miércoles, mayo 15

Invisible

Qué terrible es que el reflector le esté apuntando a una cuando lo único que una quiere es ser la mujer invisible.

martes, mayo 14

:)

Algún día Will va a dominar el español, y entonces quizá entre a leer esto y va a decir algo así como "awwww, ternurita" (sin el sentido despectivo con el que ahora mucha gente usa esa frase), pero quizá aunque pueda leer todas mis burradas ni le va a interesar hacerlo porque al final de cuentas él ya se sabe bien la historia de mi vida y me presta sus oídos y su corazón todas las noches para ser confidente de casi toda idea y suceso que pasan en mi mente y en mi día y en la pequeña burbuja que hago de mi mundo. Pero igual vengo aquí a dejar constancia del maravilloso hombre que es mi esposo, y de que si bien viví 28 años sin él, mi vida con él es mucho más divertida, ordenada, plena, con menos miedos, más paz, más seguridad y un largo etcétera. Mi vida no tiene más certidumbres (muy probablemente todo lo contrario) ni se ha hecho más fácil, pero cada desafío es menos difícil de sobrellevar sabiendo que tengo su apoyo, su carácter calmo, su dulce sonrisa, su forma de decir las cosas de la manera correcta y su correctísimo uso del lenguaje y su forma de escribir (tan a la mano cuando a mí me faltan las palabras y tengo que cuidar las formas). Me siento muy feliz de tener un compañero como él, y son este tipo de razones (a pesar de cualquier adversidad que la vida traiga) por las que vale la pena vivir y enfrentar las penas que conlleva la existencia. ¡Cuánta razón tenía el papá de Juno!
Es hora de volver a trabajar, y a lidiar con las penas ésas a las que me refiero, pero era hora de mis cinco minutos, y me despido deseándoles días llenos de razones para ser felices.

jueves, mayo 9

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Will se fue hoy, después de pasar 2 semanas compartiendo conmigo en esta mitad de nuestra vivienda -temporalmente en otro estado. Tres semanas más y regresa, esta vez para cerrar este capítulo de nuestras vidas juntos-pero-separados y para ayudarme en el tránsito de vuelta al desierto. Qué rápido parece pasar el tiempo, pero no. A pesar de lo difícil de la separación, voy a recordar estos meses como una gran experiencia, y voy a extrañar esta ciudad terriblemente. Y no me importa lo que diga el señor banquero que dijo que yo no estaba aprovechando mi tiempo aquí. A lo mejor no soy la persona más eficiente haciendo networking y coautoreando cosas con la gente a mi alrededor, pero me llevo otras cosas que para mí importan mucho. Como un cúmulo de relaciones con gente que en otras circunstancias no hubiese tenido la oportunidad de conocer y que me han enseñado que se puede ser un académico en toda la extensión de la palabra y hacer cosas creativas y artísticas y revolucionarias, y que además soy más tecnicista y fundamentalista como economista de lo que yo creía. Me llevo también mejores hábitos alimenticios y de ejercicios, porque no hay que ningunear los progresos que me han movido de mi status de ser una couch potato. Aquí también fue mi primera experiencia buscando una iglesia por mi cuenta, y después de varios meses fui bendecida al encontrar una comunidad joven pero muy fuerte en su fe y que me ha fortalecido en mi camino con el Señor (además de disfrutar como pocas cosas su instrumentación de música folk en el servicio dominical). Me alegra pensar que cuando veamos hacia atrás, Will y yo vamos a recordar estos días como uno de nuestros primeros retos como matrimonio, pero también como uno que nos fortaleció y nos llevó a ser más eficientes y creativos en la forma de mantener nuestra comunicación y nuestros vínculos; una experiencia que nos permitió estar más cerca de nuestra familia, de reencontrarnos con viejos amigos que no habíamos visto en años (de Tijuana hasta Long Beach), y de vivir una ciudad que fuimos descubriendo y disfrutando juntos.
Sólo unas cuantas semanas más, en donde hay que cerrar ciclos, esperando con fe (aunque también con muchísima ansiedad) tener noticia de cuál será nuestro siguiente paso, y por lo pronto preparándose para la defensa que llevará al cierre de este otro ciclo, aún cuando me pese que este verano una vez más no podré estar en casa para celebrar de los acontecimientos importantes de mucha gente a la que quiero. Pero la vida ahí tiene sus subidas y bajadas, ¿no? Y uno tiene que hacer lo que tiene que hacer.

Sean felices. Tengan días buenos.