miércoles, agosto 22

recomiendo


Como no tengo algo demasiado interesante qué contar hoy (si acabé temprano mi tarea y fui a una exposición de fotos ni le va ni le viene al mundo), prefiero compartir una lectura que encuentro recomendable. Aún no termino de leerla porque el inglés es un poco sosticado y porque apenas y aprovecho mi media hora de comida para echarle un ojo, así que voy lenta lenta, pero lo que llevo me ha parecido inspirador.

Se trata del ensayo de Ralph Waldo Emerson, The American Scholar, y que si bien uno piensa que se refiere a la academia, yo creo que es un llamado de atención a toda persona, con cierta particularidad hacia quienes se dedican a crear. Internet es una maravilla y se puede leer el ensayo completo si le pican aquí.

-----------

Ay, bueno, esto si lo cuento. Hace un par de horas de camino a casa en un crucero estaba una chica con su perro, un labrador color chocolate que nomás me vio me hizo una fiesta. Yo soy amiga de los perros callejeros y de niña hasta me los llevaba a la casa. La chica se disculpó conmigo porque el perro se me aventaba para jugar, pero yo estaba feliz. Le conté que yo tenía uno igual que se llamaba Otto y me contó del suyo, que estaba enfermo porque ya está viejito, pero todo lindo el señor perro, feliz de que lo llevan a ejercitar. Me preguntó qué le había pasado a Otto y que si no lo extrañaba. Total que cruzamos la calle y nos despedimos; me llamó la atención que me dijera que pasara una linda noche y que ojalá mi perro estuviese bien. Con este encuentro me puse contenta porque adoro los perros, pero sobre todo porque me parece muy noble la amabilidad de los desconocidos. Ya me lo había dicho Heather en el DF: lo mejor del suroeste gringo es la gente. Creo que tiene razón.

2 comentarios:

Agustin Acevedo Kanopa dijo...

bautizaste al perro en honor a Otto el piloto, de Los amantes del círculo polar?

Agustin Acevedo Kanopa dijo...

Karina, gracias por su comentario en mi blog, la estaré visitando más seguido