jueves, febrero 4

mental overload at a glance

El proyecto en el que ahora colaboro ha sido un giro sustancial en mi carrera y muy probablemente eso determine muchas cosas a futuro, pero también puede que no, aún está por verse. Lo que sí es cierto es que ha sido una aventura para quienes participamos en él y hemos pasado de extremo a extremo entre burlas, críticas constructivas y destructivas, escepticismos, grandes esperanzas, todo tipo de expectativas y muchos tipos de malentendidos (¿qué hacen en mi escritorio manuales de exámenes SAT?, ¿qué haces en el sitio yourhormonesandyou.com?, ¿qué van a hacer con esa caja de manzanas?, ¿de verdad van a hacer que la gente escupa en el laboratorio?). En el ínter, nosotras mismas hemos estado a punto de convertirnos en sujetos de nuestro propio experimento, porque hemos llegado a niveles de estrés que sólo porque dios es grande esto no ha sido el acabose. O eso creí hasta ayer, que me tocó estar en medio de una discusión que no me tocaba presenciar desde aquellos ayeres en donde trabajaba para LR y su esposa y además de ser asistente de investigación tenía que aventármela de referee matrimonial o algo así. Sólo que esta vez no se trataba de una pareja sino de dos colegas que llegaron al colapso cuando yo menos me lo esperaba (¡yo no tenía que estar ahí, yo tenía que haber estado en mi taller de redacción, al que por segundo día consecutivo hoy no pude asistir!). Lo que más he aprendido en mis trabajos ha sido a sorprenderme de la naturaleza humana y ayer yo no me sentía particularmente tensa sino más bien triste. Mi cabecita extrapoló conclusiones del tipo "creo que en cuanto me case y tenga hijos me retiro de la vida profesional y me dedico a mi familia y a mi hogar", y quise buscarte y ya no te pude ver, pero bueno. Ayer me di cuenta de lo difícil que es ser una persona adulta y tener responsabilidades y pesos y la vida de otras personas sobre nuestros hombros; no que no lo supiera, sino que me sorprendió de pronto verlo tan cerca, TAN CERCA. De pronto pienso que voy a talonearle con ganas de aquí a los 35 años para después dejar todo esto y dedicarme a vivir en paz y hacer una cosa a la vez, obvio que primero es condición necesaria el toparme en el camino con un potencial marido billetón. No obstante, hoy me siento medio chinche todavía y mi ánimo se mantiene a flote gracias justamente a chispitas de optimismo como el hecho de que surjan discusiones interesantes respecto a cierto tema de investigación en el que aparentemente me he especializado (en tierra de ciegos el tuerto es rey, explicación más probable en realidad) y entonces me doy cuenta que lo bueno de hacer varias cosas diferentes es que cuando uno se da un resbalón marca diablo o una apucharrada inexplicablemente prolongada de corazón, pues por lo menos hay otros soportes que ayudan al ánimo; que aunque uno se caiga y cojee es mejor eso a caerse y quedarse ahí pues.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hello Ive just found this site[url=http://development.phpfoxguru.com/16/chad8hjan9].[/url]