Cuando uno está lejos, hace de tripas corazón. Los detalles más nimios se vuelven los más importantes. Uno se aferra a lo poquito, pero a la vez mucho, que se puede transmitir por los medios electrónicos. Por años he vivido de relaciones a distancia: padres, hermano, amigos, y a veces, amores. Pero ésta, por mucho, ha sido la más difícil, aunque a la vez no tanto. Uno se casa para hacer vida juntos, no de lejos, así que duele no poder hacer vida en común en el mismo lugar. Pero también cuando uno se casa con la persona adecuada uno se las ingenia para compartir y ser testigos mutuos de sus vidas a pesar de la distancia. El amor es más fuerte que la añoranza. El amor hace que el pasado se sienta cercano, el presente sea más fuerte y que el futuro se vea prometedor. Dejo de contar los días como el tiempo que hemos pasado sin estar juntos, sino como los días que faltan para volvernos a ver de nuevo. En este momento nada más quisiera que un abrazo suyo y caminar de nuevo de su mano, y por cada día que pasa sé que ese día cada vez está más próximo. Y por mientras, agradezco que todos los días y todas las noches hay un momento en el que me puedo sumergir en su mirada y escuchar su voz, siquiera con una pantalla de por medio :-)
Sean felices. Tengan días buenos.
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