[...] Sobre este Berlín selectivamente apologético caerá la primavera muy pronto, pero hay un lugar donde no caerá más, eso venía diciendo.
Es un lugar inencontrable en la cartografía de Berlín. No es una plaza, ni un edificio, ni son las tumbas y muertos --que ya es mucho no caer para una sola primavera--; es un espacio vacío en las conciencias, no sólo de las víctimas y de los victimarios. Es un sentido de inconclusión, de desazón que hace de cualquier alegría algo pasajero, hace que reír parezca efímero y engañoso.
[...] La primavera, aún hoy, no caerá de lleno sobre la conciencia de aquel que supo, sabe o sabrá que es posible conocer eso --la infamia, la muerte, el odio-- y seguir viviendo. [...] No hay caso fingir: todos sabían, como ahora todos sabemos. Podemos organizar desplantes de indignación moral o elaborar una explicación de por qué las inteligencias entran en pausa en determinadas circunstancias, pero no eliminaremos el hecho; esto es, sabían y sabemos y a lo que sigue. En esencia, esta capacidad de olvido es un útil mecanismo de supervivencia. Pero también es la causa por la cual la primavera no llega plenamente a un espacio de nuestras conciencias.
Mauricio Tenorio Trillo, El Urbanista, 2004
(sentimientos) A propósito de un botón.
2 comentarios:
Ya actualiza tu blog, aunque sea con un paper.
pues estaba en ésas, pero ya ves que esta cosa se pone caprichosa
;)
Publicar un comentario