viernes, mayo 29

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Salí a hacer el último pago y luego a por más cajas para este proceso de vaciar y mover. El viento estaba rico, algo caliente pero aún rico, y sentí el olor de lluvia por venir y vi cómo la mitad del cielo ya se ponía oscura. Por un momento creí que era el destino, una postal más para la colección de cambios que van acompañados de un día lluvioso (el primer día en una escuela nueva a mitad de cursos en 6to de primaria, la mudanza al DF, la mudanza a este pueblo, mi primer día de clases aquí...) pero al final no me convenció la idea. Me limité a caminar y disfrutar el ambiente y a agradecer una tarde linda y cinco minutos de tranquilidad.

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Yo creo que existe este fino hilito que nos une, la idea suena un poco boba pero tengo la imagen en la cabeza desde hace mucho tiempo y ya me parece bastante natural. Entonces estamos nosotros y nuestro hilito. A veces es largo largo y se suelta el carrete, el carrete que resultamos ser cada uno de nosotros, y hay mucha distancia y entonces parece que es tanta que nos olvidamos; pero a lo mejor tú (o él o ella) y/o yo reaccionamos y nos acercamos, hasta que el hilito se tensa un poco y nos volvemos a unir, estamos de nuevo cerquita. Pienso que es el balance natural de nuestras interacciones. A veces pienso que parte del balance natural es que esa distancia se haga grande grande y el hilito se rompa, a lo mejor a veces somos nosotros mismos quienes lo soltamos. Pero puede suceder que estemos ya tan cerca, tan cerca cerca cerca y la tensión sea tanta que igual acabamos rompiendo nuestra unión; como si fuese por glotonería, o quizá por exceso de expectación.
La verdad es que necesito terminar este documento y enviarlo mañana antes de las 10 y son ya casi la 1am y no tengo para cuándo, me estoy quedando ciega y jorobada frente al monitor editando la versión semi-final de las tablas y pensando en las historias a contar en las conclusiones, con tan poca concentración, supongo, que me asaltó esta imagen, y entre hilos y distancias me lleno de incertidumbres, esos temores por eventos en donde no existe la probabilidad cero.

miércoles, mayo 27

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Creo que al fin descubrí una de las ventajas de tener temporadas de professional procrastinator; después de dar vueltas por ahí huyéndole al trabajo como si el escritorio estuviese lleno de kriptonita, uno se sienta y ve todo tan claro: joder, si esto no debería ir así... y de pronto como que no queriendo empiezan a salir ideas que, por el momento, suenan bastante bien. Nuevos resultados, nuevas tablas medianamente editadas que espero sean más convincentes (si no, otra tarde divertidísima formateando estas cosas). Lástima que esto deba estar para el viernes y que apenas voy a poder ver a mi asesor el jueves. Eso al final es lo malo de darse el lujo de trabajar en función de las visitas del pepe grillo inspirador.

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Ayer me llegó un correo de alguien cuyo nombre no me sonaba pidiéndome que contestara una encuesta sobre expectativas matrimoniales, ondas así de si esperabas que el amor durara para siempre, si esperabas que los hijos fueran responsabilidad de los dos (¿?, me pregunto si alguien piensa lo contrario), si esperabas tener sexo más de una vez al día después de casados (sin comentarios), etcétera. Ya estaba a punto de mandarlo al spam cuando medio me acordé que a este cuate lo conocí en un cumpleaños de MN. Respondí la encuesta porque me hice una promesa a mí misma cuando trabajaba en esas cosas de que siempre me prestaría para esos trotes porque sé lo difícil y desesperante que es que la gente no sea participativa (una vez hasta estuve en algo así como un focus group para un nuevo sabor de yoghurt danone!), y porque el tema me caía de novedad. La encuesta no me gustó mucho y pensaba tomarme la libertad de hacer unas sugerencias, pero como D dice que soy muy fijada decidí sólo hacer un comentario que creí podría servir al instrumento y ya. En fin, el caso es que antes de responder le escribí a MN para asegurarme que el cuate era su amigo y pues de paso pa saludar e insistir que fuera a nuestra súper reunión de excompañeritos porque corrían rumores de que no iba a poder y todo eso. MN me escribió un correo de esos lindos en los que uno se pone al tanto de la vida de personas que aprecia pero que no ha visto en quién sabe ya cuánto tiempo, pero también me apachurró un poco el ánimo su comentario al respecto de la reunión y esa idea como de la ronda de las generaciones que en el fondo siento que tiene. Y me caló aún más porque creo que es cierto y porque me hizo acordar de esas cosas que uno sabe que están ahí en el cajón de los pendientes y nomás se hace uno wey porque así es más cómodo. Una comodidad incómoda diría yo. Pero ya estoy diciendo sandeces. Supongo que de todos modos iré, con esa mezcla de entusiasmo sociópata que suele salirme en ese tipo de reuniones, y bueno, ya con los amigosamigos habrá chance para ponerse al día con una buena taza de café.

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Pensando en el mundo y esas cosas recordé una plática del verano pasado:

RL: ... y veníamos en el camino y ahí en X (no sé qué punto intermedio entre Monterrey y Tampico) y que vamos viendo un espectacular del Y (partido patito de su elección) con la foto de PK de candidato a diputado!!!
--todas las demás estallamos en carcajadas recordando más de una historia nomás con la mención del nombre--
RL: Quién diría, ¿no? Quién lo viera cuando estábamos en la secundaria... O sea, pero ¿cómo él? habiendo tanta gente buena, inteligente... y PK que no es precisamente listo...
K: pues verás, que seguramente es por eso...

Creo que si estoy en el lugar y el momento adecuados voy a alcanzar a votar, y es tan triste, porque supongo que lo más seguro es que acabe anulando mi voto y no me termina de convencer esa decisión.

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Siempre tengo esta lista de antojos, de todo lo que quiero hacer y comer nomás esté de vuelta en casa, pero lo que más me da vueltas desde hace dos semanas son estas ganas que tengo ir a tomar un café con leche al Elite en el centro. Me encanta ese lugar por su café, el pan no es muy bueno, pero por el puro café vale la pena el viaje. Es tan rico que no hay relleno. Café espresso bien cargado con su chorrito de leche caliente y un toquecito de espuma, en sus tacitas ésas blancas de toda la vida. De niña me gustaba el lugar porque ahí nos compraban un agua de jamaica en el mostrador abierto que tienen sobre lo que hoy es el pasaje peatonal, y en tiempo de frío nos compraban churros. No sé cómo fue que agarramos, muchos años después, la costumbre de ir a tomar el café ahí mi mamá y yo, pero ahora es una práctica muy nuestra. Ni a sus amigas ni a las mías les gusta ese lugar, mi papá hace bromas al respecto. Y es que el Elite tiene ese aire un poco popular (que no lo es tanto, al menos por los precios) y un mucho de viejo. A lo mejor eso también es otro factor, en el fondo creo que mamá y yo sabemos que de estar todavía con nosotros, mi abuelo Mario nos acompañaría, como otros tantos viejitos y jubilados llegan a ese café con sus esposas o hijas o nietas, o con sus otros amigos a platicar o a leer el periódico. Cuando estoy en casa vamos al menos una vez a almorzar ahí, y un par de veces más nomás por el gusto de ir a dar la vuelta y mirar aparadores de todos esos negocios del centro, o a veces a comprar telas para no sé qué, prácticas que asocio con mi madre y mi abuela y que una vez que ya no estén ellas siento que van a desaparecer, lo que sea, pero terminar la tarde con dos tazas de café con leche bien cargado y una orden de churros para compartir.
Ya quiero estar de vuelta.

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PD: ¿No olvida ud algo? Vea la entrada anterior :)

martes, mayo 26

viaje

Dicen de esos libros tan buenos que no quieres que terminen. Yo más bien pienso de esos libros buenos que me envuelven tanto que me hacen muy difícil regresar a mi realidad; siempre toma tiempo, aunque no se esté tan lejos, el camino de vuelta va lleno de emociones y cuestionamientos.

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El último libro que me ha hecho sentir así, que me ha atrapado por completo, que no quería que terminara, es El Error del Milenio, una colección de cuentos de Daniel Espartaco Sánchez. Para todos los que no hemos podido conseguir un ejemplar, el autor ha subido una copia de libre acceso en internet aquí.

Así que aquí tienen una invitación: vayan al link en scribd, bajen el libro, dense un ratito para leer. Les aseguro que les gusta, no es una recomendación al azar. Disfruten.

lunes, mayo 25

El Axioma Débil de las Preferencias Reveladas

P1XA+P1XA > P1XB+P1YB => P0XB+P0YB > P0XA+P0YA


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y no, no estoy hablando de economía, pero sólo así ciertas cosas tienen sentido


(y blogger no me acepta las fórmulas, así que los unos y los ceros, las As y las Bs son subíndices y las desigualdades no son estrictas, sino mayores que, un desastre de expresión pues...)

domingo, mayo 24

choices

Find your space. Find your spot. Wear what you love. Choose the careers that may have meaning to you, because there's always somebody who will say, "I wouldn't have worn that color", or "Why didn't you work at that job?" But if you're comfortable in the choice and it resonates with you, then all that other stuff --it's just conversation.

-Michelle Obama.

jueves, mayo 21

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Por fin llegó la visa y estoy molesta. En la página decían que la de turista generalmente tiene validez por cinco años, y a mí sólo me la dieron por 90 días ¿qué se creen, que voy a ir a sacar una visa cada vez que regrese a su país? Pues váyanlo sabiendo que a menos que me case con un brasileiro, me lo voy a pensar dos veces antes de volver (ja, quejicas de pobre que se da importancia ;) sí). En realidad me acuerdo cada diez minutos y me da risa: tuve que salir corriendo descalza y en pijama para alcanzar a la de la mensajería. Como el final de Bridget Jones 1, pero sin nieve y más bien con lluvia (y en vez de un Mark Darcy esperando con un nuevo diario, estaba la mujer de FedEx con mi sobre y la chunche ésa para firmar). Es que sí: LLUEVE, riquísimo, rítmico, fresquito. Un día bonito, nublado, ganas de trabajar, café con leche, dos posibles ideas para la especificación de salarios, y un cuento.

Sean felices, tengan días buenos :)

martes, mayo 19

de esas cosas estúpidas que me hacen sentir exótica

sacar mi tóper llenito de papaya y melón, mientras la gran mayoría sale con su típica manzana...
(bonus point: que me tome el tiempo de limpiar y picar mi fruta fresca, aunque bueno, yo no estoy trabajando este verano, pero eso ya no fue cosa mía)


05/20/2009: anoche D volvió a salir con eso de mi fijación por mi apellido que va con uvé en vez de b; dijo que eso le dió una primera idea de mi personalidad y me pareció exagerado; luego de volver a leer esta entrada creo entender qué quiso decir

sábado, mayo 16

farewell

R se irá mañana muy temprano. Ya lo sabía pero no se lo dije. Pasa que no quería despedirme, yo que tengo tanta aprehensión por las despedidas y prefería dejarlo pasar esta vez, después de todo ya teníamos rato sin hablar. Creo que no éramos personas que sirvieran para despedirse; y de pronto era innecesario, porque siempre nos volvíamos a encontrar. Por eso la última vez nadie dijo nada y solita llegó la distancia. No extrañaba a R, y estoy segura que R tampoco me extrañaba a mí. Nos hacíamos compañía de vez en cuando y lo pasábamos bien; aunque no sé muy bien porqué nunca terminamos por congeniar del todo, es una pena. Eran estimulantes nuestras discusiones también; después de todo así fue como nos conocimos, en medio de una discusión por una ventana y el aire acondicionado que no servía. Yo no pensaba despedirme pero R sí, y finalmente accedí porque nos llevamos bien después de todo, aunque quizá sea la persona más seria con la que me he topado hasta ahora, pero sólo porque nunca pudimos conocernos en una faceta mucho más relajada. Todavía antes de irse me dijo que tenía que tomarme las cosas con más calma, que el trabajo no lo era todo; lo dijo muy así, con sus maneras tan socráticas para expresarse. Algún día a lo mejor se lanza para congresista o algo así, a lo mejor un día también yo hago algo grande, una vez hablamos de esas cosas que uno piensa cuando es más joven y cree que puede salvar el mundo. Tampoco se lo dije, pero espero que si un día nos vemos así a lo lejos, pensemos con gusto que fue bueno conocernos.

viernes, mayo 15

excusez moi

En nuestro último retiro espiritual en la casita de las monjas en Valle, por razones todavía un tanto inciertas tuve un episodio de convulsiones (hipótesis más convincente: desmayo, caída sobre una banqueta, golpe no mortal en la nuca o cerca de ella, et cetearis...). Dicen que salvo el nombre de mi señor padre y mi entonces señorito novio, fui incapaz de pronunciar palabra o hilar ideas y estuve inconsciente toda la noche y sólo recuerdo un flashazo en el que me subían a una ambulancia. A la mañana siguiente me desperté en un cuarto diferente al de los dormitorios de la casa de retiro, yo de lo más fresca y sin entender por qué todos me miraban como si fuera Lázaro recién resucitado, porqué me dolía tanto la cabeza y tenía un moretón en la mandíbula más el labio inferior roto y porqué Caty y Sonia no se me separaban ni un momento. Cuando regresamos al DF y mis padres me recogieron en la escuela me dijeron que las monjas me habían condicionado y que no tenía permitido volver a clases hasta que me hicieran análisis y ver qué diablos me pasó. Los estudios no mostraron ningún daño posterior o condición neurológica de cuidado, así que se tomó eso como un episodio aislado a partir del golpe y fin de la historia.
Hace poco publicaron en PostaSecret una tarjeta en donde alguien confesaba que a veces deseaba ser incapaz de tener hijos para así tener una excusa para adoptar. Eso me dejó pensando porque de forma similar a veces quisiera yo tener una excusa para cuando yo me siento increíblemente torpe. Quienes me conocen saben que tengo muy buena memoria, soy capaz de recordar detalles que para mucha gente pasan desapercibidos, eventos que la mayoría olvida y pendejaditas que a nadie importan. Sin embargo, en ocasiones he descubierto varias lagunas y eso primero me duele y a veces me asusta. Se trata de cosas que han ocurrido y es como si me hablaran de una película que nunca he visto, imposible de entender que haya pasado. Nada grave, pero extraño, recuerdos que se han perdido; una monedita argentina que Sonia nos regaló a Gaby y a mí en una despedida, no logro recordar cuando pasó ni dónde está la parte que me tocó a mí, y eso que yo guardo hasta los recaditos que nos pasábamos en clase durante la prepa; la casa de I, hace varios años también, logro recordar todo lo que hicimos ese día, pero no dónde era su casa ni que estuve ahí, aunque hay fotografías que lo comprueban. Lo más reciente, que fue cuando empecé a darle vueltas a este asunto nuevamente, fue una plática con Fer donde me preguntaba sobre una historia que le conté de JCR una noche que bajábamos al metroTacubaya. Fer me insistía y me insistía ("acuérdate Kari, acuérdate, no se te puede olvidar, tú siempre has tenido buena memoria") y no me creía que no recordara, siendo que de JCR guardo con harto cariño tantos momentos y tantas historias. Lo más extraño es que tengo memoria selectiva, pero no para los buenos recuerdos, es tan raro. Sin embargo, lo que me preocupa en realidad es cuando siento que mi capacidad de almacenamiento en mi memoria se ha deteriorado con el tiempo. A veces me pasa que olvido qué películas vi la semana pasada, o que a la mañana siguiente no recuerdo de qué trataba el capítulo que leí y disfruté tanto. Mi madre diría que eso es porque estoy distraída, que no estoy concentrada. Lo que me preocupan son las ideas y el conocimiento que deberían acompañarme en el largo plazo. Pienso que si este año tuviese que presentar mis prelims de nuevo no sería capaz de responder satisfactoriamente, o que si tuviese que volver a programar en UNIX ya no sabría cómo hacerlo, después de dos años de trabajar y comer de eso, sólo por poner un par de ejemplos, no demasiado exhibicionistas. A veces quisiera que ese golpe en la cabeza o mi otro acompañante ahí dentro tuvieran una razón de ser más allá de lo que son, para así tener al menos una explicación, o más bien una excusa, cuando mi desempeño no es tan óptimo como debiera. Cuando pienso eso me siento culpable, y pienso que en el fondo está bien sentirse mal por pensar eso, porque supongo que buscarse excusas de esa magnitud es una forma muy vil de autocondescendencia. Igual a veces lo pienso. Igual a veces me intriga.
Ya se me habían pasado esos pensamientos cuando hoy por la tarde mientras caminaba pasó un señor en bicicleta y como es mi costumbre me le quedé mirando (últimamente pongo atención a los ciclistas porque pronto me haré de una bici para mí). Me di cuenta que su brazo izquierdo sólo llegaba hasta el codo, así que sólo sostenía el manubrio con su mano derecha; la bicicleta no tenía modificación alguna que hiciera más fácil o cómodo el manejo del manubrio. Dio vuelta a la derecha en Mountain e inclinó todo su cuerpo al frente para que su codo izquierdo se apoyara en el manubrio y así ejercer presión y cambiar de dirección. Con dos manos y dos piernas me he inventado cantidad de historias para no usar la bicicleta. Con electroencefalogramas e IRMs limpios quiero buscarme excusas para mi memoria. Ver a ese hombre me hizo recordar la fuerza de la voluntad, y que ésta es tan poderosa que más vale encauzarla positivamente. Si me he de convencer de algo, que sea de algo bueno, pues.

martes, mayo 12

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Tampiqueña de nacimiento, tabasqueña de sangre, chilanga por adopción, temporalmente en el autoexilio. Tengo algo así como un espíritu nómada, una sensación de falta de permanencia. He vivido en 20 casas diferentes desde que nací, y me he mudado en 13 ocasiones; próximamente serán 14. Las mudanzas las cuento cuando tengo que vaciar un lugar para irme a otro, llevándome todas todas mis cosas, y notificando un cambio de domicilio. Por razones prácticas considero la casa de mis padres mi domicilio permanente (y hasta ellos se cambiaron recientemente de casa hace dos años), pero aún no siento que tenga un hogar. A veces siento que mi patria, mi hogar, es donde está la gente que quiero: mi familia, mis amigos; pero el problema es que eso no es un lugar estático, porque toda mi gente está desperdigada. En casi todos lados siento que estoy sólo de paso. Decir algo tan simple como mi casa suena a veces muy ambiguo, o vacío, muy cambiante. Eso me ha hecho desarrollar manías, que van desde las muy serias hasta las muy sin sentido. La que me está sacando de quicio en este momento es esta extraña clasificación que tengo del tiempo y mis deberes y la forma en la que respondo a todo eso; el hecho de saber que estoy aquí por cinco meses apróx y me regreso un rato y luego de vuelta y así; hacer lo que tengo que hacer y regresar. Volver a casa, hacer lo que no hago aquí y luego volver. A veces siento todo esto como círculos no concéntricos y que a veces, con algún de suerte, llegan a intersectarse. Bueno, quizá exagero, claro que siempre hay áreas de intersección; pero ahora estoy en uno de esos momentos en los que mi cuerpo y mi cabeza están aquí, pero mi corazón bastante más al sur y cerquita del mar, o entre las montañas. Y en el inter todavía falta terminar tareas que me invento, vaciar, llenar, cambiar de primavera a otoño sin hacer escala en el verano, volver, dejar firmados cheques sin fondos, regresar. Seis semanas y contando.

sábado, mayo 9

OST

Hay un par de películas que he ido a ver sólo por su banda sonora, y varias pelis cuyo soundtrack me resulta igual o más memorable que la historia que ambientaron. Disfruto mucho las bandas sonoras que son tan buenas así solitas, por sí mismas; y me da un no-sé-qué (algo así como que se me eriza la piel) cuando en una película la música hace que una escena sea uno de tantos clímax en la historia. A lo mejor también por eso cuando vivo con mucha intesidad algún suceso, sea bueno o malo, a veces me sorprendo acompañando mi sentir con alguna pieza o canción en la cabeza.
En fin, aquí dos OST de dos pelis que he visto recientemente:

* Zbigniew Preisner, para La double vie de Véronique, una caja de maravillas que hipnotizan.


* Scratch Massive y compañía, un agradable descubrimiento, para Broken English (la película me gustó lo normal, pero me dejó como inquieta porque sentí que me había gustado mucho mucho, hasta que me percaté que dejé que corrieran todos los créditos porque la música me había atrapado).


y si le pican a las fotos está el link que los lleva a donde conseguí los discos :)

feliz fin de semana

viernes, mayo 8

Yoshimi battles the pink robots :)




(y es que no hay mal que pueda durar cien años)

jueves, mayo 7

no se necesita mucho

pienso,
tener algo qué comer cuando te da hambre,
poder dormir cuando necesitas descanso,
tener algo digno en qué ocuparte,
la posibilidad de un buen baño,
y un par de ojos que correspondan al reflejo de tu mirada

simple,
pero no fácil

pienso

lunes, mayo 4

blue, don't be blue

I just want to move ahead
I just want to free myself - but it's a struggle
I just want to stay in bed
I just want to be myself - but it's a struggle

-Ringside, Struggle