una de las cosas que más me gusta hacer de noche es ir en carretera y ver el paisaje nocturno con la cabeza recargada en la ventanilla, a veces con la ventana abierta, a veces con la ventana cerrada, según. La música es opcional, depende qué música y con quién vaya o qué pensamientos/sentimientos lleve adentro de mí. Alguna vez me gustaría lanzarme así nomás, con destino a ninguna parte, uno de esos viajes extraordinarios, sin certeza de a dónde vamos y menos lo que vamos a encontrar. Pese a mi afición necesaria por planearlo todo, esos viajes me resultan los mejores.
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una vez había dicho que es cuando conozco gente nueva cuando me siento más sola. A veces también siento que es rodeada de mucha mucha gente cuando de pronto me invade una enorme necesidad de introspección. Entonces quisiera salir corriendo y encontrar una lomita en donde tumbarme a ver el cielo estrellado, así como el burrito ése, Igor. O toparme con un abrazo y compartir silencios, y sentarse simplemente, o caminar, así, también, en medio de la noche fría, callada, sin saber a dónde.
Pero afuera hace calor, no hay silencios, no hay abrazo y no me puedo ir porque necesito un aventón. Me excuso diciendo que salgo a fumar o finjo una llamada por teléfono.
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estaba a punto de fusilarme una foto de alguna carretera de noche, pero me da flojera eso de dar créditos y decidí que algún día tengo que tomar una yo.
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y entonces que nos encontramos después de 11 años
y entonces que nos volvemos a reír
y entonces que no te creo que todavía te acuerdes de la fiesta ésa y que se te ocurre contarlo en público
y entonces que salió lo de las trampas en las tareas de meca y que me explicabas cuando yo no entendía ni madres cómo resolver ecuaciones
y entonces que qué bonito acordarse de la plaza Jalisco
y entonces que es bien lindo que haya cosas que siguen como antes
y entonces que es una sorpresa bien grande enterarse de todo lo que cambió
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