sábado, septiembre 13

40 años

AL PUEBLO

El Consejo Nacional de Huelga convoca a todos los obreros, campesinos, maestros, estudiantes y pueblo en general, a la GRAN MARCHA DEL SILENCIO

En apoyo a los seis puntos de nuestro pliego petitorio:

1. Libertad de todos los presos políticos.
2. Derogación del artículo 145 del Código Penal Federal.
3. Desaparición del cuerpo de granaderos.
4. Destitución de los jefes policíacos Luis Cueto, Raúl Mendiolea y A. Frías.
5. Indemnización a los familiares de todos los muertos y heridos desde el inicio del conflicto.
6. Deslindamiento de responsabilidades de los funcionarios culpables de los hechos sangrientos.

En la que exigiremos la solución inmediata y definitiva por parte del Poder Ejecutivo a nuestras demandas.

Reiteramos que nuestro Movimiento es independiente de la celebración de los XIX Juegos Olímpicos y de las fiestas cívicas conmemorativas de nuestra Independencia, y que no es en absoluto intención de este Consejo obstruir su desarrollo en lo más mínimo. Reafirmamos, además, que toda negociación tendiente a resolver este conflicto debe ser pública.

La marcha partirá a las 16 horas del día de hoy, viernes 13, del Museo Nacional de Antropología e Historia, para culminar con un gran mitin en la Plaza de la Constitución.

Ha llegado el día en que nuestro silencio será más elocuente que las palabras que ayer callaron las bayonetas.

  • Desplegado en El Día, 13 de septiembre de 1968


Pueblo Mexicano:
Puedes ver que no somos unos vándalos ni unos rebeldes sin causa, como se nos ha tachado con extraordinaria frecuencia. Puedes darte cuenta de nuestro silencio.

  • Volante en la manifestación del 13 de septiembre


¿Sabes?, me gustaron, me cayeron bien, por hombrecitos. Muchos tenían esparadrapo en la boca, casi todos parecían gatos escaldados con sus suéteres viejos, sus camisas rotas pero tan decididos. Les eran simpáticos a la gente que estaba en las banquetas viéndolos, y muchos, además de aplaudirles, se les unían y cuando no se les daba propaganda la pedían, e incluso el público se ponía a repartir de mano en mano. Nunca había visto antes una manifestación tan vasta, tan de a de veras, tan hermosa. Toma, te traje unos volantes.

  • Paula Amor de Poniatowski, madre de familia


El temor quedaba atrás, la confusión, los rumores, los conflictos internos. Los mismos maestros exclamaban con gusto que debíamos olvidarnos de la "retirada estratégica". Ese triunfo lo cambiaba todo. Nos habíamos enterado de que el gobierno calculó que la manifestación no pasaría de diez mil personas; el CNH pensó que serían ciento cincuenta mil; y, rebasando los cálculos más optimistas, la asistencia fue de trescientos mil manifestantes.
Todas las mil pequeñas dificultades que cada miembro del CNH tenía en su propia escuela desaparecieron. No había que pedir a los alumnos que asistieran en mayor número a las asambleas. Volvían solos. Nuevamente se abrían perspectivas. Se iniciaban debates, se trataban temas candentes. Una medida, una sola medida había levantado y reestructurado el Movimiento, porque no hacía falta sino una cosa: devolver la confianza en nuestras propias fuerzas y encontrar un sentido, un propósito a las tareas concretas, al trabajo común. Y esto se logró con la manifestación silenciosa.

  • Gilberto Guevara Niebla, del CNH



La selección de testimonios viene de la crónica La noche de Tlatelolco de Elena Poniatowska, Era, 1971.
La foto la tomé de aquí, pero no tiene créditos.
Y buscando por aquí y por allá me encontré esta página con información publicada en la Revista Proceso hace varios años; vale la pena echar un ojo.

Cuando estaba más chica solía idealizar el '68. En la casa y con mis abuelos de vez en cuando salía el tema; mi abuelita en particular siempre detestó a Díaz Ordaz, no tanto por defender el movimiento; pero toda esta historia me parecía inverosímil, hasta que a los 14 años encargué un libro que mi papá no encontró y en su lugar llegó con éste de la biblioteca de su trabajo. Lo leí dos veces seguidas, llorando, conmovida, envuelta en rabia, incapaz de entender. Esos sentimientos no se han ido, aunque sí, ya no idealizo.
La manifestación silenciosa, La Silenciosa, es el evento que encuentro más significativo del movimiento. Si las cosas ocurrieron como las narran, la fuerza de esta voluntad de cambio, de mejora, de progreso, debió de ser en verdad tan grande como para poder disciplinar a tantos jóvenes en el compromiso de una marcha en silencio. No voces, no consignas, sólo pasos. Pasos firmes, fuertes, enérgicos.

2 comentarios:

P.Azah dijo...

Karina:

¡GRACIAS!

Patty

Anónimo dijo...

:)

(me da como pena preguntar porqué)

un abrazo Patty