miércoles, abril 27

gravedad cero

se siente raro eso de que pronto voy a volver, antes de que las cosas cambien definitivamente, pero tambien desde ahora saber que ya nada es ni sera lo mismo
nostalgia o saudade? no se, pero es solo poquito

viernes, abril 15

Tamaulipeca, nací en Tampico... -à propos

Tengo ganas de escribir del dolor que habita mi corazón por todo lo que está ocurriendo en mi ciudad, en mi estado, en mi país; de la rabia que me da la ignorancia, la cerrazón y la corrupción de nuestras autoridades; de la impotencia que me invade como ciudadana en una sociedad no indiferente sino maniatada y hasta cierto punto sesgada y dividida.

Estuve en Tampico en dos ocasiones el año pasado: agosto y diciembre de 2010. Sólo cuatro meses de distancia y las diferencias que encontré me hicieron pensar que en menos de un año visité dos ciudades totalmente distintas. La sensación que me quedó cuando regresé a Tucson en enero fue de haber estado en una ciudad sitiada. No que la violencia y la inseguridad sean problema sólo del lado mexicano: a menos de una semana de haber regresado a Tucson hubo un tiroteo con un saldo de seis muertos, incluyendo menores de edad y adultos mayores, además de trece graves heridos, entre ellos una congresista; sino que hay una diferencia sustancial entre incidentes aislados y un estado de permanente psicosis colectiva reafirmada todos los días con los hechos y no por rumores o imaginaciones como las autoridades quieren creer.

Las noticias recientes sólo demuestran que la violencia y la falta de control por parte de las autoridades han crecido exponencialmente. Felipe Calderón dijo ¡Ya basta! y nos recordó que el enemigo en común son los delincuentes, los sicarios, los narcotraficantes, que ellos son los que matan y secuenstran y hacen daño. Y volvió a su cantaleta de que el gobierno está bien, que debemos estar unidos y que el ¡Ya basta! debería dirigirse a los malos y no a los buenos. Conozco gente que piensa como Calderón y que defiende su política y señala que toda crítica debería ir acompañada de alternativas, que se queja de que la sociedad civil no participa y es indiferente y que no denuncia. Y yo ya me estoy cansando de todo esto.

Yo nada más espero el día en que me digan que mi padre no regresó a casa el viernes por la noche como lo ha hecho por 12 años en los que tiene que salir a trabajar fuera de la ciudad durante toda la semana, o que me avisen que mi hermano fue tiroteado en una fiesta, o que mi madre fue secuestrada o atrapada entre el fuego cruzado de un enfrentamiento, o cualquier historia de las que todo mundo ya habla, no por rumores o imaginaciones, sino porque ya todos conocemos a alguien que directamente ha sido atacado en esta guerra sin cuartel. Ya ninguno de nosotros está exento.

Para los que dicen que las críticas son vacías si no están acompañadas de sugerencias, ahí les va un recordatorio:

1. Desde el inicio de esta lucha se sabía: Las drogas son un problema muy complejo y no es un enemigo común. No cuando uno de los países con un extenso consumo de drogas es tu vecino y no se une a tu lucha. No cuando la demanda ha estado creciendo, no sólo en Estados Unidos sino también en Europa y los carteles se están posicionando en Asia y tu consumo interno también se incrementa a ritmo exponencial. Así que o tienes un proyecto común y a mucha gente fuerte de tu lado o te las vas a ver negras tú solo, echándole escupitajos al cielo porque cada país tiene sus propias agendas y no las van a acomodar a tu conveniencia para echarte la mano cuando estés en apuros. Por ejemplo, ¿de verdad Calderón y/o su administración son tan ingenuos como para pensar que Estados Unidos iba a cambiar su legislación sobre las armas, el cual es un derecho constitucional, sólo para echarle la mano a México cuando las cosas ya se pusieron difíciles? ¿No debió su administración estar consciente de que los carteles eran significativamente más poderesos y planear estrategias acordes para dificultar el tráfico ilegal de armas antes de creer que la fuerzas armadas iban a poder con eso y más?

2. Desde el inicio muchos nos sorprendimos por un plan de acción tan limitado: ¿Atacar el narcotráfico? ¿que las drogas no lleguen a tus hijos? Cualquier "científico social" de los que abundan en la administración, con un poco más de dos dedos de frente pudo haber dicho: Pero a ver, ¿por qué la gente consume drogas? ¿por qué la gente se pasa de la economía formal a la informal/subterránea y cultiva y produce y distribuye y vende y exporta drogas? ¿cual es el meollo del asunto? ¿habrá acaso una correlación entre estos altísimos índices de pobreza, estos bajísimos índices de alfabetismo funcional, estos terribles datos sobre desempleo, con el incremento en la compra-venta de droga? ¿habrá algo que podamos hacer, quizá más a largo plazo, pero que tendrá resultados duraderos?

3. ¿Y es que acaso nadie se acordó de Colombia en los 80? Y esto para mí es lo más inverosímil. Colombia estaba por los suelos entre el narcotráfico y la guerrila y la locura y todo lo demás, y costó muchísimo trabajo y el apoyo de Estados Unidos para poder restablecer el orden relativamente ¿por qué no se consideró esto como un caso de estudio, como una forma de solicitar apoyo y guía del gobierno colombiano ante una situación similar?

4. ¿Y los servicios de inteligencia? De verdad, que hasta el sentido común lo dice: no hay que dar paso sin huarache. Para mí a todas luces el gobierno no tenía la menor idea del tamaño del monstruo con el que se estaba enfrentando. Calderón todavía se queja amargamente de la falta de apoyo de gobernadores y demás autoridades locales (¿alguien se chutó la entrevista que le hizo El País en donde yo no podía dejar de verlo como la caricatura de Trino del Rey Chiquito?), pero esto sólo demuestra la falta de acuerdos políticos que son condición necesaria antes de aventarse en una empresa de la magnitud de este enfrentamiento. Aún me sorprende cómo se llevaron meses de mesas redondas y páneles de discusión cuando estaban planeando la reforma energética, ¿por qué no se hizo algo similar en México ante el planteamiento de esta lucha? ¿cuándo nos vamos a dar cuenta que para todo problema se requieren estrategias integrales que necesitan tiempo y consensos para diseñar, madurar y fructificar? En Ciudad Juárez quisieron hacer algo al respecto cuando ya era demasiado tarde, o ¿es que acaso alguien todavía recuerda que "todos somos Juárez"? No se pueden encontrar soluciones a problemas sociales con un fast-track, el diseño del programa de guarderías se hizo en un mes y ahí tenemos la guardería ABC como resultado.

5. ¿Y la transparencia? ¿Que no se supone que tenemos tres poderes para servir de contrapeso unos a otros? ¿El Senado, la Cámara de Diputados no tuvo nada que decir?

6. Esto es trivial, pero ¿y dónde quedaron los economistas? Pareciera que ninguno anduvo por ahí para recordarles que dificultar la distribución de droga reduciría la oferta incrementando los precios y por tanto haciendo más lucrativo el negocio, que si el combate antidroga no era general entonces la guerra entre carteles sería más sangrienta por el control de las plazas, pero que la demanda no desaparecería. El colmo de los colmos es saber de buena fuente que la gente sigue consumiendo drogas abiertamente, que en el Vive Latino se seguía consumiendo mariguana como si fuera Coca-Cola, por poner un pequeñísimo ejemplo.

7. El combate a las drogas no es nada más atacar la distribución o la producción, sino a toda la maquinaria que hace el negocio redituable, léase lavado de dinero ¿por qué no se han congelado cuentas bancarias de narcotraficantes? ¿por qué no se persiguen ese tipo de delitos fiscales con toda la fuerza de la ley, de la misma forma como se hace con pequeños contribuyentes?

8. Si era un problema de corrupción, como Calderón lo ha mencionado muchas veces, que el narco ya estaba metido por todos lados ¿por qué no atacar por ahí, fortaleciendo instituciones, promoviendo la transparencia, haciendo trabajar eficientemente a la Suprema Corte, quitar el fuero para poder enjuiciar a autoridades corruptas, ofrecer apoyo a los mismos para la captura de criminales?

¿Por qué? ¿Por qué no?

Por eso me molestan los comentarios de quienes dicen que los ciudadanos somos pasivos y que le echamos la culpa al gobierno.
La mayoría de nosotros no queríamos estar en esta guerra.
Si no quiero que las drogas lleguen a mis hijos, los educo.
Considero un mal muy grande la corrupción y es preocupante saber que el narco estaba ya infiltrado en casi todos los niveles del gobierno. Apoyo el combate INTELIGENTE Y ESTRATÉGICO, no una guerrita de mentiras.
Las drogas son un problema muy grande y muy complejo que un país solo no va a solucionar.
Yo estoy a favor de que se legalicen drogas blandas, que productores y consumidores paguen altos impuestos y que el consumo sea controlado. Que se sancione el consumo y producción de drogas duras por igual, pues no tiene sentido sancionar la oferta y no la demanda o viceversa.
Yo quiero volver a vivir en paz.

Y no me digan que es culpa de los ciudadanos indiferentes.
Es de miopes no darse cuenta que la voz de ciudadanos valientes y llenos de dignidad ha sido callada de maneras brutales, frente a la indiferencia, ineficacia y algunas veces prepotencia, de autoridades.
Como ciudadanos somos civiles, sin armas, sin monopolio del uso de la fuerza, frente a un ejército que no distingue entre civiles y criminales, y frente a criminales sin piedad y sin humanidad, secuestrados por el temor de salir a la calle y de hacer nuestro trabajo digno después de haber perdido un amigo, un familiar, después de haber sido extorsionados, privados de libertad, después de haber perdido nuestro negocio, después de haber sido obligados a comenzar de nuevo en otra ciudad huyendo de tanto daño.
Ya bastante valentía se requiere para levantarse todos los días y salir a la calle, a ganarse el pan y hacer la vida con lo poquito que nos queda para respirar en medio de todo lo que estamos viviendo.

Quiero volver a vivir con algo de relativa paz.
Es un dolor muy grande leer los periódicos todos los días, hablar con la gente que sufre en carne propia todo esto.


martes, abril 5

Exámenes

Mi mamá me ponía a ayudarle a calificar desde que yo estaba en la primaria. Ya he dicho muchas veces que yo nunca quise ser maestra, pero por X o por Y siempre acababa al menos tutoreando a alguien. No creo ser muy buena enseñando, pero bueno. De haber sabido que acabaría en la academia me habría negado rotundamente a tener algo que ver con esto desde temprana edad.

400 exámenes por calificar...

Algunas ideas al azar, a propósito de diseñar, cuidar y calificar un examen:

1. Diseñar un examen generalmente lleva horas y casi siempre AL MENOS una persona más lo leyó y revisó (proofreading, que le dicen en inglés). Así que comentarios del estilo "esto es incorrecto", "esto no tiene nada de sentido", cuando un alumno no entiende una pregunta, de verdad que me ponen de malas, en particular si yo he estado directa y profundamente implicada en el diseño de un examen. Sí, ya sé que suena bastante snob, pero de ese nivel considero es la calidad de mi trabajo. Otra historia muy diferente es cuando alguien me hace notar que una pregunta es confusa por la forma en que está escrita, lo cual sé que siempre puede mejorar. Pero si estoy obsesionada por algo cuando hago una pregunta es justamente por la claridad y la precisión de lo que pregunto y la manera en que lo hago.

2. Los exámenes más fáciles de calificar son los que tienen respuestas o muy buenas o muy malas, y eso es discernible fácilmente. Lo muy bueno o lo muy malo salta claramente a la vista y eso ahorra mucho tiempo.

3. Palabrería hueca y abundante, así como letra ilegible es de aborrecer. Generalmente implica que la respuesta es incorrecta, pero la parte buenita de mi ser siempre trata de dar una oportunidad de que a lo mejor algo en esa respuesta es rescatable. Pocas veces me llevo sorpresas.


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Tengo ganas de borrar el post, pero en todo caso, haced caso omiso de él. Es cierto lo que sentí cuando lo escribí, pero no es bueno ser tan arrogante.