martes, junio 5

la vida es una tómbola

no, no es que no tenga nada qué hacer, todo lo contrario, pero no hay nadie por acá con quien hablar y llevo todo el día en medio del trajín y escribir aquí 5 minutos me despeja un poco.
La cosa es que aún con los pendientes resulta que me llevo sorpresa tras sorpresa con todo mundo, desde amores que van y vienen, hasta amigos que desaparecen de pronto y regresan con herencias millonarias y cambios de vida de 180°. Demasiadas cosas para un solo día y sin comer. Lo único que necesito es un abrazo. Ese abrazo que sé me protege y me reconforta y que me recuerda que todo saldrá bien. Nada más.

Update: sí, claro y yo que me quejaba del calor... me quejaba porque ya no estoy acostumbrada y veo que será difícil habituarme al desierto de Arizona. Bueno, pues decía que me quejaba y para que se me quite lo mula, Dios me castigó y se acaba de venir una tormenta en este bendito cerro. Claro, esa lluvia tan oportuna a las 8pm a punto de salir a casa.

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