegantes) de hacer/decir las cosas.

domingo, diciembre 7

the stupid plot of these days of my life

de pronto sentí que mi vida se volvió una sitcom intercultural
pero visto así nada más se reduce esta complejidad a una mera intolerancia a las prácticas distintas entre personas poniendo el origen nacional como excusa
así que la cosa es más bien así: Karina pone a prueba su espíritu humano para convivir en paz, o de cómo he descubierto que no me es fácil compartir mi espacio vital


(más adelante, el desarrollo de esta quizá-aburrida historia)

sábado, diciembre 6

vida

Anoche tuve un sueño muy bonito, de ésos en los que se resuelven las incertidumbres y se nos revelan grandes verdades. La parte de la resolución de lo incierto siento que fue más de esos respiros que se da el inconsciente para tranquilizarse ante lo que no nos gusta; sentí un gran gran alivio que casi me despierto de la emoción, pero dentro de mi sueño supe que era sólo un sueño y lo dejé pasar. Esta mañana repasando eso me di cuenta de lo preocupada que estaba/estoy, pero también supe que cosas como ésas no son ni buenas ni malas, simplemente son, y debo tratar de que la vida fluya sola sin demasiadas amarras. La otra parte de mi sueño fue una escena muy bonita, pues estaba en un como parque o jardín con una estatua en medio que se suponía era el monumento al amor eterno, representado por una pareja de viejitos sentados en una banca, abrazados y sus rostros frente a frente, acariciándose mutuamente las caras. Lo maravilloso era que uno podía apreciar el embeleso en su mirada, el cariño y el cuidado con el que posaban sus manos en la faz de uno y otro, la felicidad de su sonrisa en sus labios y con sus ojos; y en los ojos se veía el amor eterno, una mirada sin edad, la transmisión de un sentimiento siempre vivo.

***

Una semana más, abuelo, espera una semana más.

jueves, diciembre 4

.


Supongo que el problema es que soy muy impaciente y a veces bastante atrabancada. Pienso en mis papás que son súper tranquilos y viven las incertidumbres de forma tan estoica que me impresionan. Pienso en mí y en mi hermano que somos completamente lo contrario, igual de desesperados e irritables, y me pregunto si será una malformación genética la de nosotros, o si esa entereza se gana sólo con la edad. Vaya uno a saber. Estoy medianamente estancada con el paper, un paso adelante y dos atrás, y he perdido la estructura en mi cabeza porque no estoy convencida de las estimaciones y los resultados. Sobrevivo escuchando música: el piano de Bebo Valdés, el pop bonito de Belle & Sebastian, The Smiths, 65daysofstatic, Air y el OK Computer de Radiohead; repasando las sabias frases de Duende; sopeando mis galletas Marías en el café con leche y disfrutando de los respiros que me dan las largas pero inciertas charlas con R. Este fin de semestre no me está gustando, pero son sólo dos semanas más de ansiedad, que espero cerrar con broche de oro con un bonito viaje corto en carretera hasta el aeropuerto.

martes, diciembre 2

I just need a place to work

Me estoy poniendo temperamental, eso significa que pronto estaré insoportable. Pensé que era mero síntoma de cuando me enojo y tengo conatos de berrinche por las cosas que no salen como espero, pero no, es ya el hartazgo, el mismo lugar, los mismos lugares, la gente nueva, la misma gente, las noticias tan lejanas, la espera, la falta de progreso, el exceso de silencio, la ausencia de silencio, todo. Estoy. No estoy. Voy. Vengo. No me hallo.

sábado, noviembre 29

historia de una canción

Conocí a Pulp por el soundtrack de Great Expectations, y de ahí los empecé a seguir un poco. Disco 2000 siempre me ha gustado porque me recuerda mucho a mis amigos del cide, sobre todo en el último año cuando empecé a salir más con ellos y el siguiente año en el que éramos una simi-versión de Reality Bites. O sea que estoy hablando de 2003-2004, pero yo juraba que Disco 2000 era nuestra canción (seguro soy la única ilusa que piensa y se acuerda de eso) y que hablaba de las vicisitudes de llegar al año 2000 o algo así... ya he comentado por aquí que mi oído en inglés es muy pero muy malo, aunque esas atribuciones a esta canción de plano van más allá de todo lo aceptable, supongo que por andar bailoteando nunca le puse demasiada atención. Hace poco me topé con la letra y me di cuenta que no tiene absolutamente nada que ver con mi "interpretación" de la canción, pero de todos modos me pareció linda, en el sentido así de agridulce.
Me acaba recordando mucho a D, quien es un amor cuando me dice pecas, y casualmente la escuchamos una vez que estábamos en un barecito de nuestros antiguos rumbos, por aquella historia que me cuenta de que le recuerdo a una niña de la estaba enamorado hace muchísimos años. En el ínter también me recuerda a V, con quien me reencontré este verano después de no vernos en once años. Estábamos de madrugada en el corredor de mi casa platicando de la última vez que hablamos por teléfono (por ahí a finales del '99) que ninguno recordaba porqué me enojé y le colgué, pero también de que cuando le conté que estaba estudiando economía él me dijo que tenía que casarse conmigo nada más por eso (él siempre quiso ser economista como su papá, pero acabó estudiando otra cosa bastante distinta), los dos sonreímos y me dijo que él estaba convencido de que después de eso ya no me volvería a ver (and just for the record: ésta no es una historia del viejo amor de secundaria que se encuentra mil años después y fructifica o algo así, V se nos casa el año que entra y todos estamos emocionados por eso).
En fin, va la canción y la letra, que aunque de pronto suena agridulzona es buena por aquello de los amores del pasado muy pero muy remoto.




Well we were born within one hour of each other.
Our mothers said we could be sister and brother.
Your name is Deborah, Deborah.
It never suited ya.
Oh they thought that when we grew up,
we'd get married, and never split up.
We never did it, although often I thought of it.
Oh Deborah, do you recall?
Your house was very small,
with wood chip on the wall.
When I came around to call,
you didn't notice me at all.
I said let's all meet up in the year 2000.
Won't it be strange when we're all fully grown.
Be there at 2 o'clock by the fountain down the road.
I never knew that you'd get married.
I would be living down here on my own on
that damp and lonely Thursday years ago.
You were the first girl at school to get breasts.
Martyn said that yours were the best.
The boys all loved you but I was a mess.
I had to watch them trying to get you undressed.
We were friends but that was as far as it went.
I used to walk you home sometimes but it meant,
oh it meant nothing to you,
cos you were so popular.
Deborah do you recall?
Your house was very small,
with woodchip on the wall.
When I came around to call,
you didn't notice me at all.
I said let's all meet up in the year 2000.
Won't it be strange when we're all fully grown.
Be there at 2 o'clock by the fountain down the road.
I never knew that you'd get married.
I would be living down here on my own
on that damp and lonely Thursday years ago.
Oh what are you doing Sunday baby.
Would you like to come and meet me maybe?
You can even bring your baby.

viernes, noviembre 28

decisions, decisions

sometimes you have to make a choice, and usually that's never easy
you have to risk yourself, you have to give up something important you like as well
but life is all about it
decisions, sacrifices, rewards, losses
you cannot have all
it's just surprising how easy some decisions can be made, though
so natural, so obvious, so inevitable
I like to think is my heart who knows what's the best
I just need to know my heart was right enough.
I learned this so much time ago,
still is not easy.

martes, noviembre 25

albricias

dice Rose que la gente que tiene un blog se la vive de azotada contando puras cosas deprimentes y no sé qué... para no darle la razón vengo con toda la alegría que alguien puede tener a estas horas de trabajo y sin alcohol nomás porque no quiero despertar a nadie con mi grito de felicidad de que por fin mi base de datos ya quedó :)
¡albricias, albricias!
en realidad no hay mucho que festejar, pues si me hubiera puesto las pilas habría estado lista desde antes, pero le di vueltas y vueltas al tema, toda quisquillosa y desconfiada, y la verdad es que le sacaba a armar el panel así grandote, pero tenía que quedar hoy y QUEDÓ HOY... ya al rato nomás tengo que checar que haya congruencia en todas las observaciones y luego rogar a todos los cielos, dioses, vírgenes y santos para que en las estimaciones salga algo significativo (que tengo este presentimiento de que nomás no, pero al menos ya también tengo la explicación del porqué -cosa que espero no tener que hacer de todos modos-).
Después de la bilis y canas verdes que me provocó stata el fin de semana batallando con unos comandos que nomás no jalaron, este bendito programa y yo hemos regresado a una época de paz y productiva tranquilidad... quienes sean los que hayan sido los inventores de stata, ya tienen más que merecido un lugar de eterna gloria en el cielo de los nerds...
me voy porque ya estoy diciendo más tonterías que de costumbre y sospecho que también por lo mismo debo dormir

bonitos días a todos :)

domingo, noviembre 23

I

Inés es una señora que conocí cuando vivía con Doña Jose. Iba dos veces a la semana al departamento; hacía algo de quehacer de la casa, pero su tarea principal era acompañar a Doña Jose al súper, cuando todavía podía hacerlo, y hacer sus trámites en el banco y otras dependencias. Vivía por el Poli y salía de su casa a las cinco de la mañana para llegar tempranito, cuando yo me levantaba ella ya estaba ahí. Tenía una cicatriz en un ojo y una parte de la cara, y por eso siempre usaba unos lentes oscuros enormes que le cubrían la mitad del rostro; en cuatro años de convivencia nunca la vi sin ellos. Su cuerpo era menudito; sus pasos, pequeños, cortos, siempre caminaba muy derecha; me acuerdo también de su voz grave, de ésas que no crees que puedan salir de una mujer en un cuerpo tal delgado y pequeño. Su carácter era duro, ella era muy crítica con los demás, no era chismosa pero no se quedaba callada cuando algo no le parecía y lo decía sin pelos en la lengua. Era difícil caerle bien y a mí me intimidaba tanto que rehuía cualquier trato con ella, más allá del simple saludo. Siempre me ha gustado vivir sola, y en los años que compartí casa con desconocidos solía limitar el trato a lo mínimo indispensable por el mayor tiempo posible. Pero con Doña Jose viví cuatro años y como en toda casa donde convivan más de dos mujeres, la cocina acaba siendo un punto de reunión inevitable. Cuando me sentía muy aburrida y/o no tenía planes para salir, no hacía falta más que ir a la cocina y ahí siempre iba a encontrar a alguien con quien platicar. En una de ésas fue que empecé a tratar a Inés, y fue que me empezó a contar de su marido que había migrado a Estados Unidos, de sus hijos, de lo lejos que estaba su casa, de cómo antes había menos inseguridad en la ciudad, de cómo conoció a Doña Jose, de cuánto le molestaba ver que a Sparky la trataran mejor que a un ser humano, etc. Me preguntaba de mí, de mi familia y cosas de ésas. Un día me dijo que le caía tan bien que estaba esperando que yo o L, el nieto de Doña Jose, nos casáramos para irse a trabajar con cualquiera de los dos. Me insistía mucho en que quería verme casada y con hijos y ayudarme a cuidarlos (tanta gente me ha dicho que espera verme así que creo van a acabar por echarme la sal). Una de las cosas que más recuerdo, por la forma tan directa y seria en la que me lo dijo (esas maneras que igual te hacen reír o llorar), era que tenía que cuidarme para perder el peso que aumenté cuando viví en Canadá, cosa de la que según ella nunca pude reponerme (creo que es cierto). Es por eso que me acuerdo ahorita de ella. Su secreto de belleza para mantenerse en forma era cenar una taza de té sin endulzante y una fruta. Hoy decidí hacerle caso, para contrarrestar las indulgencias que nos hemos dado últimamente en este asunto de las cenas.

.



good feeling
won't you stay with me just a little longer
it always seems like you're leaving
when I need you here just a little longer

Violent Femmes

lunes, noviembre 17

malos comienzos

Suelo tenerle mucha fe a los lunes, por esa sensación a nuevo, a semana recién estrenada. Pero por andar de entusiasmada y decir que las tres de la mañana era mi hora lúcida y productiva (confirmadísimo: mi biorritmo está por demás alterado), fue como si yo misma me echara la sal; el resto del día mi productividad flaqueó como pocas veces, y ahorita no puedo darme esos lujos. Me vine durmiendo como a eso de las 5:30am y todas mis buenas intenciones de pararme a tiempo para volver a las clases de pilates se fueron al caño cuando le apliqué la ley del hielo al despertador y me seguí de largo en la cama. Tache número uno. Me paré para ir al súper y surtir de nuevo la cocina, pero sigo sin inspiración para cocinar. Tache número dos. Aunque al menos ahora pronostico una semana de balanceada alimentación con sandwiches y lentejas, no más comida de la calle, ugh. Limpié el refrigerador que ya tenía una interesante variedad de ecosistemas en su interior y empecé a leer este libro bonito de Stephen Hawking, pero me quedé dormida en el sillón, las únicas dos grandes cosas buenas de este día (me siento gato cuando acabo dormida en la sala a mitad de la tarde, bien rico). Los datos vuelven a portarse bien conmigo, pero esa bendita base crece y crece y no sé cómo le voy a hacer para cumplir con el deadline del jueves... Pongo la computadora, me siento, reviso mis avances, checo los pendientes anotados en la bitácora, me abruma ver mi programa de casi dos mil líneas en stata y eso que todavía no hago ninguna estimación... Me hago pato, volteo para otro lado y me pongo a planear en el aire todo lo que quiero hacer ahora que vuelva a casa. Tache número tres. Son las 12:49 maldita sea, necesito que mi pepe grillo inspirador regrese o que me invada la adrenalina para que me caiga el veinte de que el tiempo apremia!

Marcador Global
Karina: 0 - Desidia: 3

PD, volvemos a las fotitos que adornan los comienzos de las entradas, no son tan bonitas como cuando ponía obras de Rothko, pero están monas (hope so); la de hoy es a la entrada del Saguaro National Park, y el cerrito que se ve más cercano lo subimos el sábado pasado, una elevación de poquito más de 200 metros (y claro, adivina ud bien, mi condición estaba que daba pena pero ¡no me desmayé! como más de uno recordará de la última vez que subimos a un cerro en las lindas tierras de Pamal)

domingo, noviembre 16

miscelánea

tendencias

parte de la historia de mi vida como consumidora, pero sólo una parte, porque a veces me pongo caprichosa; un buen artículo, una vez más, en El País Semanal. Pique aquí.

*

vecinos

Mis vecinos de enfrente festejan el cumpleaños de su hijo. Supongo que cumple unos 4 ó 5 años. Cuando recién se mudaron el niño me caía bien; su papá lo llevaba a caminar o él solito se ponía a dar de vueltas por el pasillo, cantando bajito y riéndose, me gustaba oír su risa. A veces nos cruzábamos cuando yo salía o regresaba, nos mirábamos de lado a lado del edificio, yo le decía adiós con la mano y él se me quedaba viendo y corría, a veces me correspondía el saludo, a veces nomás me miraba fijamente, a veces me sonreía, pero siempre muy calladito y serio, cosita.
De pronto un día de la nada parece que lo cambiaron por otro: empezó a correr por todos lados, gritando como condenado, un escándalo. A veces se pone a berrear o se habla a gritos con unos vecinos de enfrente que viven en el primer piso, que supongo son amigos de los papás. Lo peor es que esto ocurre a todas horas del día, justo ahora que trabajo la mayoría del tiempo en casa. Aunque, bueno, tampoco es para tanto, al menos es menos ruido que si trabajo en el departamento, donde mi cubículo está justo atrás de la secretaria y la coordinadora. Pero entonces hoy fue el cumpleaños del chavito. Vi a su papá con camisa de vestir y a su mamá con su sari color rosa muy bonito. La entrada de su casa estaba repleta de zapatos de los invitados. Cuando yo volví a casa noté que tenían las persianas y la puerta abierta y se podía ver hacia adentro decorado con globos de colores. He escuchado que los papás y sus amigos hablan en hindi, pero al niño le hablan siempre en inglés, menos su mamá; aunque sí me sorprendió escuchar que le cantasen el Happy Birthday. Una parte importante de mis vecinos en este edificio son de la India, y cuando los veo en celebraciones comunales como éstas, siempre me quedo pensando en alguna historia de Jhumpa Lahiri.

*

frustraciones y angustia

buenas (o aparentemente buenas) ideas limitadas por la incompatibilidad de los datos... el mundo real puede ser tan cruel... ¿y ahora qué hago?
qué suerte tan jodida tengo a veces, o eso me gano por gano por no fijarme en esos pequeños detalles, ya no sé :(

sábado, noviembre 15

hoy










Increíble pero casi cierto: a Karina comienza a gustarle vivir en el desierto ;)

lunes, noviembre 10

lunes

8°C. Ocho de la mañana, ahorita casi las nueve. Ocho horas de sueño. Me costó, pero logré irme a la cama temprano y levantarme temprano. Ahora falta que pueda concentrarme para trabajar como la gente decente. Es extraño comenzar el día a estas horas y no estarlo terminando cuando ya raya el sol. Fui a tirar la basura y a poner un par de sobres en el correo y no se sentía ni un alma en los alrededores. Hay sol, pero el cielo es el más raro que le he visto a esta ciudad: no hay nubes y está todo color gris, ni siquiera se alcanzan a ver las montañas; parece como esa densidad pastosa y sucia de smog. Me gusta que haga frío ahora, me gusta poder usar mis pijamas rojas de Mafalda y andar en calcetines por la casa.


Este fin de semana lo dejé pasar, sin escribir una sola palabra que tuviera que ver con mi trabajo; dejé que revolotearan un par de ideas por la cabeza que es con lo que voy a chambear ahorita, y avancé un poco mi lectura de Sen, pero no más. Era imposible hacer algo más, era este condicionamiento operante que me invade desde niña: bajas temperaturas y mucho viento, así eran los días de frío en Tampico, aunque más llegadores por el efecto de la humedad. Eran escasos nuestros días así, entonces había que disfrutarlos al máximo, cubiertos hasta las orejas, tapados con un cobertor en el sillón grande y ver televisión y perder el tiempo tomando chocolate caliente. Cuando nos mudamos al DF era chistosísimo, porque los cuatro sentíamos lo mismo, esas ganas de no hacer nada porque era un día de frío y eso no iba a durar. Aquí a veces lo siento más como en casa, por los nortes que de pronto entran, las vibraciones en las ventanas, aunque sin humedad. Claro que al final de cuentas uno se acostumbra, se tiene que acostumbrar, pero siempre es bueno dejarse llevar por el instinto, un par de días, y después volver a todo lo demás.

Que tengan bonita semana.


PD. Me acabo de topar con una buena nota de Francisco Gil Díaz aquí. Creo que es un buen resumen del origen, causas y efectos de la crisis financiera que afectó a EEUU y posteriormente le pegó a Europa y a otras economías importantes. Tiene un uso un tanto excesivo de terminología financiera, pero es bastante legible para tratar de entender el desmadrito que provocó esta crisis que ahora ya se expande a la economía real (i.e., precios al consumidor, empleo) incluso en países que originalmente ni vela tenían en el entierro. Lo que me llama la atención es que Gil Díaz comienza su nota diciendo que esto "no tiene que ver con el capitalismo, ni con la economía de mercado, ni requiere de un replanteamiento del modelo económico", pero no hace falta más que terminar de leer su texto para concluir justamente lo contrario (y ojo, que lo contrario no implica necesariamente estatizar/nacionalizarlo todo; vaya, que la cosa es mucho más compleja).

viernes, noviembre 7

escritor de ficción, o ciencia ficción, solicito*

Tengo un año y cachitito con este celular y desde que lo compré recibo cantidad de llamadas de gente que pregunta por personas quienes supongo tuvieron este número anteriormente. Como siempre le he sacado vuelta a las tarjetas de crédito y como no tengo número de seguridad social porque soy un parásito que no trabaja, no puedo contratar un plan de telefonía celular de alguna gran compañía reconocida, así que recurrí a una compañía pequeñita con presencia limitada en el país, pero que no requiere contratos, ni tarjetas, ni números de nada, y aunque el costo hundido es en general más alto, a la larga los beneficios del plan salen sustancialmente más baratos. Por tanta flexibilidad parece tener bastante éxito entre los sectores más populares, como los de inmigrantes ilegales y personas de bajos recursos, y por eso mismo, es mucho más común que dejen de pagar la renta mensual y los números se den de baja con relativa frecuencia. Todo este embrollo introductorio viene a que desde que tengo el número he recibido montones de llamadas preguntando por fulanito o zutanita a lo que tengo que aclarar que no los conozco y que seguramente cambiaron de número porque éste es mío y ya. Eso duró como el primer mes, bastante seguido, y luego esporádicamente pasa, salvo por una tal Melissa Zamora por la que preguntan y preguntan todo el tiempo. No sé si será de algún buró de crédito o algo así, pero creo que todos los ejecutivos de la compañía me han llamado preguntando por ella, al grado de que incluso dejan mensajes en mi buzón de voz cuando claramente dice “gracias por llamar al teléfono de Karina C, etc etc”. Yo suelo ser amable y les digo que no, que es número equivocado y ya. El caso es que la semana pasada que estaba ya harta de todo coincidió con que me llamaban ya de dos veces al día y entonces no me aguanté y acabé gritando por el teléfono. Me sentí mal pero creí que al menos ya cesarían sus insistencias. Hasta que llamaron de nuevo y fue cuando me enojé tanto que pedí hablar con el gerente de lo que sea que fuese la compañía, la chica se sacó de onda y me pidió disculpas y colgó. Entonces sí creí que dejarían de llamar y fue cuando se me ocurrió que en una de ésas capaz que yo era la tal Melissa Zamora y yo no me daba cuenta. Como es una burrada, de ahí pensé que estaría buena una historia de ciencia ficción o algo así medio de serie B en donde hubiese abducciones de humanos y les roban la memoria y su identidad hasta que incidentes como estos, a fuerza de repetirse, van colándose un poquito en los residuos de memoria, que les recuerdan quiénes eran y qué hacían en su vida anterior, y así se van desentrañando todo estos misterios (misterios que deberán ser desarrollados por el autor en cuestión). La otra es que sea una historia de ficción de esas traumáticas, con ondas así medio de thriller psicológico con una mujer con trastorno de personalidad múltiple o algo así, y que de pronto ya no sabe quién es y quién no es. En fin, no sé si alguien ya sacó algo así, tampoco me huele a que sea la gran idea buena, pero a lo mejor tiene algo de rescatable. Así que si alguien le puede sacar jugo, adelante y luego me cuentan cómo quedó.

* este post lo escribí a finales de agosto y finalmente no lo publiqué porque originalmente estaba muy largo y muy ñoño y porque justo dejaron de llamar por esas fechas y porque es muy largo y muy ñoño y eso... pero esta semana otra vez he recibido un montón de llamadas preguntando por un montón de gente que ni al caso, así que me acordé de esta bola de zandeces y pues...

cosas

Por un momento creí que había vuelto a las andadas del mercado de las citas, de ésas cuando por X o por Y casualmente cruzas palabras con alguien, se presenta, te pide tu teléfono y te invita a un café. Fue una plática cortita pero bastante amena y hasta intercambiamos bromas, así que dije que sí. Después de un café y horas, literalmente, horas de hablar y hablar de un montón de cosas, creo que los dos nos dimos cuenta que no había química para algo más. Ni modo, cuando no se puede no se puede. O bueno, quién sabe, nada está dicho todavía. Por mientras eso no quita que siempre sea bueno encontrar a alguien bastante distinto a uno pero con quien es posible discutir civilizadamente y a la vez platicar a gustito y reír mucho, así es como también uno se hace de buenos amigos.

*

Papá me llamó hace rato, es un amor. Ésas son las mejores llamadas de la vida. I just called to say I love you, aunque no lo diga, porque Andrés no son cosas que suela decir, sé que por eso me llamó. Cuando alguien te dice "me estaba acordando mucho de ti y por eso te llamé, para saber cómo estabas" no puede haber otra razón más que mucho amor de por medio, venga de quien venga. Es tan bonito.

*

Noticias que van y vienen. No me gusta estar lejos. Sé que aunque estuviera ahí no podría resolver nada , pero por momentos me pone muy triste la imposibilidad de poder dar un abrazo.

martes, noviembre 4

...

creo que mi maestra de mi clase de migración me alucina, porque siempre que deja sus tareas esas inmensas llego a sus horas de oficina con mil preguntas porque a veces me cuesta mucho traducir lo que quiero hacer en los programas de stata; en general el problema es que soy bastante ineficiente, hago en diez pasos lo que podría hacer en cinco. Lo más molesto es cuando me tardo horas intentando hacer algo y luego me doy cuenta que el problema es que algunos de los datos están mal o faltan variables en la base y entonces tengo que escribirle porque no sé
si el problema soy yo que no entiendo algo o es ella que escribe mal las cosas o nos manda las bases incompletas (generalmente es lo segundo, mis 5 minutos de falsa vanidad; la verdad es que pese a todo al final de cuentas explica bien las cosas). Últimamente migración es lo único que traigo en la cabeza, y ni siquiera es la parte humana del tema, sino toda esta vaina técnica con la que tengo que lidiar.
D también ha de pensar que me rasgo las vestiduras con esto de los migrantes, sobre todo con el comentario que le hice de por qué no apoyo a McCain en las elecciones, a pesar de que es el senador "por mi estado", pero tampoco mi postura iba tanto por ahí; es más esta fijación que traigo en la cabeza últimamente por las tareas y el paper pendiente, que lo más seguro es que se vaya a quedar en pura pretensión porque no me siento muy optimista con lo que vaya a salir de ese proyecto de investigación.
Chale, escribo pura burrada porque ya me bloqueé y tengo que madrugar y para variar se me fue el sueño y es de ese como insomnio improductivo que no me deja trabajar. Me choca.
En fin, va una caricatura que salió en la TIME de esta semana, a propósito del final de estas elecciones.


Sale, pórtense bien y sean felices.
Fin.

sábado, noviembre 1

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regresiones

Una fiesta de disfraces. Un no-abuelo de 96 años. Una imagen en el espejo. Un viaje inesperado a la niñez. Todo tan lejano. Nostalgia.




dilemas

¿no me animo por miedo a que me digan que no, o a que me digan que sí y a la mera hora no me guste?

miércoles, octubre 29

de lo que aprendimos hoy

"The question is not which estimator is the best estimator always and everywhere. Estimators differ in their identifying assumptions, and the assumptions underlying a given estimator will sometimes hold in the data and sometimes fail to hold".
Smith & Todd (2005), p. 347.

y pues tampoco fue así de que entendí toooodo lo que decía en el artículo, pero me chuté más de 4 horas para leerlo y sacar de perdido la big picture de la historia. Bien bonito. Me gustan esos trabajos en donde la gente no da las cosas por sentado y está convencida de que los extremos son sólo eso: extremos, y que la vida real y las cosas interesantes son precisamente toda la carnita de lo que está en medio. Y pues sí, más interesante y todo, pero por lo mismo, más trabajo.
En fin, uds que tienen vidas más entretenidas, pasenlo bonito ;)

domingo, octubre 26

pequeños placeres dominicales

Me fui a la cama pasaditas de las 2am. Tenía toda la intención de avanzar un capítulo más de ese estupendo libro de Amartya Sen, Development as Freedom, que ha sido una bendición haber elegido en este momento y que es una gran inspiración leer, pero andaba un poquito sensible y cargada de recuerdos de más, que por querer confirmar unas fechas exactas de eventos pasados, me aventé más de dos horas hojeando mi diario del año pasado, y eso que apenas y llegué a julio. De alguna forma siento que no fue buena idea hacer eso, hay historias ahí que sé que difícilmente van a volver, y está el testimonio de sucesos cuyo recuerdo lastima; no obstante, hay lindas memorias, y también está la perspectiva que nos da el tiempo que, aunque hace inevitable el autoreproche, de cierta forma nos ayuda a entender y entendernos un poquito más. O al menos eso quiero creer. La cosa fue que apagué la luz del buró casi a las 5am y como a eso de las 9am, entre sueños, sonaba y sonaba un timbre que resultó ser demasiado incómodo para poder seguir perezosamente echada en la cama. Reaccioné, era el teléfono, y contesté con ese inútil intento de fingir la voz para no sonar como acabada de despertar. Era gabita, una vez más con su tino impresionante para llamar a la hora en la que yo estoy todavía aferrada a la almohada, en eso no nos parecemos nadanada, ella se cuaja temprano y es un pájaro madrugador. Para ella eran las 5 de la tarde y se le hacía lo más normal del mundo que el resto de la humanidad del otro lado ya estuviese parada desayunando un domingo a las 9 de la mañana. Me dijo que ya no tenía teléfono gratis para llamarme, que si nos podíamos encontrar por el sype. Yo quería seguir durmiendo pero sentí urgencia en su voz y entonces reaccioné: una de dos, o esta mujer ya está embarazada, o sigue traumada porque olvidó mi cumpleaños. En cualquiera de los dos casos tenía que pararme y hablar, sobre todo si era la segunda opción, porque pocas cosas son tan divertidas como molestar a gaby cuando se trauma por algo. Finalmente nos conectamos y no era ninguna de las dos cosas, dijo que aún no quiere niños y que ya ha ido superando lo de mi cumpleaños, después que le recordé que no es la primera vez que lo olvida; nada más quería probar lo del skype. Estuvimos platicando como las dos viejas amigas que somos desde hace los mil años, con ese toque raro en que en un momento dado en lugar de contarnos de nuestras vidas me pregunta sobre las elecciones en EEUU y yo le pregunto sobre la economía en la Unión Europea (que no es por esnobismo, sino por mera curiosidad por tener la impresión de cierto habitante promedio de cierta submuestra, en tierra extranjera). Hablamos sobre el plan del próximo verano, viajes, planes, posibilidades... la moneda está en el aire y yo sigo brincando de gusto por tanta expectación... si ya supe esperar 7 meses, 8 meses más se van rápido. Hablé con mis padres. Hice lentejas y espinacas para comer. Terminé de leer los números pasados de TIME, hojeé el número de esta semana y me quedé dormida en el sillón, ése fue el placer culpable más delicioso del día. Desperté tratando de incorporarme a la realidad, últimamente he tenido sueños demasiado intensos, que me involucran demasiado, eso hace más difícil levantarse. Intenté trabajar un rato, pero no me pude concentrar. Tenía esta película que me recomendó sonia desde hace mucho y me puse a verla, me gustó, fue fácil entender porqué le gustó a ella, pero es sólo una película; una tiene que ser protagonista de su propia vida, y para eso no hay patrones. Me paro a lavar los trastes, pongo agua para el café. Terminé de bajar los discos del Virulo, este cantante/comediante cubano del que estaba perdidamente enamorada cuando hace muchos años pasaban su programa en el Canal 13 de Imevisión (¿o para entonces ya era TVAzteca? la verdad no recuerdo bien las fechas); escuché un par y estaba tirada de la risa mientras hacía la comida. Son las 8pm, es buena hora para empezar a trabajar. Ya está listo el café. Las palabras han dejado de ser útiles para pintar imágenes.
Que tengan bonita semana.

jueves, octubre 23

...


moverse, moverse mucho... hay gente que siempre está en un solo lugar y vive plenamente y es feliz y se rodea de cosas y personas maravillosas... y también habemos los que no sabemos hacer eso y necesitamos movernos, como intentando perdernos para luego encontrarnos en el camino, picar aquí y allá, buscando un sentido que lo más seguro no existe afuera... y están los que se mueven por una fuerza extraordinaria, que de lejos parece no ser más que el llamado del corazón, ése que no se puede callar, ése que sólo se puede seguir... en un lugar o en otro, pero al final de cuentas es eso, que no estamos estáticos: de una forma o de otra, siempre estamos de viaje.

martes, octubre 14

27


27 años
ó 28 si contamos como los cuentan en Corea
ó 189 si contamos en años-perro
o entré en 28 como dicen en el pueblo de mi papá

lo que no me gusta del 27 es
- que suena muy cercano al 30; y por ende me recuerda ciertos límites de tiempo que me había planteado para lograr ciertas cosas
- que me impide calificar como joven para seguir teniendo los descuentos de la ISIC (aunque igual ya no viajo como para usarla); y entonces siento que ahora ya cuento oficialmente como adulta contemporánea

pero lo que me gusta del 27 es
- ¡que es un número impar (y de paso acaba en siete, mi número favorito)!
- que según las estadísticas, es apenas como una tercera parte de todo lo que me falta por vivir
- que sí, chance está muy cerca de los 30, pero vamos, no tanto como el 29...
- que suenan bien
- que creo que me quedan bien
- y lo más importante: que es un número fácil de pronunciar y con el cual abarcar 9861 días (y contando) de oportunidades y encuentros y personas y eventos ordinarios y extraordinarios (y aquí iba a poner un listado largo largo, y más-cursi-que-de-costumbre, que ni yo tengo tiempo de escribir, ni uds de leer, pero todos los que en este momento respiramos, sabemos más o menos de qué va la cosa).

En fin, que qué bonito es lo bonito. Me voy porque tengo la inspiración entrecortada por los pendientes nada-glamorosos de lo que resta del día y que todavía debo pulir.

* besitos cumpleañeros *

plus:


la canción del día
Cosas imposibles, Gustavo Cerati




y la recomendación a este buen post con una ilustración bastante adhoc, aquí.

domingo, octubre 12

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son las 04:41
el termómetro marca 9°C
¿el otoño me sonríe?
(me gusta que haga frío)

sábado, octubre 11

Ingrid

Yo descubrí un Dios con sentido del humor, con sentido de la autoridad, un Dios que educa, un Dios que ama, pero sobre todo, que es un Dios en el sentido de que lo puede todo. Y pudiéndolo todo, Dios podría haber hecho, en vez del ser humano, un robot perfecto, sin defectos, un robot programado para hacer el bien. La pregunta es por qué Dios hizo al hombre libre, por qué no lo hizo como un robot. La respuesta es muy hermosa, y es que un robot puede estar programado para amar, pero si no tiene la libertad de no hacerlo, el amor no tiene valor.
Ingrid Betancourt.

(algo así había discutido con RL hace varios meses, en una alaraca sin fin sobre el bien y el mal en el mundo, pero Ingrid acá lo dice mejor y de manera más cercana y más sencilla. La entrevista completa está aquí).

viernes, octubre 10

chipil

nada, pues que me pongo medio chipil por varias personas maravillosas a quienes extraño muchísimo, seres a cuya presencia no podemos ni queremos renunciar por tantos sentimientos inexorables, y amigos muy queridos que tienen a bien escribir y mantenerme al tanto de eventos tan extraordinarios que transmiten tantas ganas de que la vida sea mucha para tener oportunidad de disfrutar de todo cuanto hay en ella.
En fin, son muchas cosas y de alguna manera las desfogo compartiendo estos minutitos de música. Desde el martes que me avisaron no he dejado de escuchar esta canción, que siempre me ha gustado mucho y que ahora tiene el plus de ponerme contenta porque el arpista es un amigo querido y admirable y que se acaba de estrenar como papá.

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Ha pasado la primera de dos semanas del terror, en donde karina debe trabajar lo que no hizo en mes y medio de navegar sin brújula por las aguas turbias de la incertidumbre y la indecisión (aunque seguimos sin brújula y el agua algo turbia, las corrientes se han calmado y se aprecian vientos tranquilos que hacen este viaje medianamente apacible). Sin embargo todavía no podemos cantar victoria porque la que entra es la semana más dura, con discusión del proyecto de investigación de fin de semestre (terror indomable ante los problemas de endogeneidad que aún no alcanza a vislumbrar y menos a proponerles soluciones) más un examen y una última presentación (claro, karina, a la próxima pones una copia escaneada de tu agenda). Por si esto fuera poco, tenemos un cumpleaños a mitad de semana que tendrá que pasar algo desapercibido porque si no estas cosas que urgen no salen (un chorro de gente que cumple años en las vacaciones escolares se queja de que no puede festejar porque todos los amigos están, efectivamente, de vacaciones; pero no se compara con pasarse toda la vida teniendo el cumpleaños siempre en los periodos de exámenes parciales). Sin embargo, hay rumores de un alma caritativa que ha ofrecido su casa para hacer una celebración tardía de cumpleaños. No, que no se agiten los ánimos, que las fiestas aquí tampoco son la gran cosa. Hay muchos mitos en torno a las fiestas de los eternos estudiantes que no saben qué hacer en la vida más que encerrarse en un doctorado. O quizá así ha sido ésta mi suerte, vaya uno a saber. Va una descripción somera: dependiendo de quién pone su casa, son juegos de azar o destreza y habilidades numéricas recompensadas con alcohol; o reuniones en donde se forma un conglomerado parcial de personas alrededor del televisor, sea porque se proyecta un torneo deportivo o porque hay retas en el wii, mientras el resto del conglomerado está alrededor de la parrilla asando salchichas (shh... de hecho, esto no te lo dije, pero por eso me saqué de onda con el término kosher, no sé porqué lo relacioné con salchichas). Creo que las mejores pseudofiestas son las que no lo son, i.e., las que se arman en casa de quien sea después de un examen y todo mundo cae con mucho alcohol, y pues hay mucho alcohol y todo mundo parece bastante buena onda y se lleva una que otra sorpresa. En fin, veremos. Es como un plan en el aire y, por favor, ¡soy Libra! ¿cuándo se ha visto que un librano tenga ánimos de organizar algo y decidir qué hacer?

lunes, octubre 6

frustración

en la vida de toda mujer llega un momento en el que se encuentra repitiendo los errores que tanto ha criticado en su madre; pero nada es tan frustrante como ver que todas esas cosas buenas que ella hace simplemente tú no eres capaz de seguirlas, de lograrlas

sábado, octubre 4

professional procrastinator

Son casi las 3pm y no dejo de bostezar, pero es de esos bostezos horrendos, no de sueño sino de vil pereza. Afuera está nubladísimo y hay mucho viento, pero igual tenemos 32°C de temperatura y resulta molesto. Me paro a dar de vueltas para no dormirme y me pongo a leer los chistes que J, mi nueva compañera de cubículo/caballeriza, tiene pegados en su gabinete. Los encontré también en línea y por eso los pongo aquí.

42 Methods of Mathematical Proof

If the proof of a theorem is not immediately apparent, it may be because you are trying the wrong approach. Below are some effective methods of proof that might aim you in the right direction.

Proof by obviousness: "The proof is so clear that it need not be mentioned."
Proof by general agreement: "All in favor?..."
Proof by imagination: "Well, we'll pretend it's true..."
Proof by convenience: "It would be very nice if it were true, so..."
Proof by necessity: "It had better be true, or the entire structure of mathematics would crumble to the ground."
Proof by plausibility: "It sounds good, so it must be true."
Proof by intimidation: "Don't be stupid; of course it's true!"
Proof by lack of sufficient time: "Because of the time constrait, I'll leave the proof to you."
Proof by postponement: "The proof for this is long and arduous, so it is given to you in the appendix."
Proof by accident: "Hey, what have we here?!"
Proof by insignificance: "Who really cares anyway?"
Proof by mumbo-jumbo: Mumbo-Jumbo
Proof by profanity: (example omitted)
Proof by definition: "We define it to be true."
Proof by tautology: "It's true because it's true."
Proof by plagiarism: "As we see on page 289,..."
Proof by lost reference: "I know I saw it somewhere...."
Proof by calculus: "This proof requires calculus, so we'll skip it."
Proof by terror: When intimidation fails...
Proof by lack of interest: "Does anyone really want to see this?"
Proof by illegibility: Illegibility
Proof by logic: "If it is on the problem sheet, it must be true!"
Proof by majority rule: Only to be used if general agreement is impossible.
Proof by clever variable choice: "Let A be the number such that this proof works..."
Proof by tessellation: "This proof is the same as the last."
Proof by divine word: "...And the Lord said, 'Let it be true,' and it was true."
Proof by stubbornness: "I don't care what you say- it is true."
Proof by simplification: "This proof reduced to the statement 1 + 1 = 2."
Proof by hasty generalization: "Well, it works for 17, so it works for all reals."
Proof by deception: "Now everyone turn their backs..."
Proof by supplication: "Oh please, let it be true."
Proof by poor analogy: "Well, it's just like..."
Proof by avoidance: Limit of proof by postponement as it approaches infinity
Proof by design: If it's not true in today's math, invent a new system in which it is.
Proof by authority: "Well, Don Knuth says it's true, so it must be!"
Proof by intuition: "I have this gut feeling."
Proof by Vigorous Assertion: "And I REALLY MEAN THAT!"
Proof by A.F.K.T. Theorem: "Any Fool Knows That!"
Proof by vigorous handwaving: Works well in a classroom.
Proof by seduction: "Convince yourself that this is true!"
Proof by accumulated evidence: "Long and diligent search has not revealed a counterexample."
Proof by Divine Intervention: "Then a miracle occurs ..."


Why God never received a PhD

* He had only one major publication.
* It was in Hebrew.
* It had no references.
* It wasn't published in a refereed journal.
* Some even doubt he wrote it by himself.
* It may be true that he created the world, but what has he done since then?
* His cooperative efforts have been quite limited.
* The scientific community has had a hard time replicating his results.
* He never applied to the ethics board for permission to use human subjects.
* When one experiment went awry he tried to cover it by drowning his subjects.
* When subjects didn't behave as predicted, he deleted them from the sample.
* He rarely came to class, just told students to read the book.
* Some say he had his son teach the class.
* He expelled his first two students for learning.
* Although there were only 10 requirements, most of his students failed his tests.
* His office hours were infrequent and usually held on a mountain top.
* No record of working well with colleagues.


y para rematar, acá en El Universal publicaron esta nota sobre los premios Anti-Nobel 2008.

Ya, ahora sí, a talonearle.

jueves, octubre 2

adiós a las armas




Sentir y saber callar, al menos hasta que llegue el momento oportuno, hasta tener las palabras apropiadas, siempre hay una mejor manera de decir las cosas. Creo que es lo que se llama prudencia.
La canción de arriba, si le pican en la palomita de play, es de Kings of Convenience, Winning a Battle, Losing the War. La letra está algo azotada, suerte que mi oído en inglés es bastante malo, así que sólo me fijo en la música y la armonía de las voces; claro, y los títulos.

miscelánea chapucera

embarazo psicológico (otra de mis analogías chafas)

Hay pintores, escritores, músicos y demás personas que crean cosas que a sus obras les dicen hijos o bebés... siguiendo esa lógica, como lo que yo medio hago son "documentos de investigación" ando más o menos en ésas. Todo este estéril mes pasado fueron días y días de intentos por "quedar embarazada" (leer mucho, buscar datos, disvariar, jalarse los cabellos, tirar la toalla, mandar todo al carajo, volver a empezar -oh, y luego este triste rictus de dolor inesperado-); martes y miércoles fueron el equivalente a los días en los que te das cuenta que tienes retraso, que no te bajó pues (por fin, una idea que parece decente); y mañana, si me aprueban el proyecto, sería el equivalente a que me den las pruebas de laboratorio con resultado positivo. Si todo sale bien, mi periodo de gestación sería como de dos meses y cachitito, medio correteada la cosa pero ya traigo la adrenalina a mil y creo que sí sale.
Y cuando uno cree que ya sale de una, se vienen mil cosas más, bien divertido. El viernes tengo cita en el banquillo de los acusados en un supuesto almuerzo en donde tengo que platicar a mis compañeritos mis planes de investigación del próximo año, y me temo que hasta el momento sólo tengo buenas intenciones y/o sueños guajiros... pero en fin, hay que serenarse, una cosa a la vez, que tampoco son enchiladas.

*

relatividad

El sábado volví a ver Napoleon Dynamite. La vi hace dos años y ya no me acordaba de mucho, más que se me hizo lentisisíma, que duró las mil horas, que no me dio nada de risa y que al final sentí que todo valió la pena nomás para ver a Napoleon bailando al final, escena que creo repetimos un par de veces más y no podía dejar de reír. Ahora que la vi me di cuenta que la película dura 94 minutos, incluyendo todos los créditos y los 5 minutos extra de la boda de Kip, dos meses después (estuvo bien porque así medio me quité el saborcito medio amargo que me quedó de un lugar como Idaho, idea que tuve cuando vi My Own Private Idaho -aunque dicen que en realidad está filmada en Portland, OR-, con el plus ver a River Phoenix, pero que me pareció bastante cruda). Pero aparte de eso, esta vez reí bastante, como loquita aquí yo sola. Después caí en cuenta que toda mi primera impresión estaba totalmente infundada por aquella vez estar under the influence... qué cosas, qué tiempos...

*

anuncios parroquiales

Un poco tarde pero igual para estar un poco adhoc con la tardanza con la que nos llegó el nuevo número: ya pueden encontrar (desde la semana pasada) la HermanoCerdo #21 en el querido lugar de costumbre. Todavía no he podido leer mucho, pero está bastante buena, me gustó mucho el relato La Fotógrafa, de Lea del Pozo; y en particular me ha gustado la reseña de René López por la crítica de fondo que hace hacia el mundo de la creación literaria y el adoquinamiento que se genera cuando uno no ve más allá de sus zonas de comodidad, cuando no se preocupa más que de cumplir los requerimentos mínimos y autocomplacerse con tener muchas referencias y páginas de logros aparentes en el CV; bueno sí, fue una proyección, eso pasa tanto en otros mundillos pseudo-académicos también, qué pena. Luego de esta digresión, reitero: lean HermanoCerdo, completita, no sean…

40 años, II

Escucha
el rumor escucha las cadenas
que lleva el torrente
oye, mira el terror cabalga en
aras de bayoneta
Acércate amor mío, no temas, ya pasará
Nos cubrieron con lazos de dolor nos robaron el
lenguaje de los astros
No temas, ya llegará la aurora
En la negritud se volcó la imagen
nos rompieron los cráneos y mis
cabellos bañan la simiente
Estréchate, ya pasará el frío
Se crecieron las negras raíces
Serpiente verdesmeralda formada de
cristal de gritos Nos negaron el silencio
y nos acogotaron con sus voces
Ya pasará amor mío no temas

  • Eduardo Santos, de la Facultad de Comercio de la UNAM. Revista de la Universidad, Volumen XXIII, número 1, septiembre de 1968


También lo tomé de La noche de Tlatelolco, de Elena Poniatowska. Cuando lo leí por primera vez me sorprendió que estuviese fechado un mes antes de la tragedia, es algo tétrico que suene tan premonitorio. Siempre que lo leo siento que estoy ahí, que los veo a los dos juntos, pecho tierra, sin entender el caos de la matanza, temerosos de ser separados en cualquier momento; estar justo ahí, por una mala jugada del destino, a merced del azar de las ráfagas de tantas armas.

viernes, septiembre 26

.

incapaz de encontrar sosiego, todo parece de pronto tan fuera de lugar, tan sin sentido
el único momento de paz viene al salir al último piso y dejarse bañar por el sol, brillante, abrasador, y sí, cargado de vitamina D
y eso estaba bien, pero el día empezó lloviendo y el cielo con más ganas de llover

martes, septiembre 23

la otredad

domingo, septiembre 21

me enamoré de un cholo

Lo vi cuando llegué a la parada, el más alto de ese grupo de cuatro, y pensé "estos tipos van a hacer su escándalo en el autobús", pero no, iban tranquilos, luego entendí que eran hermanos. Traté de descifrar en sus tatuajes algún tipo de afiliación, cosa que dejé de hacer para controlar mi mirada insidiosa. Llegó el autobús, me senté en medio, él y sus hermanos en la parte de enfrente. Luego subió un tipo muy simpático, una mezcla entre Samuel L. Jackson y John Legend, se reconocieron y platicaron y rieron mucho. Fue su risa la que me llamó la atención, volteé y en eso él se quitó los lentes oscuros. Tenía la sonrisa más franca y los ojos más dulces, una nariz perfecta quemada por el sol, la cabeza rapada y los brazos cubiertos por tatuajes. Luego subió otro tipo que los reconoció a ambos y al final esa mitad del autobús estaba envuelta en la misma plática, como si todos fueran conocidos de toda la vida. No logré entender de qué hablaban, pero cuando pasamos frente a la iglesia vi que él se persignó y le dio un zape a su hermano porque no hizo lo propio. Volvió a colocarse sus lentes.
Llegó el turno de mi parada, tomé mis bolsas; él volteó. Sonreí y en eso él levantó sus lentes, pero ya estaba por bajar y me dio pena mirar y me fui.

sábado, septiembre 20

ficciones



Oh God, could it be the weather?
Oh God, why am I here?
If love isn't forever
And it's not the weather
Hand me my leather

Tori Amos, Leather

miércoles, septiembre 17

miradas insospechadas

Un sábado de cuando tenía cuatro años estaba con mi papá en la sala aburriéndome de lo lindo. Sé que era sábado porque Andrés estaba leyendo el periódico y yo estaba aburrida porque a mí me gustaba leer el periódico con él pero sólo los domingos cuando había monitos (y obviamente no los leía sino que me inventaba historias con los dibujitos pues), y ese día era sábado y no domingo y no había monitos, pero Andrés leía el periódico porque era un sábado en que por alguna razón no le había tocado brigada. Para no aburrirme me puse a mirujear por la ventana, a ver si aparecía mi vecino Lorenzo jugando con los otros niños grandes de la cuadra o algo así, pero Lorenzo era el que hacía los mandados por ahí y seguramente andaba en algún encargo. Como no tenía nada que hacer se me ocurrió ver si podía meter mi cabeza entre los barrotes de protección de la ventana; batallé un poco, sobre todo por las orejas pero lo logré. Cuando me fastidié de mi gran hazaña y trataba de acomodarme para salir de ahí, mis ojos se detuvieron en una parejita que estaba sentada en la banqueta del otro lado de la calle, casi frente a mi casa. Los chavos se estaban besando pero así apasionadamente, no se separaban, y yo me quedé casi en shock. No sabría decir si era la primera vez que veía un beso, supongo que no, pero al menos es la imagen más antigua que tengo de algo así. Andrés es dicharachero pero siempre ha sido una persona muy reservada y por ende mis padres no son de mostrar su afecto en público. Tenía cuatro años así que tenía muy controlada la tele, nomás Burbujas, Chabelo y TopoGigio; en esa época me parece que era cuando transmitían Rosa Salvaje o alguna otra telenovela de ésas pero era de noche y a mí me mandaban a dormir temprano. Así que todo indica que mis castos ojos no se habían topado con besos así con ganas. Tampoco tenía mucha idea de qué era lo que estaban haciendo; o sea, sí, un beso, pero ¿por qué? Yo daba besitos de buenas noches a mis padres y saludaba de beso a mis abuelos y a mis tíos, siempre en la mejilla, pero ¿y ellos? ¿por qué de frente y en sus bocas? ¿por qué tanto tiempo y como si no hubiese mundo a su alrededor? Y mientras supongo que estaba buscando alguna explicación al estilo de "se quieren y algún día se casarán para ser papá y mamá de sus hijitos", Andrés me llamó y yo olvidando que tenía todavía la cabeza atorada entre los barrotes me moví rápido y me lastimé. Mi papá me regañó por andar haciendo estupideces y por el regaño perdí la gracia para acomodarme las orejas y salir bien librada de las protecciones de la ventana. Luego me asusté porque por un momento creí que nunca iba a poder sacar la cabeza de ahí hasta que tuvo que llegar mi mamá con sus manos de maestra que cura raspones y calma los lagrimones de sus niños en la escuela, para así ayudarme a sacar la cabeza, y entonces sí, a darme su correspondiente regañada. Ése es uno de mis primeros recuerdos como mirona.

Hace poquito descubrí un blog que me tiene encantada y dándole las vueltas me encontré con esta entrada donde David Apatoff hace una hipotética interpretación de la mirada de Edward Hopper en los tiempos del internet. No es suficiente nomás mirar. Supongo, aunque suene cursi, que es cuestión de también dejar que el alma vea y que, en este caso, sea capaz de ver -e interpretar- otras almas.

lunes, septiembre 15

ausencia

No puedo dormir. Traía cansancio y sueño rezagado de tres días atrás, así que de sábado a domingo dormí 11 horas. Y luego todo el ajetreo doméstico, y echar el ojo a los periódicos y las revistas y que me quedo dormida un rato en el sillón. Y luego la desidia y el andar pendejeando por ahí. Una tarea que no sale, otra que no tengo ganas de empezar y un paper que me acecha porque no sé cómo plantearlo, es más, no sé qué plantear. Ahora entiendo cuando P decía eso de todo y nada. Sentir que me gusta todo es como si no me gustara nada (sé que la forma de decir no y nada en la misma oración es incorrecto, pero es de esas cosas malas que todos entendemos como buenas). Llevo tres semanas dándole vueltas a todo esto y no logro aterrizar algo concreto. Creo que mi problema es la falta de enfoque, ando deambulando mentalmente por todos lados queriendo abarcarlo todo y me quedo abrazando el aire (un momento, ¿estoy hablando del paper o del resto de mi vida?). Le decía a Duende el otro día que la curiosidad no implica trascendencia, no es nomás agarrar un tema y preguntarse cualquier cosa al azar, debe tener sentido, relevancia. Eso me recuerda que dicen que RC dice que no hay preguntas estúpidas sino gente estúpida que las hace, pero eso no me importa ahorita. No, tampoco busco el hilo negro, sólo quiero estructurar una pregunta interesante y empezar a trabajar en consecuencia; hoy por hoy todas mis ideas las encuentro tontas. Al menos este insomnio ha sido medianamente productivo, creo que ya más o menos he logrado ir visualizando algo. Amo el internet, es tan fácil ir de un lugar a otro con un solo clic, y es tan bueno que la gente y las instituciones compartan sus documentos de investigación y sus libros aún cuando los journals sean accesibles sólo por suscripción o sus libros tengan que comprarse, eso aligera un poquito las cosas. No sé cómo es que tengo esta aridez mental, no porque sea siempre lúcida, sino porque suelo por lo menos tener mínimo cierta intuición de lo que voy y hacer. Y ahorita, nada. Más el insomnio. Eso y el venir aquí a cantarlo. Ajá, qué bonito, diría mi mamá, con esa voz retadora que a veces le sale.
Sale pues, a tratar de que el lunes empiece alentador, que ésta sea una buena semana para todos (claro, pero si es que más de uno la inicia con puente, ¿o no?).

sábado, septiembre 13

40 años

AL PUEBLO

El Consejo Nacional de Huelga convoca a todos los obreros, campesinos, maestros, estudiantes y pueblo en general, a la GRAN MARCHA DEL SILENCIO

En apoyo a los seis puntos de nuestro pliego petitorio:

1. Libertad de todos los presos políticos.
2. Derogación del artículo 145 del Código Penal Federal.
3. Desaparición del cuerpo de granaderos.
4. Destitución de los jefes policíacos Luis Cueto, Raúl Mendiolea y A. Frías.
5. Indemnización a los familiares de todos los muertos y heridos desde el inicio del conflicto.
6. Deslindamiento de responsabilidades de los funcionarios culpables de los hechos sangrientos.

En la que exigiremos la solución inmediata y definitiva por parte del Poder Ejecutivo a nuestras demandas.

Reiteramos que nuestro Movimiento es independiente de la celebración de los XIX Juegos Olímpicos y de las fiestas cívicas conmemorativas de nuestra Independencia, y que no es en absoluto intención de este Consejo obstruir su desarrollo en lo más mínimo. Reafirmamos, además, que toda negociación tendiente a resolver este conflicto debe ser pública.

La marcha partirá a las 16 horas del día de hoy, viernes 13, del Museo Nacional de Antropología e Historia, para culminar con un gran mitin en la Plaza de la Constitución.

Ha llegado el día en que nuestro silencio será más elocuente que las palabras que ayer callaron las bayonetas.

  • Desplegado en El Día, 13 de septiembre de 1968


Pueblo Mexicano:
Puedes ver que no somos unos vándalos ni unos rebeldes sin causa, como se nos ha tachado con extraordinaria frecuencia. Puedes darte cuenta de nuestro silencio.

  • Volante en la manifestación del 13 de septiembre


¿Sabes?, me gustaron, me cayeron bien, por hombrecitos. Muchos tenían esparadrapo en la boca, casi todos parecían gatos escaldados con sus suéteres viejos, sus camisas rotas pero tan decididos. Les eran simpáticos a la gente que estaba en las banquetas viéndolos, y muchos, además de aplaudirles, se les unían y cuando no se les daba propaganda la pedían, e incluso el público se ponía a repartir de mano en mano. Nunca había visto antes una manifestación tan vasta, tan de a de veras, tan hermosa. Toma, te traje unos volantes.

  • Paula Amor de Poniatowski, madre de familia


El temor quedaba atrás, la confusión, los rumores, los conflictos internos. Los mismos maestros exclamaban con gusto que debíamos olvidarnos de la "retirada estratégica". Ese triunfo lo cambiaba todo. Nos habíamos enterado de que el gobierno calculó que la manifestación no pasaría de diez mil personas; el CNH pensó que serían ciento cincuenta mil; y, rebasando los cálculos más optimistas, la asistencia fue de trescientos mil manifestantes.
Todas las mil pequeñas dificultades que cada miembro del CNH tenía en su propia escuela desaparecieron. No había que pedir a los alumnos que asistieran en mayor número a las asambleas. Volvían solos. Nuevamente se abrían perspectivas. Se iniciaban debates, se trataban temas candentes. Una medida, una sola medida había levantado y reestructurado el Movimiento, porque no hacía falta sino una cosa: devolver la confianza en nuestras propias fuerzas y encontrar un sentido, un propósito a las tareas concretas, al trabajo común. Y esto se logró con la manifestación silenciosa.

  • Gilberto Guevara Niebla, del CNH



La selección de testimonios viene de la crónica La noche de Tlatelolco de Elena Poniatowska, Era, 1971.
La foto la tomé de aquí, pero no tiene créditos.
Y buscando por aquí y por allá me encontré esta página con información publicada en la Revista Proceso hace varios años; vale la pena echar un ojo.

Cuando estaba más chica solía idealizar el '68. En la casa y con mis abuelos de vez en cuando salía el tema; mi abuelita en particular siempre detestó a Díaz Ordaz, no tanto por defender el movimiento; pero toda esta historia me parecía inverosímil, hasta que a los 14 años encargué un libro que mi papá no encontró y en su lugar llegó con éste de la biblioteca de su trabajo. Lo leí dos veces seguidas, llorando, conmovida, envuelta en rabia, incapaz de entender. Esos sentimientos no se han ido, aunque sí, ya no idealizo.
La manifestación silenciosa, La Silenciosa, es el evento que encuentro más significativo del movimiento. Si las cosas ocurrieron como las narran, la fuerza de esta voluntad de cambio, de mejora, de progreso, debió de ser en verdad tan grande como para poder disciplinar a tantos jóvenes en el compromiso de una marcha en silencio. No voces, no consignas, sólo pasos. Pasos firmes, fuertes, enérgicos.

hoy



viernes, septiembre 12

shoutbox

si tuviera 500usd no estaría aquí

(y si tuviera mucho más definitivamente sería nómada)

jueves, septiembre 11

common wisdom

"Life sucks no matter what, so don't be fooled by location changes."
-Daria.



seguro...

martes, septiembre 9

excepción

una canción capaz de encerrar lo que define un día

high and dry
Radiohead, 1995


lunes, septiembre 8

as time goes by

reunión de excompañeritos de generación en diciembre, baby shower en enero y boda al aire libre en mayo... estas invitaciones recientes se empeñan en recordarme que el tiempo pasa muy rápido y que la gente y el mundo cambia en un parpadeo... mhmm... aunque pensándolo bien, en eso de los excompañeritos creo que hay gente que nunca cambia...
(la cuestión ahora es cómo le voy a hacer para teletransportarme a tanto evento social, o de plano para ir y venir, considerando mis magros ingresos y los altos precios del combustible... ugh...)
(mhmm... As Time Goes By es una canción tan bonita que no debería desperdiciar la frase en el título de un post como éste, pero no se me ocurre otro, perdonad)

domingo, septiembre 7

mudanzas

Siempre he creído que todo ocurre para bien. El problema es que últimamente todo mundo lo dice a cada rato… todo ocurre para bienlas cosas pasan por algo… No me gusta la expresión lugar común, pero a veces veo que aplica. No es cosa de demeritar el sentido de esta frase, es que ya lo dicen tanto y tan para todo que ya la malgastan mucho, y si te toca consolar a alguien, mejor ni usarla, porque es casi casi como dar el avión. Claro que las cosas tienen una razón de ser, y claro que a lo mejor ahorita no la vemos, pero ya la habremos de agradecer, etcétera, la cuestión es que últimamente pienso que las cosas simplemente pasan y ya, que de nosotros depende hacernos bola en el sillón lamentando nuestra suerte o ver la manera de enfrentarlo inteligentemente. Si las cosas pasan, pues ya qué, lo importante es entonces qué hacemos con eso y cómo movernos a lo que sigue, que el mundo no deja de girar, aunque a nosotros nos lleve pifas.
Y aún así, cómo duele. Cómo duele ser dos cargando un peso y ni siquiera sé si mi angustia sirve de algo. A veces por eso creo que más que hermanos parecemos gemelos, por esta manera en la que estamos conectados. Vaya uno a saber. Pero de todos modos hay que enfriar la cabeza y pensar qué hacer. Luego me vine a enterar que no éramos dos preocupados, sino cuatro. Vaya semana difícil. Pero así en montón se pueden aligerar tanto las cosas, se aclara el panorama, se encuentran soluciones. Supongo que no debería decirlo, pero qué afortunada me siento con la familia que me tocó. Sé que hay gente que piensa que somos una familia disfuncional y que nuestros padres no nos quieren porque nos dejaron ir de casa bastante chicos, pero yo siempre he sentido todo lo contrario, que sólo queriendo tanto y teniendo tanta confianza en alguien eres capaz de dejarlo vivir en libertad. En fin, es lindo llegar al domingo con este cachito de paz, y constatar que a pesar de todo siempre hay algo, por tonto que sea, por lo cual reír, aunque sea poquito.

***

La habíamos estado buscando desde diciembre, en los blockbusters, en videoclubs chiquitos, en los tianguis y en las tiendas grandes, en Tampico y en DF, nada. El mes pasado la encontré en mi blockbuster de acá, de puro churro, un día en cuya mañana había escuchado a Fito Páez y que después coincidió con el descubrimiento, al terminar de ver la película, de que Páez era el compositor de toda la música en ella. Vimos Martín (Hache) hace muchos años, también de pura suerte, suerte que me la encontrara, suerte de que mi hermano tuviera ganas de ver pelis conmigo. Se convirtió en una de las favoritas. Lo que más me gusta de ella son algunos de sus diálogos: sus críticas a Argentina se acomodan muy bien a México; el papel conciliador de Dante y sus ideas sobre el sexo, las personas y las drogas me hacen reír y pensar; la búsqueda aparentemente sin sentido de Hache por encontrarse a sí mismo es un reflejo de nosotros mismos hace tiempo; pero sobre todo, las continuas menciones de la nostalgia por el lugar que se dejó, ésas son las que más me gustan. La semana pasada conseguí la película en una súper ganga mediante Amazon. No pudo llegar en mejor momento para regalarla. Pongo tres de mis partes favoritas, por Vik; por D y aquella vez que hablamos de la patria, y de paso destazó la película, aunque después me compartió un poema de JE Pacheco; por Obiwan y las charlas con calor de hogar aún en el autoexilio.

*

Hache: (…) me tengo que volver. No sé muy bien por qué. No sé qué es lo que me tira tanto. No sé qué extraño. No sé si extraño… Los techos. Pueden ser los techos, los tejados de las casas son muy feos, cuadrados, blancos, con tanques de agua, puestos como al boleo, es como que la gente no les da bola, como que la gente los desprecia, como si los tejados no fueran parte de la casa. En Madrid los techos son hermosos, hay tejas, hay chimeneas, hay colores, no se pueden comparar. Pero a veces extraño los techos de Buenos Aires. Es una boludez, pero me pasa.
-Hache, en su mensaje de despedida.

*

Martín: ¿Sabés qué extrañaba yo de Buenos Aires? Los silbidos. La gente que anda silbando por la calle. Aquí nadie silba por la calle. Tardé en darme cuenta. Notaba algo raro pero tardé unos meses en darme cuenta. Casi me vuelvo. Me entraron ganas de volver. Pero pasó. Era absurdo. No se puede volver a un lugar porque querés oír silbar a la gente.
Dante: Bienvenido al club de las mariquitas cursis.
-Martín y Dante, después de ver el mensaje de despedida de Hache.

*

Martín: Eso de extrañar, la nostalgia y todo eso es un verso. No se extraña un país, se extraña el barrio en todo caso, pero también lo extrañás si te mudás a diez cuadras. El que se siente patriota, el que cree que pertenece a un país es un tarado mental. ¡La patria es un invento! ¿Qué tengo que ver yo con un tucumán o con un salseño? Son tan ajenos a mí como un catalán o un portugués. Estadísticas, números sin cara. Uno se siente parte de muy poca gente, tu país son tus amigos, y eso sí se extraña, pero se pasa.
- Martín a Hache, en su cena de bienvenida a Madrid.

***

Con ciertos cambios por venir de pronto medio lamento que ahora ya no tendré forma de hospedarme de nuevo en la Narvarte cuando vaya al DF y ahora sí perderme las caminatas mañaneras hacia cualquier estación del metro de la línea 3, caminar y tener todo a la mano, el superama de Xochicalco, los puestos de jugos y licuados, mis tacos de canasta, los bancos, los cafés, el trolebús sobre Eje Central y el micro que me lleva hasta Coapa, la paquetería y la venta de boletos del ADO, los barecitos -incluyendo los de mala muerte-, el Naranjito, los Pericos, los recuerdos, las diagonales, las glorietas, las calles en donde parecíamos predestinados a cruzarnos, las jacarandas y todo eso. Mi único vínculo ahora con este lugar que no sé por qué me ha quedado tan marcado (en serio, ¿es normal extrañar tanto una colonia?), parece ser doña Jose, a quien siempre me hago un espacio para visitarla, y hasta de ella tampoco puedo estar segura cuánto tiempo seguirá ahí. Creo que es sólo una de esas sacudidas que generan las mudanzas. El año pasado que nos movimos todos, de y a diferentes lados y cada quien en su momento, también me sentí así, como si fuese un parteaguas en la historia a partir del cual nada volvería a ser igual, temiendo todas esas diferencias que ocurren cuando la gente se va. También por eso extrañaba tanto, por recordar y pensar en esos departamentos vacíos, en donde al final sólo nos sobreviven las cucarachas.