jueves, julio 10

vanidad

No es fácil que confíe en alguien, y es algo que toma su tiempo, en general. Por consecuencia, son pocas las personas que tienen mi confianza casi ciega. A Hemma la conozco recién de hace un año pero inmediatamente me sentí segura en sus manos, quizá porque es amiga de mi hermano y porque Víktor es muy exigente en estas cosas. Las maneras francas y directas de Hemma me hacen reír y me recuerdan a mi tía B. Su honestidad es apabullante y lo único que uno puede hacer es decir pues claro, ha de tener razón. Tengo pocas vanidades, y una de ellas es mi cabello y para eso sí tengo bien claro qué quiero y cómo lo quiero; pero si Hemma dice hazte esto o mejor te hago así, aunque titubee, acabo accediendo, siempre que no involucre teñir o poner químicos a mi cabello. Ella me convenció de cambiarme el corte, de dejarme crecer el pelo, esas cosas. Y yo estaba bien feliz. Pero ayer me dijo que mejor me cortaba el cabello un poco más para dejar respirar las puntas y que me dejaba más capas y un poquito más cortas para darle un aire distinto, etc. Y la dejé hacer. Y dicen que se ve bien. Oh. Oh. Pero ahora A MÍ NO ME GUSTA ¡Qué arrepentimiento! ¡Qué desesperación esperar hasta que vuelva a crecer! ¡Quiero mi cabello largo larguísimo de vuelta! :( -gimoteo, gimoteo-. Por lo pronto al nuevo largo de pelo medio le he hallado el gusto atándolo todo en una coleta y regresando a mi flequillo de lado, onda que me hace ver bien chavititita... y, según el monito que lo susurró a su mamá en el autobús, léalo ud bien: ¡emo!
en fin...


***

cosas que no soporto:

1. que las cosas no funcionen cuando y como debieran
2. que la gente confíe en que lo malo que hacen alguien estará detrás para arreglarlo
3. que la gente hable nomás por decir algo (nomás por hacer ruido, pues)

2 comentarios:

Mario Gensollen dijo...

Sí, bendito silencio a falta de palabras inteligentes. Yo tampoco entiendo como las mujeres pueden hacer de su cabellera un laboratorio. Saludos.

Anónimo dijo...

Bueno, la cosa es que a veces a algunas personas les sale: se avientan y los experimentos tienen resultados positivos... en fin, supongo que también es cuestión de suerte, y como sea, el cabello ya crecerá :)
Oye Mario, si vuelves por aquí, y a propósito de tus vínculos con Wittgenstein y el comentario que hiciste, ¿qué tan correcta es una supuesta cita de él: "de lo que no se puede hablar, hay que callar"? La sé de oídas y por terceras referencias y yo la repito mucho, pero no sé si está fundamentada (y como que nunca me he animado a aventarme el Tractatus LF).
Saludos!