jueves, noviembre 5

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Hoy me compré tres libros de econometría y un manual de aplicaciones en stata; no había comprado libros de texto para este semestre así que no me pesa la inversión. Me emociono con estas cosas, es chistoso, pero hoy creo que tuve cierta claridad del tipo de cosas que quiero hacer y tener el respaldo de las referencias adecuadas da algo de seguridad (y mucha guía e inspiración).
Hoy me quedé a trabajar en casa casi todo el día, en pijama y sin bañar hasta las tres de la tarde e incluso desayuné con RH en la sala y avancé igual o más que si hubiese ido a trabajar al departamento y pude hasta arreglar el botón a mi blusa blanca con holanes de niña de la pradera; el cambio de aires me hizo bien.
Tuvimos el pretest del experimento esta noche y fue tan divertido como accidentado, pero lo disfruté mucho. Como comenté la otra vez, me doy de topes cada tercer día por haberme metido en este proyecto y dejar de lado mi propia investigación, pero me doy cuenta que en verdad me gusta trabajar con gente (que no necesariamente en equipo, eso es otra cosa) y me emociona la posibilidad de volver a trabajar en campo. Al final tuvimos un feedback interesante, yo estaba en un rincón observando las interacciones y me di cuenta de todo lo que tengo que aprender y las ganas que tengo de ello. Pensaba en que quizá si siguiera el ejemplo de AB y MA volver a dar clases sería edificante y divertido. Y justo cuando pensaba en que sí, me gustaría dar clases de nuevo, ocurrió una de esas coincidencias inesperadas pero tan que parecen enviadas del cielo y por primera vez en la semana me sentí por un ratito feliz, creo que no fue un mensaje al azar. En fin, trabajar en este proyecto es gratificante per se, pero en el fondo, a pesar de sus preocupaciones y todo eso, no me interesa ni la lisonja ni el dinero, sino la coautoría, y bueno, en estos casos de pronto es como en el amor, uno se entrega pero no sabe si le van a corresponder (y de pronto también hasta uno duda de qué tanto se estará entregando).
He trabajado duro esta semana en la chamba pero no he hecho nada aún para salvar esta materia, aún con la dulce preocupación desinteresada de WR. Esta noche de vuelta a casa (me encanta andar en bicicleta de noche y ayer recién cambié a una luz más potente para que los coches me vean y yo no me quede atorada en ningún bache) me di cuenta que mi desencanto es sólo ante las cosas que no me gusta hacer. Y pues ahí sigo echada. Es la última vez en mi vida que trato de llenar requisitos con temas en los que no tengo un interés auténtico, y si es que lo vuelvo a hacer (como quizá suceda si finalmente decido sacar una tercera especialización) será ya definitivamente con un proyecto en mente. En fin, pero a lo hecho, pecho, y a ver qué demonios sacamos de tanta quejadera :|
Y mientras, seguimos.

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