lunes, julio 1

A room of one's own

Me desvelé otra vez editando tablas de resultados, ésta ha sido mi actividad constante en los fines de semana del último mes. Esta vez fue mi culpa porque de haber sido más organizada pude haberlas hecho durante la semana en vez de aventarme tal maratón, pero bueno... Entre las tantas crisis existenciales por las que últimamente atravieso, de vez en cuando me pregunto cómo es que después de tantos años sigo enfrascada en las mismas tediosas tareas de siempre, aunque a veces pienso que quizá es porque de alguna manera lo disfruto. En fin...

La película de Sex and the City 2 termina con una imagen de Charlotte pasando algo de tiempo libre en el antiguo departamento de Carrie; acorde a la historia de la película, ese lugar ahora se usa para quienes necesitan desconectarse de su vida diaria. Más o menos así me siento hoy, después de un fin de semana encerrada, aunque también tiene mucho que ver el que estemos a más de 40°C y nuestro sistema de ventilación no funciona cuando hay humedad en el ambiente... ¿había ya mencionado lo mucho que me pone feliz estar de vuelta en Arizona? Qué mal que tenga que ser en pleno verano.

Mi lugar de huída, sin embargo, no es un departamento mono, sino la biblioteca, donde el aire acondicionado es gratis, el silencio abunda y con un poco de suerte puedo conseguir una mesa en mi área favorita, que es frente al ventanal con vista a las montañas de Santa Catalina. Qué maravilla tener una mesa a la altura ideal, y sillas que son cómodas después de varias horas. Así sí da gusto trabajar. Qué mal que ahora la biblioteca de medicina haya seguido los pasos de la de la escuela de leyes y que ahora restrinjan su uso sólo a sus estudiantes. Por hoy logré colarme, pero me temo que ahora sólo podré recluirme en la biblioteca central, que también me gusta mucho, pero no tanto. Qué triste.

De cualquier manera, ahora estamos a punto de mudarnos, y comenzar la aventura de ser homeless, en el sentido de que aunque tendremos un lugar dónde vivir, será de manera temporal en una casa que es prestada por unos meses con beneficio mutuo entre las partes involucradas. Sí, este mes será tan doloroso (en contraposición a cómodo) como "emocionante", nomás tratando de cubrir con eufemismos nuestra incierta realidad. Tratando de poner fin a este proyecto de vida que he querido botar más de una vez, y tratando de mantener mi alma en paz, a pesar de que cada vez que envío un paquete de aplicación para un trabajo siento como una pequeña parte de mí como que muere. Sip, ésta es una de esas temporadas en las que lo único que queda es no mover el dedo del renglón (o sea, a seguir trabajando sin parar) y aferrarse al poder que sólo es posible encontrar en la fe de que al ponernos en sus manos, Dios provee.

Sean felices. Tengan días buenos.

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