pues ya entré en ese trance de aridez mental en el que todas las buenas ideas que creía tener se me fueron o ya me parecen malas y estoy ahí sentada viendo al monitor, escribiendo un renglón y borrando dos. Es esa relación amor-odio con las cosas de uno, que primero las ve como lo non-plus-ultra y después reniega de todas ellas. No, tampoco es perfeccionismo... creo que a veces soy tan valemadrista y/o desesperada que no podría ser perfeccionista. Quizá simplemente mi pepe grillo inspirador se ha quedado dormido en el sillón o se fue a pasear sin avisar (las musas no aplican para las niñas, ¿o sí?).
Tengo para acompañarme mucho café, porque no sólo me gusta sino que también me despeja. Tengo un par de cartas bonitas que me hacen sentir bien. Tengo al Fuchi, mi miniperritito de peluche, que me mira con sus ojitos simpaticones y al que apachurro cuando me entra el ansia. Tengo a Radiohead sonando y eso me aliviana bastante. Me compré el OK Computer como autoregalo de cumpleaños cuando cumplí 19. Era cuando ya leía La Mosca en la Pared y tenía la cabeza llena de nombres de grupos y discos que DEBÍA escuchar. Así que agarré, ese cumple me lo pasé solita, y me lancé al MixUp de Santa Fe y gasté todo el mes completito de la beca en 8 discos. Lo mejor, sin duda alguna, fue OK Computer. Yo estaba embelesada, ya conocía Karma Police, pero Paranoid Android me cambió el oído musical para siempre. Hasta la fecha no dejo de escuchar el disco, y cuando ya me harté de todo lo escuchable, OK Computer es como regresar al inicio, dar un respirote, ponerse en orden y empezar otra vez. No me fijo en las letras, sólo siento la música y la voz de Yorke. That's it. Simple.
Vuelvo, pues.
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