Me acabo de enterar y esto ocurrió hace casi un mes ya.
El 22 de febrero de 2010, falleció en la ciudad de Tampico, Tamaulipas la escritora Ana María Rabatté y Cervi.
Descanse en paz.
Ciertamente hacía muchos años que ya no leía su columna Destellos en el Sol de Tampico, no era lo mío, pero a los 12-13 años encontrarse el nombre de una mujer en el periódico local significaba mucho. Mi tío Mario en ese entonces todavía era cartero suyo y él fue quien le habló de mí y de mi admiración por su trabajo, yo quería conocerla. Ella me invitó a su casa un sábado de mayo de 1994 por la mañana. Su casa de siempre en la colonia Del pueblo, con un jardincito trasero tipo invernadero en donde ella y mi madre tomaron café. No recuerdo gran detalle de la conversación, más allá de sus inicios como escritora, sus fuentes de inspiración, su cercanía con la iglesia, mi familia, mis planes a futuro, de lo mucho que en ese entonces me gustaba leer. Una mujer respetuosa y cálida y generosa; yo iba con la fascinación de conocer a una escritora y me topé con una de las primeras imágenes de lo que después entendería es un gran ser humano.
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