jueves, febrero 21

dos sueños (sí, dos)

Anoche tuve pesadillas por alrededor de una hora, me levantaba cada 10 o 15 minutos, sobresaltada, asustada; eso, o los desdoblamientos, lo cual es peor. Yo pensaba que era taquicardia pero un día platicando con C me dijo que a él le pasaba igual y me dijo que sí, que eran desdoblamientos pero que aunque se sienta horrible, no es algo grave, un efecto del cerebro cuando estamos muy cansados; así que ya no les tengo miedo a esos momentos, o al menos, no tanto.
Hace rato tomé una siesta y tuve un sueño bien bonito. Soñé que venía de cenar con R y que me llevaba a mi casa (que en realidad era casa de mi tío M) y en eso volteaba al cielo y veía una estrella fugaz y otra y luego otra hasta que caía en cuenta que era una lluvia de estrellas y le decía a R pero ella no me hacía caso. Pero yo me emocionaba mucho y quería pedir un deseo, pero estaba tan embelesada por la cantidad de estrellas fugaces que simplemente no podía articular palabra, ni idea, nada, sólo ver y ver, maravillada. Suena exagerado, pero de la emoción me desperté. La última vez que vi una lluvia de estrellas fue hace... pff, 4 años ya, que convencí a J e I de salir del DF para ver las Leónidas. Nos fuímos a casa de I hasta que dieron las 2am y por poco nos quedamos dormidos, pero yo me puse en la necia hasta que desperté a J que fue rezongando todo el camino porque le tocó hacer de chofer; estuvimos en un paraje de la carretera a Puebla hasta pasadas las 4am porque ya no aguantábamos el frío. Vimos unas cuantas, nada comparado cuando la vez de Cocoyoc, con S, en donde literalmente parecía que estuviesen tire y tire fuegos artificiales y duró muchísimo, también fueron las Leónidas esa vez.
Mi otro sueño es de hace una semana; generalmente olvido estas cosas bien rápido, pero este lo he traído en la cabeza desde entonces, creo que porque fue algo parecido a una experiencia extrasensorial, por muy mafufo que suene, soñé con olores. Estaba en una comida al aire libre con un montón de gente, conocidos y desconocidos y despúes del postre le regalaba hojas y semillas a los que estaban a mi alrededor. En particular recuerdo que regalaba una podita de un árbol de mango y hojas frescas de orégano y es que lograba sentir claramente los olores ¿han olido las hojitas tiernas del mango? es un olor fresco y dulzón, un recuerdo que guardo de niña, y el orégano me recuerda a mi abuela, la estrafalaria, porque ella siembra todas esas hierbas tan ricas en su casa, una de las pocas cosas buenas que me gustan de ella.
¿Post aburrido? Lo siento, pero ando trabada con una tarea de análisis real y necesitaba hablar de algo que me hiciera tocar base. Porque no, aunque sufra, no me voy a cambiar a Sociología :)


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