Estoy preocupada por el sismo de anoche en Perú. No sólo porque durante año y medio trabajé con peruanos, o porque tengo un par amigos cuyas familias viven allá, no queda más que pedir que estén bien. También me da miedo porque esta mañana me levanté aterrorizada de qué pasaría si ocurriera un terremoto parecido en el DF y yo acá. No aguantaría la desesperación. Mi hermano, mis amigos, tanto cariño que tengo allá y aparte la ciudad devastada. Le tengo un pavor enorme a los temblores. Por eso no quería abrir el periódico hoy, para no agarrar más paranoias. Pero uno tiene que enterarse, y para colmo resulta que hay tormenta tropical por las costas de Tamaulipas.
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