miércoles, marzo 3
dicen que a veces es preciso perderse para poder encontrarse
A propósito de Tim Burton, hace poquito hablábamos de Alice in Wonderland y mi inclinación por las historias de niñas perdidas en mundos fantásticos buscando la manera de volver a casa, una forma de identificación que tengo ante esta constante sensación en mi vida de que estoy buscando algo. Me preguntó qué era eso que buscaba y yo sólo sonreí. No sé, le dije, sólo sé que estoy buscando. Quizá lo sepa cuando lo encuentre, quizá lo sepa cuando muera; es más, quizá cuando muera me dé cuenta que no estaba buscando nada en realidad. Quizá esta sensación de búsqueda sea para mí lo que otros tratan de llamar inspiracionalmente como el sentido de la vida o algo así. Él sólo sonrió ante la simpatía de mis enigmas. Esta mañana, a propósito de otra búsqueda que no es mía, pensaba en el sentimiento de impotencia que generan las búsquedas infructuosas cuando sabes qué es lo que quieres en verdad y no lo encuentras. No puedo evitar preguntarme si eso no será porque estamos buscando en los lugares incorrectos o siguiendo una estrategia inadecuada. Es terrible no poder discernir qué pasa o ser incapaces de reconocer en qué estamos errando. Yo desde fuera tampoco lo puedo ver, sólo puedo tratar de dar ideas y tratar de ayudar a cargar un poco del peso de la frustración y la incertidumbre. Trato de pensar que es una cuestión de fe y de no cansarse de intentarlo, porque de un tiempo para acá, ya lo había comentado, me cae como patada en el hígado esa frasecita de "las cosas pasan por algo". Las cosas no "pasan", las cosas no "llegan" así como así porque sí. Las cosas hay que buscarlas, saber recibirlas. Me desespera lo pusilánime de la falta de esfuerzo y de voluntad.
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