La semana pasada fui al café con S y RL y me alegró mucho verlas porque hacía un ratote que no nos encontrábamos. Estuvimos hablando por horas de todo un mucho y me puso contenta darme cuenta que pese al paso de los años (nos conocemos desde la secundaria) y de lo tremendamente distintas que somos, hemos logrado mantener un vínculo en común. Con cierta particularidad me dio gusto platicar con RL pues desde que se casó, se hizo madre y se mudó a otra ciudad, las oportunidades de coincidir han disminuido drásticamente. Me dio una punzada de tristeza porque me pareció ver un atisbo de soledad en ella y pensaba que es ese sentirse incompleto cuando uno está lejos del terruño, de su gente y todo eso, pero luego pensé que no es necesario irse a otro lugar para sentirse ajeno a nuestro alrededor.
Con esta idea en la cabeza me puse a pensar de nuevo en que hay muchos tipos de soledades y que uno aprende a vivir con ello, lo cual no es necesariamente malo. Hace como un año pensaba que estábamos solos porque somos egoístas y no somos capaces de compartirnos. Luego a principios de enero volví a quedarme sola en un sentido diferente, ése de cuando pierdes al testigo de tu vida y te vuelves torpe, cual si estuvieras cojo, manco, incompleto. A mitad del año dejé muchas cosas atrás para apostarle a un nuevo proyecto cuyo éxito o fracaso sólo está en mis manos, o sea, me lo aviento solita; pero esa soledad no es tristeza.
Mhmm... no sé bien cómo continuar con mi idea, pero no quiero escribir un post de fin de año así todo gris o malavibra porque no me siento así. Lo que quiero decir es que hace unos días pensaba que quizá este año me tocó enfrentarlo sola por todos lados y darme mis cinco minutos de hacerme la mártir por eso, pero luego me di cuenta que no fue así, sino todo lo contrario. He sido muy afortunada porque mis viejos amigos y mi familia permanecen ahí y forman parte de mi fortaleza, y una serie de encuentros sorpresivos iluminó muchos de mis días, y mi hermano llegó a mi vida como un regalo del cielo, e internet me permitió reencontrarme con gente maravillosa que cuidó de mí a la distancia, y al final pienso que lo mejor de abrirse el alma con la mirada es formar vínculos que trascienden.
Ahora que termina este 2007, y a unos meses de que finalice el año chino, me pregunto si fue tan fastuoso como supuestamente se augura el año del Cerdo. No sabría decirlo, pero me rehúso a decir que fue desaprovechado: uno ve los eventos y oportunidades venir y decide para dónde hacerse; y en tanto somos libres de decidir, elegimos lo que creemos mejor o más conveniente, consciente o inconscientemente. En fin, no más palabras. Estoy agradecida por todo lo que ocurrió este año, por la oportunidad de vivir, lamento por sobre todas las cosas que mis errores hayan lastimado a alguien a quien quiero, y espero aprovechar las oportunidades para devolver y agradecer lo bueno que llega a mi vida.
Felices fiestas
y les deseo todo lo mejor para un extraordinario año 2008!