Últimamente siento que debería ir a terapia del lenguaje o de plano a clases de inglés conversacional. Mi oído ha mejorado muchísimo pero mi capacidad para comunicarme con la palabra hablada está por los suelos, no sé porqué. Deje usted de lado el acento, que según dicen no está tan peor, también ese seseo mío tan característico y a veces tan chocante es casi inexistente en inglés (aunque no hay poder humano que me haga pronunciar correctamente el sonido de la th), pero es que me entran rachas en las que mi cerebro no coordina con mi boca y hablo todo lento, mocho o entrecortado y me de ses pe rooo
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no lo vuelvo a hacer... cruda laboral... aunque bien merecido me lo tengo... bueno, de todos modos ya el tiempo se viene encima :( y son cosas que uno debe sacar... pero qué suerte que mi asesor se emociona junto conmigo y me da ideas y no me mira feo cuando le digo alguna burrada... ahorita ya estoy molida... y me siento mal... veo todo lo que quiero ser para darme cuenta de todo lo que no soy y se siente esta espinita que cala y sabe a frustración :|
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El otro día vi a un chica con un tatuaje increíble en el empeine, de haber podido me paraba a sacarle una foto porque me encantó. De cuando en cuando me entran ganas de hacerme un nuevo tatuaje pero no me animo porque no decido qué ponerme y en dónde o porque creo que de viejita me voy a arrepentir. Mi último arranque de deseo por decorarme la piel fue ése del pie, todavía lo estoy considerando (aunque ahora pienso que ha de doler sustancialmente), pero en tardes cómo éstas donde pasan muchas cosas de ésas a las que todavía le doy vueltas, me recrimino de tal manera que pienso en tatuarme palabras, frases que debería tener siempre presentes (un ejemplo extremo anterior, aquí):
FOCUS!
Lo bueno, si breve, dos veces bueno
LR siempre me jodía con eso en el trabajo (no con esas palabras, pero es la idea) y veo que, después de todos estos años, aún no aprendo :|
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Lo voy a decir una vez y ya:
I really wanted to punch that bitch, she deserved it; but she isn't worth the risk. Maybe I should wait till I can sue her for academic harassment.
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me entró un cachito de iluminación y pensé: una cosa es la domesticación en su sentido bonito y otra cosa es hacerse wey --engañarse, pues-- y alienarse en su sentido malo (acá nos entendemos, más o menos)
***
Tengo este librito desde el año pasado, Encyclopedia of an Ordinary Life, de Amy Krouse Rosenthal; no es la gran cosa pero es muy ameno y cálido y simpático, de esos libros que caen bien. Está cortito y son puras entradas breves sobre pasajes o hechos o personas u objetos o animales, etc. en la vida de una persona aparentemente común y corriente. Ahí sigue en el buró a lado de la cama y lo tomo de vez en cuando, no es así como que me quede picada leyéndolo; supongo que ésa es la única razón de peso por la cual no he terminado de leerlo en más de dos meses. El libro me cae mal porque un día platicando con D le conté del libro y su existencia le echa tierra a una idea suya para hacer algo parecido y eso me dio cosa porque a mí me encanta leer a D y sus historias y sería fascinante leer su propia enciclopedia, pero en fin... El punto es que aunque hay cosas completamente intrascendentes, lo que me gusta de Amy Krouse es esa chispa con la que ve la vida, esa sencillez y amabilidad con la que sale al mundo y se permite sorprender con los detalles más inverosímiles que sólo un alma sensible es capaz de ver, es de admirarse. Me gusta porque si algo colecciono en el corazón son noches de charlas largas con personas queridas y encuentros inesperados... La suerte, el destino y las coincidencias dicen que no existen, sino que en ocasiones logramos percatarnos de vínculos entre diferentes momentos y situaciones, nada más. Puede ser, puede ser magia... Pero en tres quintas partes de lo que llevo del tomo único de su enciclopedia personal, Amy comparte maravillas como ésas y es bueno saber que uno puede elegir la manera de ver el vaso y dejarse sorprender :)
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a veces la fe no necesariamente sirve de consuelo, pero entre hundirse y resistir, prefiero lo segundo
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no lo vuelvo a hacer... cruda laboral... aunque bien merecido me lo tengo... bueno, de todos modos ya el tiempo se viene encima :( y son cosas que uno debe sacar... pero qué suerte que mi asesor se emociona junto conmigo y me da ideas y no me mira feo cuando le digo alguna burrada... ahorita ya estoy molida... y me siento mal... veo todo lo que quiero ser para darme cuenta de todo lo que no soy y se siente esta espinita que cala y sabe a frustración :|
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El otro día vi a un chica con un tatuaje increíble en el empeine, de haber podido me paraba a sacarle una foto porque me encantó. De cuando en cuando me entran ganas de hacerme un nuevo tatuaje pero no me animo porque no decido qué ponerme y en dónde o porque creo que de viejita me voy a arrepentir. Mi último arranque de deseo por decorarme la piel fue ése del pie, todavía lo estoy considerando (aunque ahora pienso que ha de doler sustancialmente), pero en tardes cómo éstas donde pasan muchas cosas de ésas a las que todavía le doy vueltas, me recrimino de tal manera que pienso en tatuarme palabras, frases que debería tener siempre presentes (un ejemplo extremo anterior, aquí):
FOCUS!
Lo bueno, si breve, dos veces bueno
LR siempre me jodía con eso en el trabajo (no con esas palabras, pero es la idea) y veo que, después de todos estos años, aún no aprendo :|
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Lo voy a decir una vez y ya:
I really wanted to punch that bitch, she deserved it; but she isn't worth the risk. Maybe I should wait till I can sue her for academic harassment.
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me entró un cachito de iluminación y pensé: una cosa es la domesticación en su sentido bonito y otra cosa es hacerse wey --engañarse, pues-- y alienarse en su sentido malo (acá nos entendemos, más o menos)
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Tengo este librito desde el año pasado, Encyclopedia of an Ordinary Life, de Amy Krouse Rosenthal; no es la gran cosa pero es muy ameno y cálido y simpático, de esos libros que caen bien. Está cortito y son puras entradas breves sobre pasajes o hechos o personas u objetos o animales, etc. en la vida de una persona aparentemente común y corriente. Ahí sigue en el buró a lado de la cama y lo tomo de vez en cuando, no es así como que me quede picada leyéndolo; supongo que ésa es la única razón de peso por la cual no he terminado de leerlo en más de dos meses. El libro me cae mal porque un día platicando con D le conté del libro y su existencia le echa tierra a una idea suya para hacer algo parecido y eso me dio cosa porque a mí me encanta leer a D y sus historias y sería fascinante leer su propia enciclopedia, pero en fin... El punto es que aunque hay cosas completamente intrascendentes, lo que me gusta de Amy Krouse es esa chispa con la que ve la vida, esa sencillez y amabilidad con la que sale al mundo y se permite sorprender con los detalles más inverosímiles que sólo un alma sensible es capaz de ver, es de admirarse. Me gusta porque si algo colecciono en el corazón son noches de charlas largas con personas queridas y encuentros inesperados... La suerte, el destino y las coincidencias dicen que no existen, sino que en ocasiones logramos percatarnos de vínculos entre diferentes momentos y situaciones, nada más. Puede ser, puede ser magia... Pero en tres quintas partes de lo que llevo del tomo único de su enciclopedia personal, Amy comparte maravillas como ésas y es bueno saber que uno puede elegir la manera de ver el vaso y dejarse sorprender :)
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a veces la fe no necesariamente sirve de consuelo, pero entre hundirse y resistir, prefiero lo segundo
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