martes, abril 27

I Could Be Illegal

Acabo de imprimir una copia de mi pasaporte y de mi visa, así como de los teléfonos de los consulados mexicanos en el estado y un número gratuito que el gobierno mexicano ha puesto a disposición de los mexicanos residiendo en Arizona en caso de ser víctimas de algún tipo de abuso por parte de las autoridades estadounidenses. Según el comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores que explica las generalidades de la nueva ley antiinmigrante del estado de Arizona SB1070, sin embargo, esta legislación (que aún no entra en vigor) requiere que en caso de ser solicitado, uno debe presentar los documentos originales con los que entró legalmente a Estados Unidos, so pena de ser remitido a un centro de detención migratoria. RP2 sugirió la semana pasada que si se trataba inicialmente de una multa él estaría dispuesto a pagar las multas cuantas veces fuera necesario antes de verse obligado a mostrar sus documentos. Yo me rehuso a cargar mis documentos originales, pienso que es arriesgarse mucho, pero definitivamente no quiero tener que lidiar con la prepotencia "justiciera" de este país. Llevo una semana profundamente triste y enojada a propósito de esta ley. Fue WR el que me habló de ella el martes, preocupado porque no era claro si en caso de detención uno sería deportado o "sólo" encerrado, e insistiendo para que renovara mi ID del estado y cargara con mi pasaporte desde ya. Mi jefa en el proyecto sobre migración en el que trabajo (justamente analizando una ley que penaliza la contratación de trabajadores indocumentados) tuvo el teléfono sonando todos los días. El fin de semana recibí llamadas y mensajes de amigos y familiares preguntando sobre lo mismo. Y el acabóse fue la noche del domingo en que tuve una pesadilla horrible en donde mi hermano, una chica desconocida y yo estábamos en medio de una guerra, tratando de escondernos de los soldados que estaban matando gente en el edificio de enfrente. En mi sueño vivía en carne propia el terror narrado en tantas historias que había leído sobre el holocausto judío. Desperté cuando mucha gente llegaba huyendo tratando de protegerse en nuestro escondite y llamando la atención de los soldados. El sueño y todo lo que sentí en él me mantuvieron inquieta y molesta durante todo el día. No comparo en absoluto esta situación con lo que pasó durante la segunda guerra mundial, pero creo que inconscientemente en mi cabeza se quedó la primera impresión que tuve cuando supe de esta ley: una ley xenofóbica que te hace sospechoso de inmediato sólo por tu apariencia (una sospecha que ni siquiera tiene un criterio definido para justificarse).
No quiero exagerar, no quiero arriesgarme, pero tampoco quiero quedarme con los brazos cruzados. Es por eso que la propuesta de Linda Greenhouse en el NYT me ha gustado: link aquí, propuesta en el último párrafo.

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