viernes, febrero 8

Conclusiones

I

Creo que cuando uno actúa como lo manda su corazón (o su naturaleza o su fuerza interior o la luz divina, como le llame cada uno), no hay manera de arrepentirse, porque por donde le busquen, adentro de uno no habría podido ser de otra forma.

II

Han habido eventos que me han marcado fuertemente y, en el momento, creí que no iba lograr superarlos nunca. Luego el tiempo pasa y las cosas se acomodan y superamos el suceso y una se da cuenta que eso malo que pasó nos dejó algo bueno: un evento lleva a otro que nos pone en el lugar y en el momento adecuados para tomar una buena oportunidad; eso en el mejor de los casos, a veces simplemente es que logramos entender por qué pasan ciertas cosas y aprendemos y crecemos en ese sentido. Por eso, al final de cuentas, estoy convencida de que todo ocurre para bien, siempre que sepamos verlo.
Ése es mi consuelo cuando no me siento muy bien o cuando siento que sufro por algo: sé que pasará y algo bueno habré de sacar de esto. Lo malo es que todo lo quiero aquí, y ahora. Por eso a veces me desespero. Quiero que lleguen las respuestas, los atisbos de que todo será mejor, una probadita de seguridad de que voy por el buen camino.
En el pasado hice apuestas en las que algo o alguien no apostó por mí. Ni modo, así es esto, hay que seguir. Pero ¿y el par de proyectos a los que he apostado ahora? A veces es difícil mantener la fe.

III

Ocultar una verdad no es mentir, pero a veces puede lastimar tanto como una mentira.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

I -> Si actuams haciendo lo que queremos.. es imposible equivocarse!!
II-> Siempre hay que conservar la fé!!! Nunca hay que desesperar, al final todo llega...
III-> Para mi, es mucho peor oculta una realidad k mentir...

Anónimo dijo...

II-> Siempre hay que conservar la fé!!!

esos tres signos de admiración al final terminaron de convencerme :)

un abrazo Jonay!