el rumor escucha las cadenas
que lleva el torrente
oye, mira el terror cabalga en
aras de bayoneta
Acércate amor mío, no temas, ya pasará
Nos cubrieron con lazos de dolor nos robaron el
lenguaje de los astros
No temas, ya llegará la aurora
En la negritud se volcó la imagen
nos rompieron los cráneos y mis
cabellos bañan la simiente
Estréchate, ya pasará el frío
Se crecieron las negras raíces
Serpiente verdesmeralda formada de
cristal de gritos Nos negaron el silencio
y nos acogotaron con sus voces
Ya pasará amor mío no temas
- Eduardo Santos, de la Facultad de Comercio de la UNAM. Revista de la Universidad, Volumen XXIII, número 1, septiembre de 1968
También lo tomé de La noche de Tlatelolco, de Elena Poniatowska. Cuando lo leí por primera vez me sorprendió que estuviese fechado un mes antes de la tragedia, es algo tétrico que suene tan premonitorio. Siempre que lo leo siento que estoy ahí, que los veo a los dos juntos, pecho tierra, sin entender el caos de la matanza, temerosos de ser separados en cualquier momento; estar justo ahí, por una mala jugada del destino, a merced del azar de las ráfagas de tantas armas.
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