miércoles, julio 18

pues sí, ya estoy de vuelta. Uno de esos viajes repesados en los que no se descansa y el tiempo pasa de volada. Mi abuelo sobrevivió, un hombre de 82 años con más vidas que un gato. Fue un viaje complicado, la verdad es que en los últimos 8 años mi vida familiar fue de mucha calidad pero de tiempos limitados y de pronto convivir diario con mis padres y el montonal de parientes que hay en mi familia extendida paterna fue una mezcla extraña de alegría, dudas y locura medianamente infernal. Suena exagerado, pero no siempre exagero.
Aprendí muchas cosas, creo. Lo principal: la importancia y el valor de la ligereza (¿levedad?) del alma; creo que por eso los Córdova son tan longevos. La cosa es no dejarse llevar por la calma chicha, sino que es cuestión de no cargar pesos de más. En fin, otra cosa que me marcó fue una serie de eventos que me hicieron replantear mi tarea con este fin que persigo de ser "científica social", de dedicarme a trabajar temas sociales a partir de la Economía; ese objetivo confrontado con la realidad que hay en tantas caras de México, esos choques que te hacen preguntarte el ¿cómo? ¿cómo superar la pobreza, combatir la exclusión, incentivar la producción y la movilidad social?
Por último, esta vida definida por círculos, otra casualidad: antes de quedarme a vivir sola en el DF hace 8 años hice un último viaje con mi familia a Veracruz... resulta que justo ahora que me voy a Arizona (pucha! ya en 5 días!) regresé a Veracruz con mis padres, cosa rara porque no estaba en nuestros planes ni en el itinerario ni nada y no noté la coincidencia hasta que llegamos... Anyway, supongo que tampoco es taaan importante, pero me gusta encontrar patrones y casualidades, porque creo que estas cosas no ocurren nomás por pura puntada.
En fin, tengo que irme, ya contaré más y espero poner fotitos.
Adiú!

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