sábado, septiembre 15

Cómo leer en bicicleta

No he leído este ensayo de Gabriel Zaid, pero ayer que me caí de la bicicleta y estaba sufriendo horrores en ese vehículo recordé el título de este texto y me pregunté cómo demonios se podía leer en bicicleta con lo difícil que es tratar de pedalear y rogarle al Señor por no volverse uno a caer.
Pues bien, resulta que ayer me hice de una bici que me prestaron por este semestre, un aliviane porque ya había pensado comprar una y así me ahorro unos buenos pesos (o dólares, que es lo mismo). La cuestión es que hace al menos 10 años (sí, no exagero) que no montaba un aparato de estos.
Tuve una bici a los 4 años, de ésas con rueditas en la llanta de atrás y en ella aprendí y la usé hasta que tuve como 7-8 años (mis padres siempre fueron de esos de comprar las cosas en tallas y tamaños grandes "para que así pueda usarlo un buen rato cuando la niña crezca"), luego se la pasaron a mi hermano y luego mi hermano tuvo su propia bici y yo nunca demostré mucho interés en andar haciendo deporte y esas cosas y nunca pedí una nueva. Mi papá que si es un hombre muy de ejercitarse tenía su buena bicla y a veces yo la usaba, pero pffff eso fue hace mucho tiempo.
Total que ayer me dieron el aparato éste en la universidad y yo nomás pensaba en cómo le iba a hacer porque los viernes me traigo casi todos mis libros y demás cosas de la escuela para trabajar el fin de semana en casa y yo ya me veía batallando cargando la mochila y montada en esa cosa. Así que me fui a la biblioteca a dejar un libro y así pues para practicar. Bien dicen que si aprendes a andar en bicicleta nunca se olvida, o algo así ¿no? Pues bien, yo no lo olvidé pero de ahí a que pueda coordinar... cosa casi imposible. De entrada no podía agarrar bien el manubrio y cargar con el reputísimo libro en la mano, así que me subí, me moví 2 centímetros y me caí... Dije, bueno, no pasa, un intento más y en eso salió un grupito de hindús de la escuela de negocios que siempre andan así en montón y dije "ay, dios, ahora falta que me venga a caer enfrente de toda esta gente"... y afortunadamente no ocurrió. Pasé por el underpass y sobreviví y ya era casi feliz cuando recordé que después tenía que pasar de ladito porque luego del underpass hay una barrera de contención que hay que rodear para salir a la calle... y entonces los nervios de que quién sabe si pueda pasar así en ese espacio sin problemas... y pues lo pasé pero me entró la inseguridad y maniobré mal y ¡MADRES! ahí voy a dar contra la pared; para no caer estrepitosamente me fui de lado y me raspé todo el brazo derecho... claro y justo a unos pasos estaban unos monitos undergrads afuera de uno de los dormitorios... Me hice la que no le dio importancia al hecho y seguí... ya bien mona y más segura... hasta que me cayó el veinte de que no sabía cómo putas madres frenar en la bicicleta. Yo recordaba que frenaba mi bici moviendo los pedales hacia atrás pero pues ésta no es así... así que me iba pedaleando despacito. Hasta que di una vuelta y de nuevo me sentí insegura y me caí... pero esta vez estuvo feo. Un chico se detuvo a preguntar si estaba bien, pero yo estaba más preocupada porque en los malabares de la caída a mi-bolsita-de-tercipelo-negro-bordado-que-tengo-desde-hace-más-de-5-años se le rompió la correa... y ni idea de cómo pasó porque ya saben que uno cierra los ojos cuando avecina una caída y no quiere enterarse del ridículo que hace con el zaporrazo que se da. En fin.
Pa no hacer el cuento más largo después de esa vez no me volví a caer. Logré llegar a casa, sana y salva y sin más caídas, pero con el brazo raspado y un moretonzote en la rodilla izquierda, y con el corazón como caballo desbocado porque tuve que usar el carril de bicicletas que es un espacio sobre la misma calle (no en la banqueta) por donde pasan los coches y tenía miedo de dar un volantazo y acabar en el cofre de una camioneta o algo así.
Tengo algo de pavor a volver a usar la bici pero supongo que es cuestión de práctica. Una vez que logre estar bien ducha en el arte del ciclismo quizá acabe el miedo a conducir y pueda tener mi propio coche y algún día cumpliré mi sueño de manejar, aunque sea una vez, un tráiler. Pero veremos...

Aquí la foto de la causante de mis martirios:

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