lunes, mayo 21

ODIO SER LIBRA Y NO PODER DECIDIR FÁCILMENTE


Estaba hartándome un poco de este día pero mi hermano se conectó al gtalk y me alivianó un poco. Generalmente su valemadrismo y ligereza me hacen enojar pero a veces me hacen reír mucho y una vez que lo conoces sabes que en realidad Víktor en el fondo es bastante serio y comprometido con su entorno y circunstancias.

Bien. Estoy un poco molesta porque comienza a fastidiarme mi trabajo, no puedo con tareas monótonas porque mi paciencia se agota. Justo en la mañana me llamó PZ para invitarme a una chambita en un proyecto de la ONU y me debato entre aceptar o no porque con el jefe que me cargo y mis tiempos encima para arreglar papeles, mudanza, visa, terminar la chamba aquí, etc siento que ando medio limitada de tiempo. Una parte de mí me dice que acepte la oportunidad y que me la juegue (la karina emprendedora); otra parte de mí dice que mejor no (la karina prudente e inhibida); una tercera parte expresa que qué hueva (la karina decidiosa y con pereza). Súmale que soy la librana típica cuya indecisión la paraliza ante las disyuntivas. De verdad estoy que no me aguanto.

Fin de semana ajetreado pero agradable. Sábado por la mañana dedicado a pagar cuentas y arreglar un poco el departamento. Vine a la chamba y trabajé casi 5 horas para aligerar la carga de trabajo en la semana y entregar a tiempo los pendientes. Luego fui de Santa Fe a Villa Coapa chutándome 2 horas para cruzar el periférico y sólo para comer con Sonia. Tenía como tres meses sin ir a su casa y en general me gusta sentir el calor de hogar, aunque a últimas fechas nunca hay nadie en casa. Me dio gusto verla después de casi un mes de no coincidir y me dio más gusto que también Daniel Benjamín, su hermano menor, estuviese ahí. Daniel tiene 14 años y es como nuestro medidor del tiempo porque cuando nos conocimos él tenía 4 añitos. Lo recuerdo bastante bien porque me impresionó ver a un pequeño con tanta lucidez y vitalidad plenamente consciente de que estaba librando una batalla contra la leucemia. Afortunadamente esos días quedaron atrás y Dani logró vencer al cáncer. Ahora me impresiona lo alto que está y no puedo evitar sonreír cuando lo escucho con su nueva voz ronca. Voy a sonar a vieja, pero todavía me acuerdo cuando le ayudábamos a su mamá a organizar sus piñatas y fiestas de cumpleaños. Le dije que no podría acostumbrarme a decirle Daniel ahora que ya está grande, siempre le he dicho Dani o Danielito; me dijo que yo podría seguir diciéndole así siempre que no lo haga frente a sus amigos. Ése es nuestro trato. Lo divertido del día fue ser su alcahueta para que le dieran permiso de ir a una fiesta por la salida a Cuernavaca. Esas fiestas de la adolescencia son buenas.

El domingo me levanté temprano a estudiar un poco para la visita guiada de la tarde. Fueron a fumigar el departamento y tuve que salir un par de horas para no morir junto con los bichitos (obviamente exagero, pero no había ventilación en la casa y es recomendable salir un rato). Fui a almorzar, pasé por la ropa a la lavandería, regresé a arreglarme. Llegué temprano al museo (soy guía voluntaria) y estuve papaloteando un rato antes de mi visita. Comencé a las 14:30 en punto y un poco nerviosa porque de la dirección nos pidieron que acortáramos las visitas debido a la gran afluencia de personas en las salas. De verdad lo intento pero no puedo hacer menos de 1 hora con 50 minutos de visita y la gente no se queja. Pero bueno, de todos los recorridos que he dado este año el del domingo pasado fue particularmente disfrutable. Tuve un grupo de entre 40-60 personas (siempre hay población flotante) muy ordenado y participativo y eso es una gran motivación. Generalmente las personas al final de la visita hacen comentarios, pero nunca recibí una retroalimentación tan positiva como la de ayer. No me refiero a que me agradezcan y me den crédito, no es eso lo que me importa, sólo quiero que la gente pase un rato agradable, que disfrute su recorrido y que se quede con curiosidad adicional o con ganas de volver. Luego ahondaré en eso. En fin, fue ayer muy satisfactorio.

De vuelta a casa y luego de una rápida salida al súper preparé algo muy rico para cenar. Generalmente si estoy sola no me gusta cocinar pero ayer tenía antojo de una pasta especial y me di ánimos para hacerlo. Vi tele, leí, terminé de limpiar el departamento. Pasada la 1am del lunes dormí. En paz.

Libros que hay ahorita en mi escritorio (que no necesariamente estoy leyendo en orden):
Diez grandes economistas. De Marx a Keynes de Joseph A. Schumpeter
Doktor Esperanto, una biografía novelada del creador del idioma Esperanto
Una antología de Ricardo Flores Magón, publicada por Textos Universitarios de la UNAM (estos dos últimos los tomé de la biblioteca de casa de Sonia)
Mathematics for Economists de Simon & Blume
Game Theory for applied economists de Gibbons
y mis notas de Mate IV, porque estoy repasando cosas que hace 5 años resolvía sin problema y ahora escarbo en mi memoria para no aterrarme

(entre paréntesis: ¡mierda! me estoy volviendo lineal y aburrida... o quizá apenas me estoy dando cuenta)

Bonita noche, parece que va a llover. Debí sospecharlo, siempre que uso zapatos sin calcetines o que no traigo paraguas, llueve ;)

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