Sí, ya me iba, pero mientras echaba un ojo a cómo quedaron los posts de hoy pensaba en qué tenía yo de bueno para ofrecerle a quien se pase un tiempo por aquí leyendo estas cosas. La verdad es que hay muchos más espacios en la blogósfera mucho más propositivos, creativos, irreverentes, serios, divertidos, llamativos, etc. Mil y un cosas más con las que la gente se puede identificar mucho mejor. Suelo creer que la inmortalidad es otro nombre para la trascendencia: vivimos en la medida en que damos y dejamos una huella en los demás. La cosa es que creo que últimamente mi legado en la gente no ha sido tan bueno y eso me pone triste. También por eso creo que nadie parará por aquí ni dejará comentario alguno. Pero bueno, tampoco este ejercicio se trata de eso. Es simplemente hablar, mostrar, escribir. Y ya.
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