miscelánea chapucera

El enemigo a vencer después del miedo es la soberbia, eso va también de la mano de reconocer humildemente cómo está la situación. Aceptar que no lo sabemos todo, y que entender no significa dominar. No me refiero a dominar en el mal sentido, sino en la acepción ésa de “estar filoso como navajita”: tener las cosas bien claras, saber qué significan, qué implican, cómo utilizarlas. Así, aunque no nos guste el tema, el enfoque, el libro o el profesor. Que esté aquí no quiere decir que me guste ni que entienda todo, más cuando tengo bien claro qué me gusta y qué no, sumándole que sigo siendo necia y rejega. Pero esto es parte del paquete. Me quejo porque no lo puedo evitar y no dejo de cabrearme. La cuestión es aprender a sobrellevarlo, a pesar de mí misma, mis prejuicios, mis temores, mi desidia y mi cabeza dura.

Varias frases de personas queridas me acompañan, adornando la pared contra la que está empotrado el escritorio. Una que va y viene y que me sirve como mantra inspirador para evitar desistir y mandar todo al carajo es ésa de Mauricio: “ser experto tecnócrata, descreído, cínico, honesto y erudito”. Es mucho pedir, pero en algo tenemos que ocuparnos. Todo eso, sin dejar de sonreír y sin dejar de sentir que late este corazón.

*

Cansada de un día pesado, decido ir a caminar, aunque pasen de las 11pm, aunque no haya luna, aunque las estrellas sean escasas. No llevo ni 10 minutos, y mientras cruzo la avenida un imbécil grita algo como “cutie girl walking fast”. No me molesto en voltear, pese a que tenía por costumbre gritarles algún improperio de regreso cuando en verdad estaba hasta la madre de eso. Decido sólo pasar al 7-11 por agua y cigarros. No está el don, en su lugar atiende un chico simpático que tiene el soundtrack de Pulp Fiction como música de fondo. Me pone de buenas. De regreso me da coraje que sólo las avenidas grandes estén bien iluminadas y que aún así no me sienta segura porque en ningún lugar puede ir una mujer sola caminando de noche sin que algún imbécil esté molestando. En todos lados la misma vaina.

*

La paradoja de mis empleos a veces raya en el absurdo. Cuando trabajaba evaluando programas sociales para el combate a la pobreza, mi sueldo como asistente de investigación me colocaba justo en el límite de la línea de pobreza de patrimonio en áreas urbanas (ajustado a pesos mexicanos de 2002). Cuando trabajaba como analista evaluando temas de acceso a la justicia, derechos de propiedad y empleo formal en una consultoría externa para el gobierno, mi esquema laboral era lo más informal y chabacano del mundo. Nunca he sabido lo que es tener prestaciones, cotizar en el IMSS, recibir un salario quincenal, tener derecho a vacaciones pagadas o días feriados, o recibir un pavito en navidad. Es la primera vez en 5 años que vuelvo a estar asegurada, y eso porque me lo pide la universidad para inscribirme, sale un ojo de la cara y eso, por supuesto, no lo cubre la beca. Como sea, el seguro no da cobertura especial para todos los efectos secundarios inherentes a ser estudiante de tiempo completo (i.e., liposucción contra la panza de investigador, masajes antiestrés, corrección de la vista, etc.).

Ya sé, son mamadas. La cosa es que pensaba en esto antes de dormir y creo que eso hizo que tuviera un sueño en donde mi exjefe me ofrecía chamba por el verano… y podré quejarme mucho pero la verdad es que así las cosas, no me importaría morderme la lengua y andar otra vez la burra al trigo… lo cual no es tan grave porque la chamba en general me gusta y siempre aprendo mucho; la cosa es que creo que este cuate y yo nos sacamos mutuamente de nuestras casillas bastante rápido… en fin.

Mhmm… muchas ideas en el tintero: la crisis alimentaria, la falacia de los biocombustibles, el terremoto en China (y mi pavor de que ocurra algo similar en el DF), el libro de Salinas y mi postergada defensa de Ernesto Zedillo (padre, no el junior, ése que se las arregle directamente con Paty Chapoy), la lista de canciones más escuchadas según mi iPod, et ceateris… pero mi sentido de supervivencia me dice que debo dejar eso para después, que igual el mundo sigue girando (mil veces mejor) sin necesidad de mis peroratas.

Tons, que tengan bonitos días ;)