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Pues sí, la verdad estoy aterrada, por eso medio me hice pato… o sea sí, organicé mis cosas, ya tengo más o menos idea de qué hacer y cómo hacerlo (aunque no hay que moverle mucho, todo se resume en ESTUDIAR) pero nomás me sentaba o volteaba a ver los libros y me entraba una parálisis como ésa que me da cuando entro en pánico frente al volante de un coche. Sí, ya sé, es estúpido, pero ante las cosas importantes de mi vida suele pasarme eso. Y ya luego estaba tranquila y me entraron esos malos pensamientos que trae consigo la duda y me puse medio triste, no me gusta llevarme malas sorpresas, pero con esa creencia mía de que la probabilidad cero no existe… En fin, pero ya fue mucho hacerle al cuento. Ya fue un fin de semana de asueto y no hay más que encarar lo encarable y enfocarse a lo que importa (es lo que me gusta de los lunes, que tienen ese saborcito a que tenemos una oportunidad de empezar de cero otra vez). FIN

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Yo creo que la gente que hace cosas buenas es gente buena. Por eso me cae muy bien Hayao Miyazaki. Yo creo que ese señor es un hombre bueno y de un corazón bien grande. Este fin de semana vi Princess Mononoke y quedé fascinada otra vez. Fue también alimento para la conciencia y otro empujoncito más a una decisión que, si todo sale bien, tomaré en unos meses. Entre las creaturas que aparecen en esta película, las que más me gustaron fueron los espíritus del bosque, que según me enteré, están basadas en las gotas del agua. Cuando uno ve los espíritus por primera vez como que se asusta un poco, pero cuando Ashitaka explica que la presencia de los espíritus indica que un bosque es sano, uno les agarra confianza y se divierte con sus monerías.