Ayer fui a una de las sesiones de discusión legal del proyecto de la ONU en el que comencé a colaborar. No puedo dar muchos detalles, pero les cuento que el tema de ayer fue Acceso a la justicia. La reflexión acabó centrándose en los derechos humanos y la falta de acceso a servicios jurídicos por parte de grupos sociales vulnerables, para finalmente tornarse en una discusión sobre el enfoque de género y la discriminación a las mujeres.
Cuando terminamos me quedé con PZ comentando algunos puntos del documento que discutimos y luego nos fuimos caminando al metro. Nos pusimos al día respecto a las cosas que habíamos hecho en estos meses, de nuestros excompañeros del trabajo, etc. Resulta curioso/paradójico que nos conocimos en un proyecto relacionado con la informalidad y las barreras a la legalidad y de alguna manera hemos seguido involucrados en temas relacionados, y la cuestión es que a pesar de trabajar en organizaciones civiles y académicas reconocidas, nunca hemos tenido relaciones formales (o por lo menos medianamente decentes) de empleo. Yo lo he resentido en muchas ocasiones y sí es feo saber que no puedo cotizar puntos en el INFONAVIT o que si me atropellan voy a acabar en la Cruz Roja a falta de seguro médico, pero siempre he considerado que ésta es sólo una situación temporal. PZ está rayando la treintena de años y le preocupa un poco más que a mí esto, dice que ya le gustaría establecerse, tener cierta seguridad, que ya pasó mucho tiempo para ser sólo temporal. Creo que somos muchos en nuestro grupo demográfico que andamos en las mismas, con empleos eventuales, contratos fantasma, persiguiendo cheques tardíos, sirviendo de prestanombres con los recibos de honorarios. Sin un piso mínimo de seguridad.
La segunda paradoja de la tarde fue que veníamos de una discusión sobre las barreras a la protección jurídica de las mujeres y en el metro nos tocó un enfrentamiento a golpes. Un tipo golpeó a puñetazo limpio a una mujer y el esposo por defenderla a su vez encaró al tipo y la cosa se puso fea. Pararon el servicio de trenes y decidimos salirnos porque eso iba para largo. Tomamos un taxi y PZ venía indignado diciéndome que a veces cree que las feministas exageran con esto del enfoque de género pero que cuando ve casos como éste de violencia contra la mujer se da cuenta de que falta mucho por hacer y que la situación es preocupante. Luego le conté que justo en esa estación donde fue la golpiza (Sevilla) fui víctima de acoso. Tenía 21 años y estaba preparando un proyecto de innovación tecnológica en el expendio de boletos del metro. Me consiguieron una cita con una autoridad del metro con el que conseguí información para estimar la demanda del servicio y los niveles de afluencia por línea y estación. El tipo después quiso cobrarse "el favor". Afortunadamente le saqué vuelta a la situación y no pasó nada, pero me hizo sentir fatal, burlada, humillada, fúrica e iracunda. Nadie tiene derecho a hacernos sentir así. Nadie.
***
CRIMEN
La espera me agotó no se nada de vos
dejaste tanto en mí
En llamas me acosté
en un lento degradé
supe que te perdí
¿Qué otra cosa puedo hacer?
si no olvido, moriré
y otro crimen quedará
otro crimen quedará
sin resolver
Una rápida traición
salimos del amor
tal vez me lo busqué.
Mi ego va a estallar
ahí donde no estás
oh… los celos otra vez
¿Qué otra cosa puedo hacer?
si no olvido moriré
otro crimen quedará
otro crimen quedará
sin resolver.
No lo sé
cuanto falta no lo sé
si es muy tarde no lo sé
si no olvido, moriré
¿que otra cosa puedo hacer?
¿que otra cosa puedo hacer?
ahora se lo que es perder.. oh
y otro crimen quedará
otro crimen quedará
sin resolver.
(Gustavo Cerati)
Ayer quise escuchar esta canción y me sorprendió entender lo que dice, remitiéndome a algo que pasó hace poco y que aún lamento. De verdad lo lamento.
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