sábado, junio 28

los vasos comunicantes

no encuentro el teléfono y quiero pensar que es eso
que es la recepción, la falta de señal en este espacio, que es una llamada perdida
pero no es cierto: no llamaste

*

despierto y no reconozco donde estoy, quiero pensar que es un sueño
voy recordando todo, me ubico en el lugar
repaso qué hice ayer, no sé qué hacer hoy, no sé de mañana
quiero pensar que no es cierto, pero ese correo sigue en el buzón, es real, sé lo que dice
no quiero volver a leerlo

miércoles, junio 25

naturaleza muerta resucitando

No sé cuál de todas poner. Su obra no es vasta en número, pero sí en sus detalles. Lo primero que me atrapa son sus temas, sus personajes, sus escenarios, los detalles que dan sentidos infinitos a cada obra; la complicidad que siento en cada elemento que consistentemente encuentro en distintas piezas, que no son copias ni repeticiones. Luego viene el color: me encanta su paleta, que sea tan colorida y llena de tonos cálidos, ocres, dorados, ese verde musgo que imagino mío. Finalmente, trato de entender su técnica, pero no lo logro, sólo me maravilla; óleo sobre masonite la gran mayoría, y me parecen casi mágicas sus texturas; pero aún hay más, porque hay magia también en sus obras con gouche, con pinturas vinílicas sobre cartulina, con lápiz y polvo de color, incluso en sus bocetos en papel mantequilla.
Mucho de lo que vi y aprendí hoy se lo debo a lo que considero una excelente labor curatorial de Teresa Arcq, que logra adentrarnos no sólo en en el contexto de la obra (ahora tengo una lista de lecturas conexas al respecto) sino que nos permite echar una somera ojeada al interior de la artista (como el poder leer las notas sobre una lectura de manos que le hicieron a mediados de los '30).
En conmemoración del centenario del natalicio de Remedios Varo, la exposición "Remedios Varo. 5 llaves" estará en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México hasta el 24 de agosto. La entrada cuesta $20 pesos y es gratis para estudiantes y adultos mayores con credencial.
Una sorpresa adicional que me llevé en esta visita fue constatar con harto gusto el trabajo de remodelación que están haciendo del MAM, no sólo en términos espaciales sino en las formas de refrescar y reinventar la forma de ver el arte con las obras que conforman su acervo. También están remodelando el edificio donde antes tenían el acervo fotográfico y según me cuentan lo harán un espacio para albergar una biblioteca, librería, cafetería, área para talleres y un área lounge (eso último no lo entendí). Le tengo cariño al MAM porque hace varios años tomé un curso ahí que disfruté mucho pese a los aires pretenciosos de quien en ese entonces dirigía el museo, así que ahora me alegra más ver estos cambios y sentir que este recinto se está convirtiendo en un lugar que no sólo recibe espectadores sino participantes que interactúan.

Del MAM caminé por Reforma para ver las fotos y reproducciones de la obra de Leonora Carrington. Aunque hace tiempo me desafané del surrealismo, Varo y Carrington son dos mujeres y dos pintoras que me fascinan. Prefiero a Remedios como pintora y a Leonora como escritora. De hecho, en una de esas que parecen casualidades de la vida pero que en el fondo no lo son, me traje el segundo tomo de cuentos de Leonora, cuya lectura he tenido postergada por un buen rato ya. Supongo que por eso el libro me llamó, supongo que es un buen momento. De Leonora decían que en realidad no era fantasiosa, que sólo una mujer con los pies bien puestos en la tierra y con la mente muy clara podría adentrarse con tanta fuerza en ese mundo tan maravilloso (y añado: tan aterrador como encantado, a veces). Sus mundos pictóricos y literarios de pronto me remitieron a Miyasaki, pero fue sólo una sensación inicial que poco tiene de verdadera. Me cuestiono esta fascinación ¿es tan solo curiosidad, mero interés? ¿es a dónde quiero correr?
Decidí no poner imagen alguna aquí hoy, en su lugar quería poner un texto de André Breton que me gusta mucho y que alguna vez consideré como mi epitafio, pero no lo traigo conmigo y mi memoria no lo recuerda completo. Ya será en otra ocasión.

*

Pienso en Crimen, de Gustavo Cerati. Pienso en las cosas que siento y que encuentro inútil decir.

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(y uds no están para saberlo ni yo pa contarlo, pero estoy posteando mediante Explorer y no puedo creer que sea tan pero tan nefasto, extraño a mi zorrito de Firefox)

domingo, junio 22

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una de las cosas que más me gusta hacer de noche es ir en carretera y ver el paisaje nocturno con la cabeza recargada en la ventanilla, a veces con la ventana abierta, a veces con la ventana cerrada, según. La música es opcional, depende qué música y con quién vaya o qué pensamientos/sentimientos lleve adentro de mí. Alguna vez me gustaría lanzarme así nomás, con destino a ninguna parte, uno de esos viajes extraordinarios, sin certeza de a dónde vamos y menos lo que vamos a encontrar. Pese a mi afición necesaria por planearlo todo, esos viajes me resultan los mejores.

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una vez había dicho que es cuando conozco gente nueva cuando me siento más sola. A veces también siento que es rodeada de mucha mucha gente cuando de pronto me invade una enorme necesidad de introspección. Entonces quisiera salir corriendo y encontrar una lomita en donde tumbarme a ver el cielo estrellado, así como el burrito ése, Igor. O toparme con un abrazo y compartir silencios, y sentarse simplemente, o caminar, así, también, en medio de la noche fría, callada, sin saber a dónde.
Pero afuera hace calor, no hay silencios, no hay abrazo y no me puedo ir porque necesito un aventón. Me excuso diciendo que salgo a fumar o finjo una llamada por teléfono.

*

estaba a punto de fusilarme una foto de alguna carretera de noche, pero me da flojera eso de dar créditos y decidí que algún día tengo que tomar una yo.

*

y entonces que nos encontramos después de 11 años
y entonces que nos volvemos a reír
y entonces que no te creo que todavía te acuerdes de la fiesta ésa y que se te ocurre contarlo en público
y entonces que salió lo de las trampas en las tareas de meca y que me explicabas cuando yo no entendía ni madres cómo resolver ecuaciones
y entonces que qué bonito acordarse de la plaza Jalisco
y entonces que es bien lindo que haya cosas que siguen como antes
y entonces que es una sorpresa bien grande enterarse de todo lo que cambió

viernes, junio 20

...

Las posibilidades de encuentros y reencuentros me emocionan todos los sentidos en todos los sentidos. Aún así hay decisiones inesperadas, falta de planeación, incertidumbres sin resolver, egoísmo que lastima y el calor… no logro identificar qué es lo que al final me ha puesto tan de mal humor, aventuro que ha de ser una combinación de todas las anteriores. Ver dibujitos medio me distrae y me despeja. Luego aparece Rose no sé bien por qué y ahora está ahí colgada de mi nueva conexión de internet, a cambio de su escáner y su impresora; escuchamos musiquita mientras ella remodela una casa y yo lleno formatos y escribo cosas y le pregunto que si haremos algo para celebrar que hoy es el solsticio de verano y yo quiero ir a la playa pero ella me da el avión y seguro acabaremos yendo por helado y luego me pregunto que por qué yo subo de peso mientras los demás bajan y me aterro de pensar que luego que me veas ya no me vas a reconocer y luego me río de eso… en fin, que así pasan los días y las horas mientras yo espero y espero…
Y en el ínter paso de los dibujitos a los grandes pintores y esa obra colorida de Goya, El Parasol, una de las favoritas, que no sólo me gusta sino que hasta me cae bien.
En fin.

jueves, junio 19

miscelánea mini

Cosas lindas de ir a desayunar a casa de abuelita

- Que me deje comer de los froot loops de mi primo Julio
- Que me cuente historias de familia que nadie más sabe y cuenta como ella y nadie más atesora como yo
- Que la escuche hablar con la propiedad que tenían las personas de antes y que sus expresiones de sorpresa y emoción sean totalmente con palabras que no es común escuchar pero que en ella suenan tan naturales, como ¡fabuloso! O ¡fenomenal!
- Que se ría de todas las burradas que le digo
- Que no se enoje cuando la regaño porque siento que no está comiendo bien y que me haga caso cuando le digo que tal cosa es una patraña de los anunciantes de la tele
- Verla y escucharla enojada mientras se queja de los políticos de ayer y hoy
- Escuchar sus teorías de la conspiración a la mexicana (nunca me queda claro de dónde las saca pero siempre atina a un buen de cosas)
- Aprender de valses y tangos, herencia cultural de mi bisabuelo embarcado
- Escuchar con atención y horror sus historias de vírgenes, mártires y santos
- Que me cuente de grandes figuras del softball porteño de los ’50 y ‘60
- Comer de sus quesadillas ésas ricas :P

*

De cómo ser grinch del cine, en la fila para entrar a la sala, sin querer queriendo

Voy a ver Sex & The City por segunda vez. La primera fue para matar el tiempo mientras Andrés salía de trabajar para ir a cenar, pocas cosas qué hacer en el pueblo fronterizo donde él vive. La segunda porque según mis amigas, habíamos quedado muy formalmente de que iríamos juntas. Supuestamente no son fans de la serie, pero querían ver la peli y se habían esperado nomás pa que yo llegara, así que aprovechamos el 2x1 y pues ya. Tons voy al baño mientras ellas hacen fila. La fila para la sala de Hulk está atascada de chavitos pubertoides que me hacen sentir vieja, la fila de SATC es mayoritariamente de mujeres, con un par de matrimonios cincuentones y algunas parejitas de veinteañeros. Haciendo referencia a estos últimos, que además estaban hasta el final de la fila, llego a alcanzar a mis amigas con el comentario: la verdad es que ésta no es una película a la que traería al novio, o sea, qué hueva, pobre hombre, es una película para chicas y de verdad que sería una tortura para él, debe ser tan humillante como hacerlo cargar tu bolsa mientras caminan por un centro comercial… acto seguido la chica de delante de nosotras voltea, se me queda viendo barriéndome de arriba abajo y en eso llega quien creo es su novio todo feliz cargando sus palomitas y refresco grandes más barra de chocolate Crunch… S y R ríen a carcajadas mientras yo no hallo dónde meter la cabeza… de esas memorables metidas de pata comparables a “quién hubiese imaginado que Luke Skywalker es hijo de Darth Vader”… no, bueno, cierto, no taaan grave. No me pesó repetir la película, volví a llorar, aunque menos. Desde aquella vez que lloré mientras veíamos Good Will Hunting y Sonia y Gaby se ríeron de mí por eso, el mundo sabe que por cualquier cosa proyectada en la pantalla lloro, claro, algunas con mejores razones que otras… En fin, quiero ver Crónicas de Narnia y la última de Indiana Jones, la primera ya todo mundo la vió y la segunda nadie quiere verla, gente aburrida pues… también tengo curiosidad por ver The Happening, aunque M dice que no es taaan buena y desde que vi La guerra de los mundos me traumé con la idea de tener que correr para salvar tu vida, pero pues qué le va uno a hacer… ahora necesito hacerme cuate de alguien de la taquilla o conseguirme un trabajo de medio tiempo en el Cinépolis para ver todos los blockbusters del verano, lo que suceda primero…

martes, junio 17

tres citas tres (más palabras de los otros)

A mediados de mayo después del final de econometría me lancé a esta tienda de libros usados que está por ahí cerca de mi casa. Según yo, esta tienda no califica como librería de viejo, no sé bien por qué, pero siento que no tiene ese aire de viejito y medio místico que hay en tantas librerías como las de Donceles, las cuales -según dicen, no me consta- sí están, además, llenas de tesoros. Esta tienda en realidad tiene para mí un aire como de una Gandhi de libros, VHS, DVD, discos, viniles y videojuegos usados, grandototota, todo inventariado por sistema, clasificaciones específicas por género y autor, listas de espera y cosas así, en un espacio muy abierto y en un concepto así todo eco-friendly y socialmente responsable y además con una bandera de libertad de expresión anticensura y procultura alternativa, con conciertos y muestras de cine en el equivalente de la cineteca en mi pueblito gringo. Hasta eso, muy agradable toda esta onda. En fin, la cosa es que tons fui esa vez esperanzada en encontrar una recopilación de cuentos de Jhumpa Lahiri y nada... en esas andaba cuando me encontré con un par de libros bien bonitos de Milán Kundera, que no tenía ganas de leer entonces pero eran pasta dura con bonita portada y rebaratísimos, así que pensé que era bueno aprovechar la ganga... luego me topé con unos de Toni Morrison y opté por Beloved... anduve dando vueltas a ver qué más encontraba pero se me hizo de noche y corrí a pagar... así cuando de pura suerte me topé con esta vitrina en donde tenían un paperback de Middlesex y me sentí reafortunada porque ya lo había buscado desde la ooootra vez y todavía no tenían ningún ejemplar. Había escuchado hablar mucho de Middlesex pero cuando leí la sinopsis como que no entendí muy bien de qué iba la historia, así que me animé y compré un paperback de la edición inglesa, con una portada diferente a la gringa, muy mona, con el toque final de que aún tenía "el separador" que usó, supongo, su lectora anterior: el talón del pase de abordar de un vuelo de London a Bangkok por Thai Airlines. Empecé a leer esa misma noche y no pude parar. Tenía más de un año que no agarraba una novela que me atrapara de tal manera... tuve casi que esconderme el libro porque tenía que seguir estudiando pa los exámenes. Uh! Una historia impresionante. También me pregunto si García Márquez ya lo leyó y qué opina, por aquello de las genealogías y lo de casarse con parientes cercanos.
En fin... tanta palabrería pa citar 3 cosas que me topé durante dicha lectura y que me gustaron pa poner aquí, así que sin más preámbulos, ahí van:

You used to be able to tell a person's nationality by the face. Inmigration ended that. Next you discerned nationality via the footwear. Globalization ended that. Those Finnish seal pupies, those German flounders -you don't see them much anymore. Only Nikes, on Basque, on Dutch, on Siberian feet.

We Greeks get married in circles, to impress upon ourselves the essential matrimonial facts: that to be happy you have to find variety in repetition; that to go forward you have to come back where you began.

I hadn't gotten old enough yet to realize that living sends a person not into the future but back into the past, to childhood and before birth, finally, to commune with the dead. You get older, you puff on the stairs, you enter the body of your father. From there it's only a quick jump to your grandparents, and then before you know it you're time-traveling.



Cuando una historia me impacta siempre me pregunto si en verdad es ficción o no; no sabría decir si es por interés o morbo. La cosa es que buscando a ver si había más publicaciones de Jeffrey Eugenides me topo con su perfil en la wikipedia y me quedo de a seis al encontrar que los escasos datos de su vida son demasiado similares al de su personaje principal en su novela. Pero bueno... supongo que andar ahí indagando más sí sería morbo... ¿alguien sabe?

domingo, junio 15

las viejas cartas

Querida Karina:

Regresar a casa nunca es una experiencia anodina. Para empezar, se exhaltan
los primeros sentidos: los que fueron educados alrededor de las mecedoras de
metal que nuestra gente pone enfrente de las casas para festejar la entrada
del crepúsculo. Esas mecedoras que parece que siempre anteceden a la jarra
de agua fría y al cándido parloteo de nuestros viejos. Luego viene el ajuste
de cuentas con los demás: ¿por qué todos que crecieron igual que nosotros
siguen tan igual, como si no sospecharan que el mundo afuera es una
carnicería? ¿Por qué se dan el lujo de creer que la vida se puede entender
con unos cuantos años de mala escuela y las manos llenas de rosarios? ¿Por
qué son tan poco héroes los héroes que nos inflaron el pecho arable de la
niñez? Y esa barda ¿siempre fue así de pequeña? Finalmente nos toca
enfrentarnos a nosotros: ¿Cuánto de mi se ha perdido en el jaloneo de la
nueva vida que me he inventado ahora? ¿Por qué no siento la misma entrega
por mis primeros amores, por las creencias de mis mayores? Por eso es que,
querida Karina, volver a casa, a respirar los primeros olores, a paladear
los primeros sabores o, simplemente, ver las criaturas que la vida nos puso
como escenario de nuestra infancia, no es sólo una visita más: es entender
que somos una constelación de vidas encarnadas por muchas personas distintas
que tienen el mismo nombre.

JC

julio2002


Pero eso fue hace mucho tiempo, y ya lo había dicho, las perspectivas con el tiempo cambian (y aún así, sigue habiendo tanto de cierto)

Update de las 23:40 habiéndose reacomodado un poco todo alrededor (o habiendo uno mismo reconociendo/reconociéndose), todo lo demás toma su correspondiente magnitud, uno ríe y de pronto lo único realmente importante es preguntarse cómo diablos le vamos a hacer para acostumbrarnos a esta humedad y a volver a esa rutina de 3 baños al día, nomás por sobrevivir...

miércoles, junio 11

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Karina necesita clases de buenas maneras una vez más, y quizá recordar aquellos sermones de niña cuando le decían que debía comportarse con recato. De todos modos, de vuelta a la normalidad ahora, creo. No más exámenes por un rato, no más días de encierro en el mismo lugar y con la misma gente. Y aún así, eso de moverse de un lugar a otro me provoca esta sensación de discontinuidad que nunca termino de comprender/remediar/aceptar.

viernes, junio 6

El Club de la Pequeña Lulú

(a mis amigos varones siempre les reclamo cuando se ponen en plan de Club de Tobi, así que ésta va para mis amigas)

Lo mejor de mis amigas es que no importa si estamos solteras o casadas, si una bajó de peso y la otra subió, si trabajamos o seguimos en la escuela, si ya tienen hijos o no, si viven en la abundancia o sobrevivimos para llegar a fin de mes, si somos independientes o aún viven con sus papás, si estamos en un país u otro... No importa porque siempre podremos reír a carcajadas de nuestras más torpes estupideces; y escuchar con harta emoción de las ilusiones del amor como si aún fuésemos adolescentes; y prestar el hombro para llorar el dolor por aquel hombre, que dejamos o se fue, como si fuese el único (porque en su momento lo fue); y cantar a grito tendido todas las canciones que nos llegan, aunque les cambiemos la letra; y reprendernos mutuamente porque entender no significa alcahuetearnos los errores; y compartir la expectativa de nuestros planes con el nerviosismo y la fe como si fueran los propios; y alejarnos quizá cuando las vida nos lleve por caminos distintos. Así, porque mientras no perdamos contacto, no dejaremos de ser cómplices y amigas; no dejarás de ser la hermana que no tuve por destino, pero sí por elección.

lunes, junio 2

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En un mundo de incertidumbres nuestras decisiones son apuestas. Toda apuesta/decisión implica un sacrificio, eso es inherente, pero también hay que tomar en cuenta los costos que van de la mano cuando las cosas no salen como uno espera. Cuando no existe la probabilidad cero, a veces no atinamos con nuestras apuestas. Esto ocurre para todo. Incluso en circunstancias que creemos controlar, o con personas que creemos conocer, uno no está libre de llevarse una sorpresa. Hay sorpresas buenas, sorpresas malas, hay también simples eventos inesperados, sin más calificativo. En las apuestas uno imagina, prevé; aunque también, -según este librito de Blink (y según los postulados de la teoría de la elección racional)-, uno toma el conglomerado de conocimientos previos para tomar una decisión, considerando que el mejor predictor del futuro es el pasado. Pero a veces es nomás eso, imaginar qué va a pasar. Pero este mundo es una lotería. Pensaba en la mañana que a veces parece que todo el mundo está al revés. Después concluí que a veces mi imaginación ve las cosas de una forma totalmente distinta a lo que al final pasa.
Y luego quería poner alguna introducción chistosona al resultado del juego que planteé el sábado. Pero me topé con un fragmento de una carta que me tocó el corazón (tanto y de tantas maneras) que no sé si me siento feliz, o triste o es simplemente un montón de melancolía que se dejó venir. Hay palabras que desarman, aunque no necesariamente sean dirigidas a uno, pero que nos llegan. Supongo que eso es parte de sentirse humanos (y eso tan bello de ver mis ojos reflejados en tu mirada).

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Sí, creo que me estoy volviendo medio geek, soy súper fan de las obras de Studio Ghibli, pero de verdad, después de 6 horas y media jugando la carta de mi más reciente e importante apuesta (la primera parte), no quería más que desenchufarme de esta realidad y volar a otra. Entonces renté "The Cat Returns", una historia linda (aunque no, definitivamente no me gustan los gatos), con una canción quizá aún más linda. Cursi-cursísima, así que la letra me la guardo, pero pueden checar la música, porque la chava que la compuso (y la canta y la toca) es una artista del hukulele y pues es el instrumento principal en esta canción (pa todos los ignorantes que creíamos que nomás el hukulele se tocaba en la música tradicional de Hawaii).


Kaze ni Naru - Ayano Tsuji

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(abajito en la entrada anterior ya está posteada la solución al juego del anillo de compromiso, y FIN, espero no volver a hablar de teoría de juegos en este blog -al menos en mucho, pero mucho, tiempo ;)-)