jueves, enero 17

un toque de buen gusto

Me pasé una mañana entera en el centro de la Ciudad de México recorriendo tienditas de pósters, litografías, y tiendas de museo en la búsqueda de algo decente con que vestir las paredes de la casa de mis papás. No encontré algo que me gustara o que combinara con la pintura de los interiores o con los muebles o con el fengshui. Sólo me topé con unas reproducciones de Goya que ya les tenía ganas y que al final ya no pude pasar por ellas de regreso. Igual en Tampico olvidé unos pósters de Paul Klee, de Georgia O'Keeffe, y una reproducción muy linda de Hyppolyte Flandrin (Jeune homme nu assis au bord de la mer, figure d'étude, 1836). Finalmente sólo se coló en la maleta un calendario del puente Tampico que me regaló mi papá y que es lo que acabo de colgar en la pared (después de haberle escondido el letrerote de Aceites y Lubricantes Galván), acompañado de una envoltura de chocolate Vaquita (muuu, qué ricos son) y mis formularios de funciones de densidad de probabilidad que quedaron de recuerdo de mi final de estadística.



También, ahí va la foto de mi comedor-escritorio de principios de semestre, el cual pinta rudo y con harto trabajo; nomás porque me ando poniendo hipersensible y no es onda andar escribiendo así. Fin.


No hay comentarios.: