A veces sólo se necesita darse una tregua a uno mismo para poder darle una tregua al mundo. Finalmente me di cuenta de que la noche de tv y el estofado no habían sido suficientes para energetizar ni mi cuerpo ni el espíritu, así que decidí escapar al cine, ver The King's Speech, ir a ver libros y dvds, cenar, ordenar el clóset y avanzar en mi lectura entre las cobijas antes de dormir. Y ayer que hasta en un momento me quejé: ¿Cómo puede uno trabajar, habiendo tantísimo sol allá afuera?, hoy amaneció un maravilloso día nublado y una resolana limpia entra por mi ventana. Así que aquí vamos, empezando de nuevo, tratando de hacer esto lo mejor posible, tratando de hacer caso omiso a esas voces que nos recuerdan que podemos reprobar otra vez, que ya nada nos sorprende. Ya veremos, por mientras, sólo tenemos hoy, el trabajo de hoy.
Empezamos de nuevo.
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