sábado, noviembre 29

historia de una canción

Conocí a Pulp por el soundtrack de Great Expectations, y de ahí los empecé a seguir un poco. Disco 2000 siempre me ha gustado porque me recuerda mucho a mis amigos del cide, sobre todo en el último año cuando empecé a salir más con ellos y el siguiente año en el que éramos una simi-versión de Reality Bites. O sea que estoy hablando de 2003-2004, pero yo juraba que Disco 2000 era nuestra canción (seguro soy la única ilusa que piensa y se acuerda de eso) y que hablaba de las vicisitudes de llegar al año 2000 o algo así... ya he comentado por aquí que mi oído en inglés es muy pero muy malo, aunque esas atribuciones a esta canción de plano van más allá de todo lo aceptable, supongo que por andar bailoteando nunca le puse demasiada atención. Hace poco me topé con la letra y me di cuenta que no tiene absolutamente nada que ver con mi "interpretación" de la canción, pero de todos modos me pareció linda, en el sentido así de agridulce.
Me acaba recordando mucho a D, quien es un amor cuando me dice pecas, y casualmente la escuchamos una vez que estábamos en un barecito de nuestros antiguos rumbos, por aquella historia que me cuenta de que le recuerdo a una niña de la estaba enamorado hace muchísimos años. En el ínter también me recuerda a V, con quien me reencontré este verano después de no vernos en once años. Estábamos de madrugada en el corredor de mi casa platicando de la última vez que hablamos por teléfono (por ahí a finales del '99) que ninguno recordaba porqué me enojé y le colgué, pero también de que cuando le conté que estaba estudiando economía él me dijo que tenía que casarse conmigo nada más por eso (él siempre quiso ser economista como su papá, pero acabó estudiando otra cosa bastante distinta), los dos sonreímos y me dijo que él estaba convencido de que después de eso ya no me volvería a ver (and just for the record: ésta no es una historia del viejo amor de secundaria que se encuentra mil años después y fructifica o algo así, V se nos casa el año que entra y todos estamos emocionados por eso).
En fin, va la canción y la letra, que aunque de pronto suena agridulzona es buena por aquello de los amores del pasado muy pero muy remoto.




Well we were born within one hour of each other.
Our mothers said we could be sister and brother.
Your name is Deborah, Deborah.
It never suited ya.
Oh they thought that when we grew up,
we'd get married, and never split up.
We never did it, although often I thought of it.
Oh Deborah, do you recall?
Your house was very small,
with wood chip on the wall.
When I came around to call,
you didn't notice me at all.
I said let's all meet up in the year 2000.
Won't it be strange when we're all fully grown.
Be there at 2 o'clock by the fountain down the road.
I never knew that you'd get married.
I would be living down here on my own on
that damp and lonely Thursday years ago.
You were the first girl at school to get breasts.
Martyn said that yours were the best.
The boys all loved you but I was a mess.
I had to watch them trying to get you undressed.
We were friends but that was as far as it went.
I used to walk you home sometimes but it meant,
oh it meant nothing to you,
cos you were so popular.
Deborah do you recall?
Your house was very small,
with woodchip on the wall.
When I came around to call,
you didn't notice me at all.
I said let's all meet up in the year 2000.
Won't it be strange when we're all fully grown.
Be there at 2 o'clock by the fountain down the road.
I never knew that you'd get married.
I would be living down here on my own
on that damp and lonely Thursday years ago.
Oh what are you doing Sunday baby.
Would you like to come and meet me maybe?
You can even bring your baby.

viernes, noviembre 28

decisions, decisions

sometimes you have to make a choice, and usually that's never easy
you have to risk yourself, you have to give up something important you like as well
but life is all about it
decisions, sacrifices, rewards, losses
you cannot have all
it's just surprising how easy some decisions can be made, though
so natural, so obvious, so inevitable
I like to think is my heart who knows what's the best
I just need to know my heart was right enough.
I learned this so much time ago,
still is not easy.

martes, noviembre 25

albricias

dice Rose que la gente que tiene un blog se la vive de azotada contando puras cosas deprimentes y no sé qué... para no darle la razón vengo con toda la alegría que alguien puede tener a estas horas de trabajo y sin alcohol nomás porque no quiero despertar a nadie con mi grito de felicidad de que por fin mi base de datos ya quedó :)
¡albricias, albricias!
en realidad no hay mucho que festejar, pues si me hubiera puesto las pilas habría estado lista desde antes, pero le di vueltas y vueltas al tema, toda quisquillosa y desconfiada, y la verdad es que le sacaba a armar el panel así grandote, pero tenía que quedar hoy y QUEDÓ HOY... ya al rato nomás tengo que checar que haya congruencia en todas las observaciones y luego rogar a todos los cielos, dioses, vírgenes y santos para que en las estimaciones salga algo significativo (que tengo este presentimiento de que nomás no, pero al menos ya también tengo la explicación del porqué -cosa que espero no tener que hacer de todos modos-).
Después de la bilis y canas verdes que me provocó stata el fin de semana batallando con unos comandos que nomás no jalaron, este bendito programa y yo hemos regresado a una época de paz y productiva tranquilidad... quienes sean los que hayan sido los inventores de stata, ya tienen más que merecido un lugar de eterna gloria en el cielo de los nerds...
me voy porque ya estoy diciendo más tonterías que de costumbre y sospecho que también por lo mismo debo dormir

bonitos días a todos :)

domingo, noviembre 23

I

Inés es una señora que conocí cuando vivía con Doña Jose. Iba dos veces a la semana al departamento; hacía algo de quehacer de la casa, pero su tarea principal era acompañar a Doña Jose al súper, cuando todavía podía hacerlo, y hacer sus trámites en el banco y otras dependencias. Vivía por el Poli y salía de su casa a las cinco de la mañana para llegar tempranito, cuando yo me levantaba ella ya estaba ahí. Tenía una cicatriz en un ojo y una parte de la cara, y por eso siempre usaba unos lentes oscuros enormes que le cubrían la mitad del rostro; en cuatro años de convivencia nunca la vi sin ellos. Su cuerpo era menudito; sus pasos, pequeños, cortos, siempre caminaba muy derecha; me acuerdo también de su voz grave, de ésas que no crees que puedan salir de una mujer en un cuerpo tal delgado y pequeño. Su carácter era duro, ella era muy crítica con los demás, no era chismosa pero no se quedaba callada cuando algo no le parecía y lo decía sin pelos en la lengua. Era difícil caerle bien y a mí me intimidaba tanto que rehuía cualquier trato con ella, más allá del simple saludo. Siempre me ha gustado vivir sola, y en los años que compartí casa con desconocidos solía limitar el trato a lo mínimo indispensable por el mayor tiempo posible. Pero con Doña Jose viví cuatro años y como en toda casa donde convivan más de dos mujeres, la cocina acaba siendo un punto de reunión inevitable. Cuando me sentía muy aburrida y/o no tenía planes para salir, no hacía falta más que ir a la cocina y ahí siempre iba a encontrar a alguien con quien platicar. En una de ésas fue que empecé a tratar a Inés, y fue que me empezó a contar de su marido que había migrado a Estados Unidos, de sus hijos, de lo lejos que estaba su casa, de cómo antes había menos inseguridad en la ciudad, de cómo conoció a Doña Jose, de cuánto le molestaba ver que a Sparky la trataran mejor que a un ser humano, etc. Me preguntaba de mí, de mi familia y cosas de ésas. Un día me dijo que le caía tan bien que estaba esperando que yo o L, el nieto de Doña Jose, nos casáramos para irse a trabajar con cualquiera de los dos. Me insistía mucho en que quería verme casada y con hijos y ayudarme a cuidarlos (tanta gente me ha dicho que espera verme así que creo van a acabar por echarme la sal). Una de las cosas que más recuerdo, por la forma tan directa y seria en la que me lo dijo (esas maneras que igual te hacen reír o llorar), era que tenía que cuidarme para perder el peso que aumenté cuando viví en Canadá, cosa de la que según ella nunca pude reponerme (creo que es cierto). Es por eso que me acuerdo ahorita de ella. Su secreto de belleza para mantenerse en forma era cenar una taza de té sin endulzante y una fruta. Hoy decidí hacerle caso, para contrarrestar las indulgencias que nos hemos dado últimamente en este asunto de las cenas.

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good feeling
won't you stay with me just a little longer
it always seems like you're leaving
when I need you here just a little longer

Violent Femmes

lunes, noviembre 17

malos comienzos

Suelo tenerle mucha fe a los lunes, por esa sensación a nuevo, a semana recién estrenada. Pero por andar de entusiasmada y decir que las tres de la mañana era mi hora lúcida y productiva (confirmadísimo: mi biorritmo está por demás alterado), fue como si yo misma me echara la sal; el resto del día mi productividad flaqueó como pocas veces, y ahorita no puedo darme esos lujos. Me vine durmiendo como a eso de las 5:30am y todas mis buenas intenciones de pararme a tiempo para volver a las clases de pilates se fueron al caño cuando le apliqué la ley del hielo al despertador y me seguí de largo en la cama. Tache número uno. Me paré para ir al súper y surtir de nuevo la cocina, pero sigo sin inspiración para cocinar. Tache número dos. Aunque al menos ahora pronostico una semana de balanceada alimentación con sandwiches y lentejas, no más comida de la calle, ugh. Limpié el refrigerador que ya tenía una interesante variedad de ecosistemas en su interior y empecé a leer este libro bonito de Stephen Hawking, pero me quedé dormida en el sillón, las únicas dos grandes cosas buenas de este día (me siento gato cuando acabo dormida en la sala a mitad de la tarde, bien rico). Los datos vuelven a portarse bien conmigo, pero esa bendita base crece y crece y no sé cómo le voy a hacer para cumplir con el deadline del jueves... Pongo la computadora, me siento, reviso mis avances, checo los pendientes anotados en la bitácora, me abruma ver mi programa de casi dos mil líneas en stata y eso que todavía no hago ninguna estimación... Me hago pato, volteo para otro lado y me pongo a planear en el aire todo lo que quiero hacer ahora que vuelva a casa. Tache número tres. Son las 12:49 maldita sea, necesito que mi pepe grillo inspirador regrese o que me invada la adrenalina para que me caiga el veinte de que el tiempo apremia!

Marcador Global
Karina: 0 - Desidia: 3

PD, volvemos a las fotitos que adornan los comienzos de las entradas, no son tan bonitas como cuando ponía obras de Rothko, pero están monas (hope so); la de hoy es a la entrada del Saguaro National Park, y el cerrito que se ve más cercano lo subimos el sábado pasado, una elevación de poquito más de 200 metros (y claro, adivina ud bien, mi condición estaba que daba pena pero ¡no me desmayé! como más de uno recordará de la última vez que subimos a un cerro en las lindas tierras de Pamal)

domingo, noviembre 16

miscelánea

tendencias

parte de la historia de mi vida como consumidora, pero sólo una parte, porque a veces me pongo caprichosa; un buen artículo, una vez más, en El País Semanal. Pique aquí.

*

vecinos

Mis vecinos de enfrente festejan el cumpleaños de su hijo. Supongo que cumple unos 4 ó 5 años. Cuando recién se mudaron el niño me caía bien; su papá lo llevaba a caminar o él solito se ponía a dar de vueltas por el pasillo, cantando bajito y riéndose, me gustaba oír su risa. A veces nos cruzábamos cuando yo salía o regresaba, nos mirábamos de lado a lado del edificio, yo le decía adiós con la mano y él se me quedaba viendo y corría, a veces me correspondía el saludo, a veces nomás me miraba fijamente, a veces me sonreía, pero siempre muy calladito y serio, cosita.
De pronto un día de la nada parece que lo cambiaron por otro: empezó a correr por todos lados, gritando como condenado, un escándalo. A veces se pone a berrear o se habla a gritos con unos vecinos de enfrente que viven en el primer piso, que supongo son amigos de los papás. Lo peor es que esto ocurre a todas horas del día, justo ahora que trabajo la mayoría del tiempo en casa. Aunque, bueno, tampoco es para tanto, al menos es menos ruido que si trabajo en el departamento, donde mi cubículo está justo atrás de la secretaria y la coordinadora. Pero entonces hoy fue el cumpleaños del chavito. Vi a su papá con camisa de vestir y a su mamá con su sari color rosa muy bonito. La entrada de su casa estaba repleta de zapatos de los invitados. Cuando yo volví a casa noté que tenían las persianas y la puerta abierta y se podía ver hacia adentro decorado con globos de colores. He escuchado que los papás y sus amigos hablan en hindi, pero al niño le hablan siempre en inglés, menos su mamá; aunque sí me sorprendió escuchar que le cantasen el Happy Birthday. Una parte importante de mis vecinos en este edificio son de la India, y cuando los veo en celebraciones comunales como éstas, siempre me quedo pensando en alguna historia de Jhumpa Lahiri.

*

frustraciones y angustia

buenas (o aparentemente buenas) ideas limitadas por la incompatibilidad de los datos... el mundo real puede ser tan cruel... ¿y ahora qué hago?
qué suerte tan jodida tengo a veces, o eso me gano por gano por no fijarme en esos pequeños detalles, ya no sé :(

sábado, noviembre 15

hoy










Increíble pero casi cierto: a Karina comienza a gustarle vivir en el desierto ;)

lunes, noviembre 10

lunes

8°C. Ocho de la mañana, ahorita casi las nueve. Ocho horas de sueño. Me costó, pero logré irme a la cama temprano y levantarme temprano. Ahora falta que pueda concentrarme para trabajar como la gente decente. Es extraño comenzar el día a estas horas y no estarlo terminando cuando ya raya el sol. Fui a tirar la basura y a poner un par de sobres en el correo y no se sentía ni un alma en los alrededores. Hay sol, pero el cielo es el más raro que le he visto a esta ciudad: no hay nubes y está todo color gris, ni siquiera se alcanzan a ver las montañas; parece como esa densidad pastosa y sucia de smog. Me gusta que haga frío ahora, me gusta poder usar mis pijamas rojas de Mafalda y andar en calcetines por la casa.


Este fin de semana lo dejé pasar, sin escribir una sola palabra que tuviera que ver con mi trabajo; dejé que revolotearan un par de ideas por la cabeza que es con lo que voy a chambear ahorita, y avancé un poco mi lectura de Sen, pero no más. Era imposible hacer algo más, era este condicionamiento operante que me invade desde niña: bajas temperaturas y mucho viento, así eran los días de frío en Tampico, aunque más llegadores por el efecto de la humedad. Eran escasos nuestros días así, entonces había que disfrutarlos al máximo, cubiertos hasta las orejas, tapados con un cobertor en el sillón grande y ver televisión y perder el tiempo tomando chocolate caliente. Cuando nos mudamos al DF era chistosísimo, porque los cuatro sentíamos lo mismo, esas ganas de no hacer nada porque era un día de frío y eso no iba a durar. Aquí a veces lo siento más como en casa, por los nortes que de pronto entran, las vibraciones en las ventanas, aunque sin humedad. Claro que al final de cuentas uno se acostumbra, se tiene que acostumbrar, pero siempre es bueno dejarse llevar por el instinto, un par de días, y después volver a todo lo demás.

Que tengan bonita semana.


PD. Me acabo de topar con una buena nota de Francisco Gil Díaz aquí. Creo que es un buen resumen del origen, causas y efectos de la crisis financiera que afectó a EEUU y posteriormente le pegó a Europa y a otras economías importantes. Tiene un uso un tanto excesivo de terminología financiera, pero es bastante legible para tratar de entender el desmadrito que provocó esta crisis que ahora ya se expande a la economía real (i.e., precios al consumidor, empleo) incluso en países que originalmente ni vela tenían en el entierro. Lo que me llama la atención es que Gil Díaz comienza su nota diciendo que esto "no tiene que ver con el capitalismo, ni con la economía de mercado, ni requiere de un replanteamiento del modelo económico", pero no hace falta más que terminar de leer su texto para concluir justamente lo contrario (y ojo, que lo contrario no implica necesariamente estatizar/nacionalizarlo todo; vaya, que la cosa es mucho más compleja).

viernes, noviembre 7

escritor de ficción, o ciencia ficción, solicito*

Tengo un año y cachitito con este celular y desde que lo compré recibo cantidad de llamadas de gente que pregunta por personas quienes supongo tuvieron este número anteriormente. Como siempre le he sacado vuelta a las tarjetas de crédito y como no tengo número de seguridad social porque soy un parásito que no trabaja, no puedo contratar un plan de telefonía celular de alguna gran compañía reconocida, así que recurrí a una compañía pequeñita con presencia limitada en el país, pero que no requiere contratos, ni tarjetas, ni números de nada, y aunque el costo hundido es en general más alto, a la larga los beneficios del plan salen sustancialmente más baratos. Por tanta flexibilidad parece tener bastante éxito entre los sectores más populares, como los de inmigrantes ilegales y personas de bajos recursos, y por eso mismo, es mucho más común que dejen de pagar la renta mensual y los números se den de baja con relativa frecuencia. Todo este embrollo introductorio viene a que desde que tengo el número he recibido montones de llamadas preguntando por fulanito o zutanita a lo que tengo que aclarar que no los conozco y que seguramente cambiaron de número porque éste es mío y ya. Eso duró como el primer mes, bastante seguido, y luego esporádicamente pasa, salvo por una tal Melissa Zamora por la que preguntan y preguntan todo el tiempo. No sé si será de algún buró de crédito o algo así, pero creo que todos los ejecutivos de la compañía me han llamado preguntando por ella, al grado de que incluso dejan mensajes en mi buzón de voz cuando claramente dice “gracias por llamar al teléfono de Karina C, etc etc”. Yo suelo ser amable y les digo que no, que es número equivocado y ya. El caso es que la semana pasada que estaba ya harta de todo coincidió con que me llamaban ya de dos veces al día y entonces no me aguanté y acabé gritando por el teléfono. Me sentí mal pero creí que al menos ya cesarían sus insistencias. Hasta que llamaron de nuevo y fue cuando me enojé tanto que pedí hablar con el gerente de lo que sea que fuese la compañía, la chica se sacó de onda y me pidió disculpas y colgó. Entonces sí creí que dejarían de llamar y fue cuando se me ocurrió que en una de ésas capaz que yo era la tal Melissa Zamora y yo no me daba cuenta. Como es una burrada, de ahí pensé que estaría buena una historia de ciencia ficción o algo así medio de serie B en donde hubiese abducciones de humanos y les roban la memoria y su identidad hasta que incidentes como estos, a fuerza de repetirse, van colándose un poquito en los residuos de memoria, que les recuerdan quiénes eran y qué hacían en su vida anterior, y así se van desentrañando todo estos misterios (misterios que deberán ser desarrollados por el autor en cuestión). La otra es que sea una historia de ficción de esas traumáticas, con ondas así medio de thriller psicológico con una mujer con trastorno de personalidad múltiple o algo así, y que de pronto ya no sabe quién es y quién no es. En fin, no sé si alguien ya sacó algo así, tampoco me huele a que sea la gran idea buena, pero a lo mejor tiene algo de rescatable. Así que si alguien le puede sacar jugo, adelante y luego me cuentan cómo quedó.

* este post lo escribí a finales de agosto y finalmente no lo publiqué porque originalmente estaba muy largo y muy ñoño y porque justo dejaron de llamar por esas fechas y porque es muy largo y muy ñoño y eso... pero esta semana otra vez he recibido un montón de llamadas preguntando por un montón de gente que ni al caso, así que me acordé de esta bola de zandeces y pues...

cosas

Por un momento creí que había vuelto a las andadas del mercado de las citas, de ésas cuando por X o por Y casualmente cruzas palabras con alguien, se presenta, te pide tu teléfono y te invita a un café. Fue una plática cortita pero bastante amena y hasta intercambiamos bromas, así que dije que sí. Después de un café y horas, literalmente, horas de hablar y hablar de un montón de cosas, creo que los dos nos dimos cuenta que no había química para algo más. Ni modo, cuando no se puede no se puede. O bueno, quién sabe, nada está dicho todavía. Por mientras eso no quita que siempre sea bueno encontrar a alguien bastante distinto a uno pero con quien es posible discutir civilizadamente y a la vez platicar a gustito y reír mucho, así es como también uno se hace de buenos amigos.

*

Papá me llamó hace rato, es un amor. Ésas son las mejores llamadas de la vida. I just called to say I love you, aunque no lo diga, porque Andrés no son cosas que suela decir, sé que por eso me llamó. Cuando alguien te dice "me estaba acordando mucho de ti y por eso te llamé, para saber cómo estabas" no puede haber otra razón más que mucho amor de por medio, venga de quien venga. Es tan bonito.

*

Noticias que van y vienen. No me gusta estar lejos. Sé que aunque estuviera ahí no podría resolver nada , pero por momentos me pone muy triste la imposibilidad de poder dar un abrazo.

martes, noviembre 4

...

creo que mi maestra de mi clase de migración me alucina, porque siempre que deja sus tareas esas inmensas llego a sus horas de oficina con mil preguntas porque a veces me cuesta mucho traducir lo que quiero hacer en los programas de stata; en general el problema es que soy bastante ineficiente, hago en diez pasos lo que podría hacer en cinco. Lo más molesto es cuando me tardo horas intentando hacer algo y luego me doy cuenta que el problema es que algunos de los datos están mal o faltan variables en la base y entonces tengo que escribirle porque no sé
si el problema soy yo que no entiendo algo o es ella que escribe mal las cosas o nos manda las bases incompletas (generalmente es lo segundo, mis 5 minutos de falsa vanidad; la verdad es que pese a todo al final de cuentas explica bien las cosas). Últimamente migración es lo único que traigo en la cabeza, y ni siquiera es la parte humana del tema, sino toda esta vaina técnica con la que tengo que lidiar.
D también ha de pensar que me rasgo las vestiduras con esto de los migrantes, sobre todo con el comentario que le hice de por qué no apoyo a McCain en las elecciones, a pesar de que es el senador "por mi estado", pero tampoco mi postura iba tanto por ahí; es más esta fijación que traigo en la cabeza últimamente por las tareas y el paper pendiente, que lo más seguro es que se vaya a quedar en pura pretensión porque no me siento muy optimista con lo que vaya a salir de ese proyecto de investigación.
Chale, escribo pura burrada porque ya me bloqueé y tengo que madrugar y para variar se me fue el sueño y es de ese como insomnio improductivo que no me deja trabajar. Me choca.
En fin, va una caricatura que salió en la TIME de esta semana, a propósito del final de estas elecciones.


Sale, pórtense bien y sean felices.
Fin.

sábado, noviembre 1

.

regresiones

Una fiesta de disfraces. Un no-abuelo de 96 años. Una imagen en el espejo. Un viaje inesperado a la niñez. Todo tan lejano. Nostalgia.




dilemas

¿no me animo por miedo a que me digan que no, o a que me digan que sí y a la mera hora no me guste?